Si la señora P significa Positivismo, Paciencia y Perseverancia, entonces puedo decir que soy, o al menos aspiro a serlo, un buen hijo de P.
Fdo. qdquasar
Cultura general tips novedades y opiniones sobre desarrollo y finanzas personales
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martes, 28 de abril de 2015
lunes, 27 de abril de 2015
Pensando en voz alta
La democracia de un país en que el gobernante elegido se vuelve déspota, populista y totalitario no es democracia real sino sólo de utilería.
Fdo. qdquasar
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Pensando en voz alta
Con tanto experimento socialista que termina en totalitarismo estoy comenzando a creer que el socialismo puede ser todo menos democrático.
Fdo. qdquasar
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jueves, 23 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Dos delirios tienen los dictadores y tiranos: delirio de grandeza cuando están prosperando, y delirio de persecución cuando están declinando.
Fdo. qdquasar
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sábado, 18 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Los buenos amigos son quienes en tus dificultades son los primeros en aparecer pero en los momentos felices tú los tienes que buscar.
Fdo. qdquasar
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viernes, 17 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Los amigos verdaderos son un verdadero tesoro, el problema es saber quiénes son nuestros amigos verdaderos, y si nosotros también lo somos.
Fdo. qdquasar
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jueves, 16 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Cuando un dictador malvado cae al fin, el olvido es lo más piadoso que puede esperar de su pueblo liberado, después de haberlo hecho sufrir.
Fdo. qdquasar
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miércoles, 15 de abril de 2015
Pensando en voz alta
No debe haber peor decepción, auto-decepción, para un dictador malvado que darse cuenta de que su pueblo no lo ama sino le teme (y aborrece).
Fdo. qdquasar
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martes, 14 de abril de 2015
Pensando en voz alta
La vida democrática tampoco es total garantía contra el totalitarismo: muchos dictadores malvados llegaron al poder usándola precisamente.
Fdo. qdquasar
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domingo, 12 de abril de 2015
Primer libro de Enoc. Parte 12
Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Talvez no has leído aun:
Primer libro de Enoc. Parte 11.
Primer libro de Enoc. Parte 10.
Primer libro de Enoc. Parte 9.
Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
CAPÍTULO 95.
1 ¡Oh, si mis ojos fueran aguas y yo pudiera llorar sobre vosotros, extendería mis lágrimas como nubes y podría consolar mi angustiado corazón! (Lc 19:41).
2 ¿Quién os ha permitido hacer ofensas y practicar maldades? El juicio os alcanzará a vosotros, pecadores.
3 No temáis a los pecadores, oh justos, porque el Soberano del Universo los entregará de nuevo en vuestras manos para que vosotros los juzguéis a gusto. (Is 8.12; 2 M 6:26; Mt 10:26-28; 1 Co 6:2; 1 P 3:14).
4 ¡Desgracia para vosotros que lanzáis anatemas que no se pueden romper, el remedio está lejos de vosotros a causa de vuestros pecados! (Sal 62:13; Mt 6.38-47; Lc 6:27-28; Ro 2:1-2,6; 12:17-19).
5 ¡Desgracia para vosotros que devolvéis el mal a vuestro prójimo, porque seréis tratados de acuerdo a vuestras obras!
6 ¡Desgracia para vosotros testigos falsos y para quienes pesáis el precio de la injusticia, porque pereceréis repentinamente!
7 ¡Desgracia para vosotros pecadores que perseguís a los justos, porque vosotros mismos seréis entregados y perseguidos a causa de esa injusticia y el peso de su yugo caerá sobre vosotros!
CAPÍTULO 96.
1 Tened esperanza, oh justos, porque repentinamente perecerán los pecadores ante vosotros, y tendréis dominio sobre ellos de acuerdo a vuestro deseo.
2 En el día de la tribulación de los pecadores, vuestros hijos ascenderán y volarán como águilas y vuestro nido estará más alto que el de los cóndores; como ardillas subiréis y como conejillos podréis entrar en las hendiduras de la tierra y en las grietas de las rocas, lejos para siempre de la presencia de los injustos, que gemirán como sirenas y llorarán por causa de vosotros.
3 Por tanto, no temáis vosotros los que habéis sufrido, porque la sanación será distribuida entre vosotros, una luz radiante os iluminará y escucharéis del cielo la palabra de descanso. (Mt 11:28).
4 ¡Desgracia para vosotros pecadores porque vuestra riqueza os da la apariencia de justos, pero vuestros corazones os convencen de que sois pecadores y ello será un testimonio contra vosotros y vuestras malas acciones!
5 ¡Desgracia para vosotros que devoráis la flor del trigo, que bebéis vino en grandes tazas y que con vuestro poder pisoteáis a los humildes!
6 ¡Desgracia para vosotros que podéis beber agua fresca en cualquier momento, porque de un momento a otro recibiréis vuestra recompensa: seréis consumidos y exprimidos hasta la última gota, porque rechazasteis la fuente de la vida!
7 ¡Desgracia para vosotros que forjáis la injusticia, el fraude y la blasfemia, porque contra vosotros habrá un memorial por delitos!
8 ¡Desgracia para vosotros poderosos que con la violencia oprimís al justo, porque el día de vuestra destrucción está llegando, el día de vuestro juicio y en ese tiempo vendrán días numerosos y buenos para los justos.
CAPÍTULO 97.
1 Creed, oh justos, porque los pecadores serán avergonzados y perecerán el día de la iniquidad.
2 Sabed pecadores que el Más Alto está pendiente de vuestra destrucción y que los ángeles del cielo se alegran por vuestra perdición.
3 ¿Qué vais a hacer pecadores y a dónde huiréis el día del juicio cuando escuchéis el murmullo de la oración de los justos?
4 Os irá como a aquellos contra quienes estas palabras serán un testimonio: "Sois cómplices de pecado".
5 En esos días la oración de los justos llegará hasta el Señor y llegarán los días del juicio para vosotros.
6 Se leerán ante el Santo y el Justo todas las palabras sobre vuestra injusticia, se os llenará la cara de vergüenza y Él rechazará toda obra basada en la injusticia.
7 ¡Desgracia que estáis en medio del océano o sobre el continente, porque su memoria es funesta para vosotros!
8 ¡Desgracia para vosotros que adquirís el oro y la plata con la injusticia! Decís: "Hemos llegado a ser ricos, a tener fortuna y propiedades y hemos conseguido lo que hemos deseado; (Jr 22:13-17; Mi 3:10; Ap 3:7).
9 realicemos ahora nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, llenan nuestros depósitos hasta el borde, como agua, y numerosos son nuestros trabajadores". (Am 8:5).
10 Como agua se derramarán vuestras quimeras, porque vuestra riqueza no permanecerá, sino que súbitamente volara de vosotros, porque la habéis adquirido con injusticia y seréis entregados a una gran maldición. (Ha 2:5-8).
CAPÍTULO 98.
1 Ahora juro ante vosotros, para los sabios y para los tontos, que tendréis extrañas experiencias sobre la tierra.
2 Porque vosotros los hombres os pondréis más adornos que una mujer y más ropas de colores que una muchacha. En la realeza, en la grandeza y en poder; en la plata, en el oro y en el púrpura; en el esplendor y en los manjares, ellos serán derramados como agua.
3 Porque carecerán de conocimiento y sabiduría y a causa de ello serán destruidos junto con sus propiedades, su gloria y su esplendor, con oprobio, mortandad y gran carestía, su espíritu será arrojado dentro de un horno ardiente.
4 Juro ante vosotros pecadores que así como una montaña no se convierte en un esclavo ni una colina se convierte en una sirvienta, así el pecado no ha sido enviado sobre la tierra sino que el hombre lo ha cometido y cae bajo una gran maldición quien lo comete. (Mt 15:19).
5 La esterilidad no ha sido dada a la mujer sino que es por causa de la obra de sus manos por la que muere sin hijos.
6 Os juro a vosotros pecadores por el Santo y el Grande que todas vuestras malas acciones son manifiestas en los cielos y que ninguno de vuestros actos de opresión está oculto o secreto. (Lc 8:17, 12:2).
7 No penséis en vuestro espíritu ni digáis en vuestro corazón que no sabíais o no veíais que todo pecador es inscrito diariamente en el cielo ante la presencia del Más Alto. (Mt 25:44).
8 Desde ahora sabéis que toda la opresión que ejercéis es registrada día a día hasta el día del juicio.
9 ¡Desgracia para vosotros insensatos porque seréis perdidos por vuestra necedad! No escuchasteis a los sabios y la buena suerte no será vuestra herencia.
10 Ahora sabéis que estáis preparados para el día de la destrucción, por eso no esperéis vivir vosotros, pecadores, sino apartarse y morir; porque vosotros no conoceréis redención, ya que estáis preparados para el día del gran juicio, día de la gran tribulación y de la gran vergüenza para vuestros espíritus.
11 ¡Desgracia para vosotros los de corazón espeso que forjáis la maldad y coméis sangre! ¿De dónde coméis tanto y tan bueno y bebéis y os hartáis si no es de todos los bienes que el Señor, el Más Alto ha puesto sobre la tierra? Vosotros no tendréis paz. (Mt 10:34).
12 ¡Desgracia para vosotros que amáis la injusticia! ¿Por qué os prometisteis la felicidad? Sabed que seréis librados a las manos de los justos que os cortarán la cabeza y os matarán y no tendrán piedad de vosotros.
13 ¡Desgracia para vosotros que os complacéis por la tribulación de los justos, porque ninguna tumba será excavada para vosotros!
14 ¡Desgracia para vosotros que tenéis en nada la palabra de los justos, porque no hay para vosotros esperanza de vida!
15 ¡Desgracia para vosotros que escribís mentiras y palabras impías! Porque escriben sus mentiras para que la gente pueda escucharlas y hagan mal a su prójimo; por eso ellos no tendrán paz sino que perecerán súbitamente.
CAPÍTULO 99.
1 ¡Desgracia para vosotros que actuáis con impiedad, alabáis la mentira y la ensalzáis: pereceréis y no habrá vida feliz para vosotros!
2 ¡Desgracia para quienes pervierten las palabras de verdad, trasgreden la ley eterna y se convierten en lo que no eran: sobre la tierra serán pisoteados!
3 En esos días, estad listos, oh justos, para elevar vuestras oraciones y ponerlas como testimonio ante los ángeles, para que ellos puedan recordar los pecados de los pecadores ante el Más Alto.
4 En esos días las naciones se agitarán y las familias de los pueblos se levantarán en el día de la destrucción.
5 En esos días los miserables saldrán y llevarán a sus hijos y los abandonarán y sus hijos perecerán; abandonarán hasta a sus niños de pecho, no volverán a ellos y no tendrán compasión de sus seres queridos.
6 De nuevo os juro pecadores que el pecado está maduro para el día del incesante derramamiento de sangre.
7 Los que adoran la piedra y los que fabrican imágenes de oro, plata, madera o barro y los que adoran espíritus impuros o demonios y toda clase de ídolos sin discernimiento, a ellos ninguna ayuda les llegará.
8 Ellos caen en la impiedad por causa de la necedad de sus corazones, sus ojos están enceguecidos al temor de sus corazones y a la visión de sus sueños.
9 Por eso se vuelven impíos y temibles, porque han forjado con toda su obra un engaño y han adorado la piedra; perecerán en un instante.
10 En cambio, en esos días bienaventurados quienes acepten las palabras de sabiduría y las entiendan, sigan los caminos del Más Alto, caminen por los senderos de su justicia y no se conviertan a la impiedad con los impíos; porque ellos serán salvados. (Jr 15:19).
11 ¡Desgracia para vosotros que difundís la maldad entre vuestro prójimo, porque quedaréis muertos en la tumba!
12 ¡Desgracia para vosotros que usáis una medida de fraude y de trampa y que provocáis la amargura sobre la tierra, porque por eso seréis consumidos! (Lv 20:35-36; Dt 25:13-15; Pr 20:10; Am 8:5; Os 12:8; Mi 6:10).
13 ¡Desgracia para vosotros que edificáis vuestra casa gracias al trabajo de los demás: todos los materiales de construcción son ladrillos y piedras de injusticia y os digo que no tendréis ni un momento de paz! (Pr 21:9 LXX).
14 ¡Desgracia para aquellos que rechazan la mesura y la herencia eterna de sus padres y cuyas almas siguen luego a los ídolos, porque ellos no tendrán descanso!
15 ¡Desgracia para aquellos que obran injusticia, colaboran con la opresión y asesinan a su prójimo, hasta el día del gran juicio!
16 Porque Él echará por tierra vuestra gloria, causará dolor en vuestros corazones, suscitará su cólera y os destruirá a todos con la espada y todos los santos y los justos se acordarán de vuestros pecados.
CAPÍTULO 100.
1 En esos días en un mismo lugar serán castigados juntos los padres y sus hijos, y los hermanos uno con otro caerán en la muerte hasta que corra un río con su sangre.
2 Porque un hombre no podrá impedir a su mano que asesine a su hijo y a su nieto, ni el pecador podrá impedir a su mano que asesine a su querido hermano, desde el amanecer hasta que el sol se oculte, ellos se degollarán entre sí. (Ex 32:27-28).
3 El caballo avanzará hasta que su pecho se bañe en sangre y el carro hasta que su parte superior sea sumergida.
4 En esos días los ángeles descenderán en un sitio escondido, reunirán en solo lugar a todos los que han hecho llegar el pecado y en ese día del juicio el Más Alto se levantará para sentenciar el gran juicio en medio de los pecadores.
5 Para todos los justos y los santos Él designará Vigilantes de entre los santos ángeles, ellos les guardarán como a la niña de un ojo hasta que Él extermine toda maldad y todo pecado y si los justos duermen un sueño largo, no tendrán de qué preocuparse.
6 Entonces los hijos de la tierra observarán la sabiduría en seguridad y entenderán todas las palabras de este libro y reconocerán que la riqueza no puede salvarlos de la ruina de su pecado.
7 ¡Desgracia para vosotros si en el día de la terrible angustia atormentáis a los justos o los quemáis con fuego, pues seréis compensados de acuerdo con vuestras obras!
8 ¡Desgracia para vosotros duros de corazón que veláis para planificar la maldad, porque el terror se apoderará de vosotros y nadie os ayudará!
9 ¡Desgracia para vosotros pecadores por causa de las palabras de vuestra bocas y de las obras de tus manos, las cuales vuestra maldad ha forjado; en unas llamas ardientes peores que el fuego, os quemaréis! (Ap 20:15).
10 Ahora, sabed que para Él, los ángeles del cielo investigarán vuestras acciones, desde el sol, la luna y las estrellas en referencia a vuestro pecado, porque sobre la tierra ya ejecutó el juicio sobre los justos;
11 pero Él añadirá como testimonio contra vosotros toda nube, neblina, rocío o lluvia que estarán impedidos para descender sobre vosotros y pondrán atención a vuestros pecados.
12 ¡Ahora dadle regalos a la lluvia a ver si no se niega a descender sobre vosotros! ¿Cuándo ha aceptado el rocío oro y la plata para descender?
13 Cuando caigan sobre vosotros la escarcha y la nieve con sus escalofríos y todas las tormentas de nieve con sus calamidades, en esos días no podréis manteneros ante ellos.
CAPÍTULO 101.
1 Hijos del cielo observad el cielo y toda la obra del Más Alto, temblad ante Él y no obréis el mal en su presencia.
2 Si el cierra las ventana del cielo e impide a la lluvia y al rocío caer sobre vosotros ¿qué haréis?
3 Si envía contra vosotros su cólera a causa de todas vuestras obras, no tendréis ocasión de suplicarle si pronunciáis contra su justicia palabra soberbias e insolentes y así no tendréis paz.
4 ¿No veis a los pilotos cuando son agitados sus navíos por las olas y sacudidos por los vientos y caen en peligro?
5 A causa de esto temen que todas sus magníficas propiedades se vayan al mar con ellos y hacen malos presagios: que el mar os devorará y perecerán allí.
6 Todo el mar, todas sus aguas y todos sus movimientos ¿no son acaso obra del Más Alto, no ha puesto Él su sello sobre toda su acción y no lo ha encadenado a la arena?
7 En su reprimenda está temblando, se seca y todos sus peces mueren, así como todo lo que contiene, pero vosotros pecadores que estáis sobre la tierra, no le teméis.
8 ¿Acaso no ha hecho Él el cielo y la tierra y todo lo que contienen? ¿Quién ha dado la ciencia y la sabiduría a todos los que se mueven en la tierra y en el mar?
9 Los pilotos de los navíos no le temen al mar y los pecadores no le temen al Más Alto.
CAPÍTULO 102.
1 En esos días si Él lanza sobre vosotros un fuego terrible ¿a dónde huiréis y cómo os salvaréis? Y si lanza su palabra sobre vosotros ¿no estaréis consternados y no temblaréis?
2 Todas las luminarias serán presas de un gran temor y la tierra entera estará aterrada, temblará y se alarmará.
3 Todos los ángeles ejecutarán sus órdenes y buscarán ocultarse a sí mismos de la presencia de la Gran Gloria; los hijos de la tierra temblarán y se estremecerán y vosotros pecadores seréis malditos para siempre y no tendréis paz.
4 No temáis vosotras, almas de los justos; tened esperanza vosotros que habéis muerto en la justicia.
5 No os entristezcáis si vuestra alma ha descendido con dolor a la tumba y si a vuestro cuerpo no le ha ido en vida de acuerdo con vuestra bondad. En cambio, esperad el día del juicio de los pecadores, el día de la maldición y el castigo.
6 Cuando morís, los pecadores dicen de vosotros: "Tal como nosotros estamos muertos, los justos están muertos, ¿que provecho han sacado de sus obras?
7 "Al igual que nosotros ellos han muerto en la tristeza y en las tinieblas y ¿qué tienen de más que nosotros? Desde ahora somos iguales.
8 "¿Qué se llevarán y qué verán en la eternidad? Porque he aquí que ellos han muerto también y desde ahora no verán la luz".
9 Yo os digo: "A vosotros pecadores os basta comer y beber, robar, pecar, despojar a los hombres, adquirir riquezas y vivir felices días. (Is 22:15; 1 Co 15:32).
10 "¿Habéis visto el final de los justos? No se ha encontrado en ellos ninguna clase de violencia hasta su muerte.
11 "Sin embargo han muerto, ha sido como si no hubieran sido y sus vidas han bajado a la tumba en la aflicción.
CAPÍTULO 103.
1 "Pero, ahora os juro a vosotros justos, por la gloria del Grande, del Glorioso, del Poderoso en dominio y por su grandeza:
2 "Conozco el misterio, lo he leído en las tablillas del cielo, he visto el libro de los santos y he encontrado escrito y registrado en ellos:
3 que todo bienestar, alegría y gloria están preparados para ellos y escritos para los que han muerto en la justicia; numerosos bienes os serán dados en recompensa de vuestros trabajos y vuestro destino será mejor que el de los vivos. (Is 42:20, 64:3; Jr 3:16; 1Co 2:9).
4 "Las almas de vosotros los que habéis muerto en la justicia vivirán y se alegrarán y vuestro espíritu y vuestra memoria no perecerán ante la presencia del Grande por todas las generaciones del mundo y desde ahí no temeréis la afrenta".
5 ¡Desgraciados vosotros que habéis muerto pecadores! Si morís en la riqueza de vuestros pecados, los que son como vosotros dicen: "Dichosos estos pecadores que han visto todos sus días,
6 y ahora han muerto en el placer y en las riquezas y no han visto en su vida la tribulación ni el asesinato, han muerto en la gloria y no se ha proferido juicio contra ellos en vida".
7 Sabed que hará descender vuestras almas al Seol, serán allí desgraciadas y su sufrimiento será grande
8 en las tinieblas, las cadenas y el fuego ardiente, allí en donde se ejecutará el gran castigo. ¡Desgraciados vosotros porque no tendréis paz!
9 No digáis al observar a los justos y buenos que están con vida: "Durante su vida han trabajado laboriosamente y experimentado mucho sufrimiento, han conocido muchos males, han sido consumidos, disminuidos y su espíritu humillado.
10 "Han sido destruidos y no han encontrado a nadie que los ayude ni con una palabra, han sido torturados y no esperan ver la vida al día siguiente.
11 "Esperaban ser la cabeza pero son la cola, han sufrido trabajando pero no disponen del fruto de su trabajo; son alimento de los pecadores y los malvados han descargado su yugo sobre ellos.
12 "Les han dominado los que los odian y los que los agreden. Ante quienes los odian han bajado la cabeza y ellos no han tenido piedad.
13 "Han intentado alejarse de ellos para escapar y descansar pero no han encontrado a dónde huir ni cómo escapar de ellos.
14 "Se han quejado ante los gobernantes por su tribulación y han gritado contra quienes los devoran, pero sus gritos no han sido atendidos ni escucharían su voz,
15 porque los gobernantes ayudan a los que los despojan y devoran, a los que han reducido su número; encubren la opresión; no retiran el yugo de los que los devoran, desplazan y matan; ocultan su violencia y no recuerdan que han levantado su mano contra Él".
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
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Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
CAPÍTULO 95.
1 ¡Oh, si mis ojos fueran aguas y yo pudiera llorar sobre vosotros, extendería mis lágrimas como nubes y podría consolar mi angustiado corazón! (Lc 19:41).
2 ¿Quién os ha permitido hacer ofensas y practicar maldades? El juicio os alcanzará a vosotros, pecadores.
3 No temáis a los pecadores, oh justos, porque el Soberano del Universo los entregará de nuevo en vuestras manos para que vosotros los juzguéis a gusto. (Is 8.12; 2 M 6:26; Mt 10:26-28; 1 Co 6:2; 1 P 3:14).
4 ¡Desgracia para vosotros que lanzáis anatemas que no se pueden romper, el remedio está lejos de vosotros a causa de vuestros pecados! (Sal 62:13; Mt 6.38-47; Lc 6:27-28; Ro 2:1-2,6; 12:17-19).
5 ¡Desgracia para vosotros que devolvéis el mal a vuestro prójimo, porque seréis tratados de acuerdo a vuestras obras!
6 ¡Desgracia para vosotros testigos falsos y para quienes pesáis el precio de la injusticia, porque pereceréis repentinamente!
7 ¡Desgracia para vosotros pecadores que perseguís a los justos, porque vosotros mismos seréis entregados y perseguidos a causa de esa injusticia y el peso de su yugo caerá sobre vosotros!
CAPÍTULO 96.
1 Tened esperanza, oh justos, porque repentinamente perecerán los pecadores ante vosotros, y tendréis dominio sobre ellos de acuerdo a vuestro deseo.
2 En el día de la tribulación de los pecadores, vuestros hijos ascenderán y volarán como águilas y vuestro nido estará más alto que el de los cóndores; como ardillas subiréis y como conejillos podréis entrar en las hendiduras de la tierra y en las grietas de las rocas, lejos para siempre de la presencia de los injustos, que gemirán como sirenas y llorarán por causa de vosotros.
3 Por tanto, no temáis vosotros los que habéis sufrido, porque la sanación será distribuida entre vosotros, una luz radiante os iluminará y escucharéis del cielo la palabra de descanso. (Mt 11:28).
4 ¡Desgracia para vosotros pecadores porque vuestra riqueza os da la apariencia de justos, pero vuestros corazones os convencen de que sois pecadores y ello será un testimonio contra vosotros y vuestras malas acciones!
5 ¡Desgracia para vosotros que devoráis la flor del trigo, que bebéis vino en grandes tazas y que con vuestro poder pisoteáis a los humildes!
6 ¡Desgracia para vosotros que podéis beber agua fresca en cualquier momento, porque de un momento a otro recibiréis vuestra recompensa: seréis consumidos y exprimidos hasta la última gota, porque rechazasteis la fuente de la vida!
7 ¡Desgracia para vosotros que forjáis la injusticia, el fraude y la blasfemia, porque contra vosotros habrá un memorial por delitos!
8 ¡Desgracia para vosotros poderosos que con la violencia oprimís al justo, porque el día de vuestra destrucción está llegando, el día de vuestro juicio y en ese tiempo vendrán días numerosos y buenos para los justos.
CAPÍTULO 97.
1 Creed, oh justos, porque los pecadores serán avergonzados y perecerán el día de la iniquidad.
2 Sabed pecadores que el Más Alto está pendiente de vuestra destrucción y que los ángeles del cielo se alegran por vuestra perdición.
3 ¿Qué vais a hacer pecadores y a dónde huiréis el día del juicio cuando escuchéis el murmullo de la oración de los justos?
4 Os irá como a aquellos contra quienes estas palabras serán un testimonio: "Sois cómplices de pecado".
5 En esos días la oración de los justos llegará hasta el Señor y llegarán los días del juicio para vosotros.
6 Se leerán ante el Santo y el Justo todas las palabras sobre vuestra injusticia, se os llenará la cara de vergüenza y Él rechazará toda obra basada en la injusticia.
7 ¡Desgracia que estáis en medio del océano o sobre el continente, porque su memoria es funesta para vosotros!
8 ¡Desgracia para vosotros que adquirís el oro y la plata con la injusticia! Decís: "Hemos llegado a ser ricos, a tener fortuna y propiedades y hemos conseguido lo que hemos deseado; (Jr 22:13-17; Mi 3:10; Ap 3:7).
9 realicemos ahora nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, llenan nuestros depósitos hasta el borde, como agua, y numerosos son nuestros trabajadores". (Am 8:5).
10 Como agua se derramarán vuestras quimeras, porque vuestra riqueza no permanecerá, sino que súbitamente volara de vosotros, porque la habéis adquirido con injusticia y seréis entregados a una gran maldición. (Ha 2:5-8).
CAPÍTULO 98.
1 Ahora juro ante vosotros, para los sabios y para los tontos, que tendréis extrañas experiencias sobre la tierra.
2 Porque vosotros los hombres os pondréis más adornos que una mujer y más ropas de colores que una muchacha. En la realeza, en la grandeza y en poder; en la plata, en el oro y en el púrpura; en el esplendor y en los manjares, ellos serán derramados como agua.
3 Porque carecerán de conocimiento y sabiduría y a causa de ello serán destruidos junto con sus propiedades, su gloria y su esplendor, con oprobio, mortandad y gran carestía, su espíritu será arrojado dentro de un horno ardiente.
4 Juro ante vosotros pecadores que así como una montaña no se convierte en un esclavo ni una colina se convierte en una sirvienta, así el pecado no ha sido enviado sobre la tierra sino que el hombre lo ha cometido y cae bajo una gran maldición quien lo comete. (Mt 15:19).
5 La esterilidad no ha sido dada a la mujer sino que es por causa de la obra de sus manos por la que muere sin hijos.
6 Os juro a vosotros pecadores por el Santo y el Grande que todas vuestras malas acciones son manifiestas en los cielos y que ninguno de vuestros actos de opresión está oculto o secreto. (Lc 8:17, 12:2).
7 No penséis en vuestro espíritu ni digáis en vuestro corazón que no sabíais o no veíais que todo pecador es inscrito diariamente en el cielo ante la presencia del Más Alto. (Mt 25:44).
8 Desde ahora sabéis que toda la opresión que ejercéis es registrada día a día hasta el día del juicio.
9 ¡Desgracia para vosotros insensatos porque seréis perdidos por vuestra necedad! No escuchasteis a los sabios y la buena suerte no será vuestra herencia.
10 Ahora sabéis que estáis preparados para el día de la destrucción, por eso no esperéis vivir vosotros, pecadores, sino apartarse y morir; porque vosotros no conoceréis redención, ya que estáis preparados para el día del gran juicio, día de la gran tribulación y de la gran vergüenza para vuestros espíritus.
11 ¡Desgracia para vosotros los de corazón espeso que forjáis la maldad y coméis sangre! ¿De dónde coméis tanto y tan bueno y bebéis y os hartáis si no es de todos los bienes que el Señor, el Más Alto ha puesto sobre la tierra? Vosotros no tendréis paz. (Mt 10:34).
12 ¡Desgracia para vosotros que amáis la injusticia! ¿Por qué os prometisteis la felicidad? Sabed que seréis librados a las manos de los justos que os cortarán la cabeza y os matarán y no tendrán piedad de vosotros.
13 ¡Desgracia para vosotros que os complacéis por la tribulación de los justos, porque ninguna tumba será excavada para vosotros!
14 ¡Desgracia para vosotros que tenéis en nada la palabra de los justos, porque no hay para vosotros esperanza de vida!
15 ¡Desgracia para vosotros que escribís mentiras y palabras impías! Porque escriben sus mentiras para que la gente pueda escucharlas y hagan mal a su prójimo; por eso ellos no tendrán paz sino que perecerán súbitamente.
CAPÍTULO 99.
1 ¡Desgracia para vosotros que actuáis con impiedad, alabáis la mentira y la ensalzáis: pereceréis y no habrá vida feliz para vosotros!
2 ¡Desgracia para quienes pervierten las palabras de verdad, trasgreden la ley eterna y se convierten en lo que no eran: sobre la tierra serán pisoteados!
3 En esos días, estad listos, oh justos, para elevar vuestras oraciones y ponerlas como testimonio ante los ángeles, para que ellos puedan recordar los pecados de los pecadores ante el Más Alto.
4 En esos días las naciones se agitarán y las familias de los pueblos se levantarán en el día de la destrucción.
5 En esos días los miserables saldrán y llevarán a sus hijos y los abandonarán y sus hijos perecerán; abandonarán hasta a sus niños de pecho, no volverán a ellos y no tendrán compasión de sus seres queridos.
6 De nuevo os juro pecadores que el pecado está maduro para el día del incesante derramamiento de sangre.
7 Los que adoran la piedra y los que fabrican imágenes de oro, plata, madera o barro y los que adoran espíritus impuros o demonios y toda clase de ídolos sin discernimiento, a ellos ninguna ayuda les llegará.
8 Ellos caen en la impiedad por causa de la necedad de sus corazones, sus ojos están enceguecidos al temor de sus corazones y a la visión de sus sueños.
9 Por eso se vuelven impíos y temibles, porque han forjado con toda su obra un engaño y han adorado la piedra; perecerán en un instante.
10 En cambio, en esos días bienaventurados quienes acepten las palabras de sabiduría y las entiendan, sigan los caminos del Más Alto, caminen por los senderos de su justicia y no se conviertan a la impiedad con los impíos; porque ellos serán salvados. (Jr 15:19).
11 ¡Desgracia para vosotros que difundís la maldad entre vuestro prójimo, porque quedaréis muertos en la tumba!
12 ¡Desgracia para vosotros que usáis una medida de fraude y de trampa y que provocáis la amargura sobre la tierra, porque por eso seréis consumidos! (Lv 20:35-36; Dt 25:13-15; Pr 20:10; Am 8:5; Os 12:8; Mi 6:10).
13 ¡Desgracia para vosotros que edificáis vuestra casa gracias al trabajo de los demás: todos los materiales de construcción son ladrillos y piedras de injusticia y os digo que no tendréis ni un momento de paz! (Pr 21:9 LXX).
14 ¡Desgracia para aquellos que rechazan la mesura y la herencia eterna de sus padres y cuyas almas siguen luego a los ídolos, porque ellos no tendrán descanso!
15 ¡Desgracia para aquellos que obran injusticia, colaboran con la opresión y asesinan a su prójimo, hasta el día del gran juicio!
16 Porque Él echará por tierra vuestra gloria, causará dolor en vuestros corazones, suscitará su cólera y os destruirá a todos con la espada y todos los santos y los justos se acordarán de vuestros pecados.
CAPÍTULO 100.
1 En esos días en un mismo lugar serán castigados juntos los padres y sus hijos, y los hermanos uno con otro caerán en la muerte hasta que corra un río con su sangre.
2 Porque un hombre no podrá impedir a su mano que asesine a su hijo y a su nieto, ni el pecador podrá impedir a su mano que asesine a su querido hermano, desde el amanecer hasta que el sol se oculte, ellos se degollarán entre sí. (Ex 32:27-28).
3 El caballo avanzará hasta que su pecho se bañe en sangre y el carro hasta que su parte superior sea sumergida.
4 En esos días los ángeles descenderán en un sitio escondido, reunirán en solo lugar a todos los que han hecho llegar el pecado y en ese día del juicio el Más Alto se levantará para sentenciar el gran juicio en medio de los pecadores.
5 Para todos los justos y los santos Él designará Vigilantes de entre los santos ángeles, ellos les guardarán como a la niña de un ojo hasta que Él extermine toda maldad y todo pecado y si los justos duermen un sueño largo, no tendrán de qué preocuparse.
6 Entonces los hijos de la tierra observarán la sabiduría en seguridad y entenderán todas las palabras de este libro y reconocerán que la riqueza no puede salvarlos de la ruina de su pecado.
7 ¡Desgracia para vosotros si en el día de la terrible angustia atormentáis a los justos o los quemáis con fuego, pues seréis compensados de acuerdo con vuestras obras!
8 ¡Desgracia para vosotros duros de corazón que veláis para planificar la maldad, porque el terror se apoderará de vosotros y nadie os ayudará!
9 ¡Desgracia para vosotros pecadores por causa de las palabras de vuestra bocas y de las obras de tus manos, las cuales vuestra maldad ha forjado; en unas llamas ardientes peores que el fuego, os quemaréis! (Ap 20:15).
10 Ahora, sabed que para Él, los ángeles del cielo investigarán vuestras acciones, desde el sol, la luna y las estrellas en referencia a vuestro pecado, porque sobre la tierra ya ejecutó el juicio sobre los justos;
11 pero Él añadirá como testimonio contra vosotros toda nube, neblina, rocío o lluvia que estarán impedidos para descender sobre vosotros y pondrán atención a vuestros pecados.
12 ¡Ahora dadle regalos a la lluvia a ver si no se niega a descender sobre vosotros! ¿Cuándo ha aceptado el rocío oro y la plata para descender?
13 Cuando caigan sobre vosotros la escarcha y la nieve con sus escalofríos y todas las tormentas de nieve con sus calamidades, en esos días no podréis manteneros ante ellos.
CAPÍTULO 101.
1 Hijos del cielo observad el cielo y toda la obra del Más Alto, temblad ante Él y no obréis el mal en su presencia.
2 Si el cierra las ventana del cielo e impide a la lluvia y al rocío caer sobre vosotros ¿qué haréis?
3 Si envía contra vosotros su cólera a causa de todas vuestras obras, no tendréis ocasión de suplicarle si pronunciáis contra su justicia palabra soberbias e insolentes y así no tendréis paz.
4 ¿No veis a los pilotos cuando son agitados sus navíos por las olas y sacudidos por los vientos y caen en peligro?
5 A causa de esto temen que todas sus magníficas propiedades se vayan al mar con ellos y hacen malos presagios: que el mar os devorará y perecerán allí.
6 Todo el mar, todas sus aguas y todos sus movimientos ¿no son acaso obra del Más Alto, no ha puesto Él su sello sobre toda su acción y no lo ha encadenado a la arena?
7 En su reprimenda está temblando, se seca y todos sus peces mueren, así como todo lo que contiene, pero vosotros pecadores que estáis sobre la tierra, no le teméis.
8 ¿Acaso no ha hecho Él el cielo y la tierra y todo lo que contienen? ¿Quién ha dado la ciencia y la sabiduría a todos los que se mueven en la tierra y en el mar?
9 Los pilotos de los navíos no le temen al mar y los pecadores no le temen al Más Alto.
CAPÍTULO 102.
1 En esos días si Él lanza sobre vosotros un fuego terrible ¿a dónde huiréis y cómo os salvaréis? Y si lanza su palabra sobre vosotros ¿no estaréis consternados y no temblaréis?
2 Todas las luminarias serán presas de un gran temor y la tierra entera estará aterrada, temblará y se alarmará.
3 Todos los ángeles ejecutarán sus órdenes y buscarán ocultarse a sí mismos de la presencia de la Gran Gloria; los hijos de la tierra temblarán y se estremecerán y vosotros pecadores seréis malditos para siempre y no tendréis paz.
4 No temáis vosotras, almas de los justos; tened esperanza vosotros que habéis muerto en la justicia.
5 No os entristezcáis si vuestra alma ha descendido con dolor a la tumba y si a vuestro cuerpo no le ha ido en vida de acuerdo con vuestra bondad. En cambio, esperad el día del juicio de los pecadores, el día de la maldición y el castigo.
6 Cuando morís, los pecadores dicen de vosotros: "Tal como nosotros estamos muertos, los justos están muertos, ¿que provecho han sacado de sus obras?
7 "Al igual que nosotros ellos han muerto en la tristeza y en las tinieblas y ¿qué tienen de más que nosotros? Desde ahora somos iguales.
8 "¿Qué se llevarán y qué verán en la eternidad? Porque he aquí que ellos han muerto también y desde ahora no verán la luz".
9 Yo os digo: "A vosotros pecadores os basta comer y beber, robar, pecar, despojar a los hombres, adquirir riquezas y vivir felices días. (Is 22:15; 1 Co 15:32).
10 "¿Habéis visto el final de los justos? No se ha encontrado en ellos ninguna clase de violencia hasta su muerte.
11 "Sin embargo han muerto, ha sido como si no hubieran sido y sus vidas han bajado a la tumba en la aflicción.
CAPÍTULO 103.
1 "Pero, ahora os juro a vosotros justos, por la gloria del Grande, del Glorioso, del Poderoso en dominio y por su grandeza:
2 "Conozco el misterio, lo he leído en las tablillas del cielo, he visto el libro de los santos y he encontrado escrito y registrado en ellos:
3 que todo bienestar, alegría y gloria están preparados para ellos y escritos para los que han muerto en la justicia; numerosos bienes os serán dados en recompensa de vuestros trabajos y vuestro destino será mejor que el de los vivos. (Is 42:20, 64:3; Jr 3:16; 1Co 2:9).
4 "Las almas de vosotros los que habéis muerto en la justicia vivirán y se alegrarán y vuestro espíritu y vuestra memoria no perecerán ante la presencia del Grande por todas las generaciones del mundo y desde ahí no temeréis la afrenta".
5 ¡Desgraciados vosotros que habéis muerto pecadores! Si morís en la riqueza de vuestros pecados, los que son como vosotros dicen: "Dichosos estos pecadores que han visto todos sus días,
6 y ahora han muerto en el placer y en las riquezas y no han visto en su vida la tribulación ni el asesinato, han muerto en la gloria y no se ha proferido juicio contra ellos en vida".
7 Sabed que hará descender vuestras almas al Seol, serán allí desgraciadas y su sufrimiento será grande
8 en las tinieblas, las cadenas y el fuego ardiente, allí en donde se ejecutará el gran castigo. ¡Desgraciados vosotros porque no tendréis paz!
9 No digáis al observar a los justos y buenos que están con vida: "Durante su vida han trabajado laboriosamente y experimentado mucho sufrimiento, han conocido muchos males, han sido consumidos, disminuidos y su espíritu humillado.
10 "Han sido destruidos y no han encontrado a nadie que los ayude ni con una palabra, han sido torturados y no esperan ver la vida al día siguiente.
11 "Esperaban ser la cabeza pero son la cola, han sufrido trabajando pero no disponen del fruto de su trabajo; son alimento de los pecadores y los malvados han descargado su yugo sobre ellos.
12 "Les han dominado los que los odian y los que los agreden. Ante quienes los odian han bajado la cabeza y ellos no han tenido piedad.
13 "Han intentado alejarse de ellos para escapar y descansar pero no han encontrado a dónde huir ni cómo escapar de ellos.
14 "Se han quejado ante los gobernantes por su tribulación y han gritado contra quienes los devoran, pero sus gritos no han sido atendidos ni escucharían su voz,
15 porque los gobernantes ayudan a los que los despojan y devoran, a los que han reducido su número; encubren la opresión; no retiran el yugo de los que los devoran, desplazan y matan; ocultan su violencia y no recuerdan que han levantado su mano contra Él".
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
Primer libro de Enoc. Parte 11
Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Talvez no has leído aun:
Primer libro de Enoc. Parte 10.
Primer libro de Enoc. Parte 9.
Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
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CAPÍTULO 90.
1 Observé en esta forma hasta que treinta y cinco pastores emprendieron el pastoreo y ellos cumplieron estrictamente sus turnos: desde el primero, cada uno las fue recibiendo en sus manos, a fin de apacentarlas cada pastor en su turno respectivo.
2 Después de esto, en una visión vi venir a todas las aves rapaces del cielo: águilas, buitres, gavilanes y cuervos; las águilas guiaban a todas esas aves y se pusieron a devorar a estas ovejas, a picarles los ojos y a devorar sus carnes.
3 Las ovejas gritaron porque su carne estaba siendo devorada por las aves. Yo miraba y me lamentaba en mi sueño por el pastor que apacentaba las ovejas.
4 Observé hasta que esas ovejas fueron devoradas por las águilas, los gavilanes y los buitres, que no les dejaron ninguna carne ni piel ni tendones sobre ellas y no les quedaron más que sus huesos hasta que los huesos también cayeron al suelo y las ovejas llegaron a ser muy pocas.
5 Vi cuando veintitrés pastores habían apacentado y habían cumplido estrictamente sus turnos cincuenta y ocho veces.
6 He aquí que unos corderos nacieron de esas ovejas blancas y llegaron a abrir sus ojos y ver y lbalaron a las ovejas.
7 y les gritaron, pero no les escucharon lo que decían porque estaban extremadamente sordas y demasiado ciegas y cada vez peor.
8 Vi en la visión cómo los cuervos volaban sobre estos corderos y agarraban a uno de ellos y despresaban a las ovejas y las devoraban.
9 Observé hasta que retoñaron los cuernos de estos corderos y los cuervos se los hacían caer y vi hasta que allí un gran cuerno retoñó en una de estas ovejas y sus ojos se abrieron.
10 Ella los miró y le gritó a las ovejas y los carneros la vieron y acudieron todos a su lado.
11 A pesar de esto, todas las águilas, buitres, cuervos y gavilanes seguían arrebatando a las ovejas, se echaban sobre ellas y las devoraban. Aun las ovejas permanecían en silencio pero los carneros gritaban y se lamentaban.
12 Luego estos cuervos lucharon y batallaron con ella y quisieron tumbar su cuerno, pero no pudieron hacerlo.
13 Vi hasta que los pastores, las águilas, los buitres y los gavilanes vinieron y gritaron a los cuervos que rompieran el cuerno de ese carnero y lucharon y batallaron contra él y el combatió contra ellos y gritó para que acudieran en su ayuda.
14 Vi a ese hombre que había anotado los nombres de los pastores y lo había llevado y presentado ante el Señor de las ovejas que llegó en ayuda de aquel carnero, lo socorrió, lo rescató y le mostró todo.
15 Y vi venir a su lado al Señor de las ovejas, enfurecido; todos los que lo vieron huyeron y ensombrecieron ante su presencia.
16 Todas las águilas, buitres, cuervos y gavilanes se congregaron y llevaron con ellos a todas las ovejas del campo, se unieron y se conjuraron para hacer pedazos este cuerno del carnero.
17 Vi al hombre que había escrito el libro por orden del Señor, abrir el libro acerca de la destrucción que habían ejecutado los doce últimos pastores, revelar ante el Señor que ellos habían destruido mucho más que sus predecesores.
18 Y vi cuando el Señor de las ovejas fue junto a ellas, tomó en sus manos la vara de su cólera, golpeó la tierra y la tierra se resquebrajó y todas las bestias y las aves del cielo cayeron lejos de estas ovejas y fueron engullidas por la tierra que se cerró sobre ellas.
19 Observé el momento en que una gran espada fue entregada a las ovejas y ellas procedieron contra todas las fieras del campo para matarlas y todas las bestias y las aves huyeron de su presencia.
20 Vi cuando un trono fue erigido sobre la tierra agradable, el Señor de las ovejas se sentó sobre él y el Otro tomó los libros sellados y los abrió ante el Señor de las ovejas.
21 El Señor llamó a esos hombres blancos, los siete primeros y mandó que ellos llevaran ante Él, comenzando por la primera estrella que las guiaba, a todas las estrellas cuyo miembro sexual era como el de los caballos. y ellos las llevaron a todas ante Él.
22 Luego, Él habló al hombre que escribía ante Él, uno de los siete hombres blancos, y le dijo: "Toma esos setenta pastores a quienes había encomendado las ovejas y que después de haberlas recibido degollaron a muchas más de las que se les había mandado".
23 He aquí que los vi a todos encadenados y todos se postraron ante Él.
24 El juicio recayó en primer lugar sobre las estrellas y ellas fueron juzgadas, encontradas culpables y enviadas al lugar de condenación, fueron arrojadas a un abismo llenos de fuego, llamas y columnas de fuego. (Os 4:1-8).
25 Entonces los setenta pastores fueron juzgados, encontrados culpables y arrojados al abismo ardiente.
26 Vi en ese momento cómo un precipicio que se estaba abriendo en medio de la tierra. Llevaron a aquellas ovejas ciegas hasta allí y todas fueron juzgadas y encontradas culpables y arrojadas al abismo en semejante abismo de fuego y ellas ardieron en ese precipicio que estaba a la derecha de esa casa.
27 Vi arder a esas ovejas y sus huesos también ardían.
28 Me levanté para ver como Él desarmó esa vieja casa, se llevó todas sus columnas, vigas y adornos de la casa que fueron retirados al mismo tiempo, y se los llevaron y los pusieron en un lugar al sur de la tierra.
29 Vi cuando el Señor de las ovejas trajo una nueva casa, más grande y alta que la primera y Él la puso en el sitio de la primera que había sido desarmada. Y todas sus columnas eran nuevas y sus adornos eran nuevos y mayores que los de la primera, la casa vieja que se había llevado. Todas las ovejas estaban adentro. (Es 6:14-15; Ez 40:2; Ap 21:10-11).
30 Vi a todas las ovejas que quedaban, a las bestias de la tierra y a las aves del cielo inclinarse para rendir homenaje a estas ovejas, suplicarles y obedecerles en todas las cosas. (Ap 7:13-15, 22:3).
31 Luego esos tres que estaban vestidos de blanco, aquellos que me habían elevado antes, me tomaron de la mano y también el carnero me tomo la mano y me hicieron subir y sentar en medio de estas ovejas, antes de que tuviera lugar el juicio.
32 Estas ovejas eran todas blancas y su lana abundante y pura. (Ap 7:9).
33 Y todas las que habían sido destruidas o dispersadas por las bestias del campo y las aves del cielo, se congregaron en esta casa y el Señor de las ovejas se regocijó con gran alegría porque todas eran buenas y porque ellas habían regresado a su casa.
34 Vi cuando ellas depusieron esa espada que había sido dada a las ovejas: ellas la llevaron a la casa y la sellaron en presencia del Señor. Y todas las ovejas fueron invitadas a esta casa aunque no cabían. (Is 2:4; Os 2:20; Jl 4:10; Mi 4:3; Za 9:10-11).
35 Sus ojos fueron abiertos y ellas vieron bien y no hubo ninguna de ellas que no viera.
36 Vi que esta casa era grande, amplia y estaba completamente llena.
37 Vi que un toro blanco nació y sus cuernos eran grandes y todas las bestias del campo y todas las aves del cielo le temían y le suplicaban a toda hora.
38 Vi cuando fueron cambiadas todas sus especies y todos se convirtieron en toros blancos y el primero entre ellos se transformó en un cordero que llegó a ser un gran búfalo que tenía sobre su cabeza dos cuernos negros y el Señor de las ovejas se regocijó sobre él y sobre todos los toros. (Ap 4-5).
39 Yo estaba dormido en medio de ellos y me desperté después de haberlo visto todo.
40 Tal es la visión que tuve cuando estaba durmiendo y cuando me desperté bendije al Señor de Justicia y lo glorifiqué.
41 Entonces lloré mucho y sin contener mis abundantes lágrimas hasta más no poder y cuando yo miraba se deslizaban sobre lo que veía porque todo ocurrirá y se cumplirá, porque uno tras otro me fueron revelados todos los actos de los hombres.
42 Esa noche recordé mi primer sueño y lloré y me angustié porque había tenido esa visión.
LIBRO DE LAS SEMANAS [CARTA DE ENOC].
CAPÍTULO 91.
1 Ahora, hijo mío, Matusalén, convoca en torno a mí a todos tus hermanos, reúne a mi alrededor a todos los hijos de tu madre, porque la palabra me llama y el espíritu se ha vertido sobre mí, para que os revele todo lo que pasará, hasta la eternidad.
2 Así Matusalén fue y se juntó con todos sus hermanos y congregó a sus parientes;
3 y Enoc le habló a todos los hijos de justicia y les dijo: "Oíd hijos de Enoc todas las palabras de vuestro padre y atended la palabra de mi boca, pues es a vosotros a quienes exhorto y digo bienamados, amad la justicia y caminad con ella.
4 "No os acerquéis a la justicia con un corazón doble ni os asociéis con los de doble corazón; caminad con rectitud hijos míos, os guiará por buenos caminos y la justicia os acompañará.
5 "Sé que la violencia se incrementa sobre la tierra y un gran castigo va a ejecutarse sobre ella y toda injusticia será exterminada, cortada de raíz y sus estructuras serán completamente demolidas.
6 "La injusticia va a a ser consumada de nuevo sobre la tierra y todas las acciones de injusticia, opresión y trasgresión se duplicarán y prevalecerán. (Mt 24:12; 2 Ts 2:3).
7 "Pero cuando toda clase de obras de pecado, injusticia, blasfemia y violencia se hayan incrementado y la apostasía, la desobediencia y la impureza aumenten, un gran castigo del cielo vendrá sobre la tierra y el Señor santo vendrá con ira y castigo sobre la tierra para ejecutar el juicio. (Mt 24:29-44).
8 "En esa época la violencia será cortada de raíz y de la injusticia y del engaño serán destruidas bajo el cielo. (4 Es 18:53).
9 "Todos los ídolos de las naciones y sus templos serán abandonados, quemados con fuego y desterrados de toda la tierra.
10 Los justos se levantarán de sus sueños, la sabiduría surgirá y les será dada y la tierra descansará por todas las generaciones futuras. (Ap 20:4).
11 ¿Quién entre todos los humanos puede escuchar las palabras del Santo sin turbarse, comprender su mandamiento del Señor, o puede imaginar sus pensamientos?
12 ¿O quién entre todos los humanos puede contemplar todas las obras de los cielos o las columnas angulares sobre las que descansan? ¿Y quién ve un alma o un espíritu y puede volver para contarlo? ¿O subir y ver todos sus confines y pensar u obrar como ellos?
13 ¿O quién entre los hijos de los hombres puede conocer y medir cuál es la longitud y la anchura de toda la tierra? ¿O a quién se le han mostrado todas sus dimensiones y su forma? (Ef 3:18).
14 ¿Quién entre todos los humanos puede conocer cuál es la longitud de los cielos y cuál es su altura o cómo se sostienen o cuan grande es el número de las estrellas?
…
18 Y ahora voy a hablaros hijos míos para mostraros todos los caminos de justicia y todos los caminos de violencia y de nuevo os los mostraré para que sepáis lo que va a ocurrir.
19 Ahora pues, hijos míos, escuchadme y escoged los caminos de justicia y rechazad los de la violencia, porque marchan hacia la destrucción completa todos los que van por el camino de la injusticia.
CAPÍTULO 92.
1 Lo que escribió Enoc y entregó a Matusalén su hijo, y a todos los que habitan la tierra firme para que obren el bien y la paz:
2 "No os angustiéis en vuestro espíritu a causa de los tiempos, porque el Gran Santo ha dado un tiempo para todo. (2 Ts 2:2).
3 "Los justos se levantarán de su sueño y avanzarán por senderos de justicia y todos sus caminos y palabras serán de rectitud y gracia.
4 "Él otorgará la gracia a los justos y les dará su eterna justicia y su poder; Él permanecerá en bondad y justicia y marchará con luz eterna.
5 "En cambio, el pecado se perderá en las tinieblas para siempre y no aparecerá más desde ese día hasta la eternidad".
CAPÍTULO 93.
1 Enoc reanudó su discurso diciendo:
2 "A propósito de los hijos de la Justicia y acerca del Elegido del mundo, que ha crecido de una planta de verdad y de justicia, os hablaré y os daré a conocer yo mismo (Enoc), hijos míos, según he entendido y se me ha revelado todo por una visión celestial y por la voz de los Vigilantes y los Santos. En las tablas celestiales he leído y entendido todo".
3 Continuó hablando Enoc y dijo: "Yo, Enoc, nací el séptimo, en la primera semana, en la época en que la justicia aún era firme. (Gn 5:18).
4 "Después de mí, vendrá la semana segunda en la que crecerán la mentira y la violencia y durante ella tendrá lugar el primer Final, y entonces, un hombre será salvado. Y cuando esta semana haya acabado, la injusticia crecerá, y Dios hará una ley para los pecadores. (Gn 6-7; Jubileos 11:1-13; Ro 3:20, 7:7.13).
5 "Después, hacia el final de la tercera semana, un hombre será elegido como planta de juicio justo, tras de lo cual crecerá como planta de justicia para la eternidad. (Gn 12:1-3).
6 "Luego, al terminar la cuarta semana, las visiones de los santos y de los justos aparecerán y será preparada una ley para generaciones de generaciones y un cercado. (Dt 5:22).
7 "Después, al final de la quinta semana, una casa de gloria y poder será edificada para la eternidad. (1 R 7:11, 23:5; Sal 89:29-38).
8 "Luego, en la sexta semana, los que vivirán durante ella serán enceguecidos y su corazón, infielmente, se alejará de la sabiduría. Entonces un hombre subirá al cielo y al final de esta semana, la casa de dominación será consumida por el fuego y será dispersado todo el linaje de la raíz escogida. (2 R 2:5, 25:8-12).
9 "Luego, en la séptima semana surgirá una generación perversa; numerosas serán sus obras, pero todas estarán en el error.
10 " Y al final de esta semana serán escogidos los elegidos como testigos de la verdad de la planta de justicia eterna. Les será dada sabiduría y conocimiento por septuplicado.
11 [91] "Ellos para ejecutar el juicio, arrancarán de raíz las causas de la violencia y en ellas la obra de la falsedad.(Ap 19:11-21).
12 [91] "Después de esto vendrá la octava semana, la de la justicia, en la cual se entregará una espada a todos los justos para que juzguen justamente a los opresores, que serán entregados en sus manos.
13 [91] "Y al final de esta semana los justos adquirirán honestamente riquezas y será construido el templo de la realeza de El Grande, en su esplendor eterno, para todas las generaciones.
14 [91] "Tras esto, en la novena semana se revelarán la justicia y el juicio justo a la totalidad de los hijos de la tierra entera y todos los opresores desaparecerán totalmente de la tierra y serán arrojados al pozo eterno y todos los hombre verán el camino justo y eterno.(Mt 24.14; Mc 13:10).
15 [91] "Después de esto, en la décima semana, en su séptima parte, tendrá lugar el Juicio Eterno. Será el tiempo del Gran Juicio y Él ejecutará la venganza en medio de los santos. (Dn 7:10; Mt 25:31-46; Ap 20:11-15).
16 [91] "Entonces el primer cielo pasará y aparecerá un nuevo cielo y todos los poderes de los cielos se levantarán brillando eternamente siete veces más. (Is 65:17; 2 P 3:13; Ap 21:1).
17 [91] "Y luego de esta, habrá muchas semanas, cuyo número nunca tendrá fin, en las cuales se obrarán el bien y la justicia. El pecado ya no será mencionado jamás".
CAPÍTULO 94.
1 Ahora os digo hijos míos: "Amad la justicia y caminad en ella, porque los caminos de la justicia son dignos de ser aceptados, pero los caminos de la iniquidad serán destruidos y desaparecerán.
2 "A los hijos de los hombres de cierta generación les serán mostrados los caminos de la violencia y de la muerte y se mantendrán lejos de ellos y no los seguirán".
3 Ahora os digo a vosotros justos: "No andéis por los caminos de la maldad ni por los caminos de la muerte porque seréis destruidos.
4 "En cambio buscad y escoged para vosotros la justicia y elegid la vida; caminad por los senderos de paz y viviréis y prosperaréis. (Dt 29:19; Sal 85:11-14).
5 "Mantened mis palabras en vuestras reflexiones y no las hagáis padecer el ser borradas de vuestros corazones, pues sé que los pecadores tentarán a la gente para que pida con mala intención la sabiduría y tanto que no se le encontrará en ningún lugar, y ninguna prueba puede evitarse. (St 4:3).
6 "¡Desgracia para quienes edifican la injusticia y la opresión y las cimientan en el engaño, porque serán repentinamente derribados y no habrá paz para ellos! (Is 5.8; Am 8:5; Ha 2:9).
7 "¡Desgracia para los que edifican sus casas con el pecado porque todos sus cimientos serán arrancados y por la espada caerán! (Jr 22:13; Ha 2:11).
8 "Desgracia para vosotros ricos porque habéis confiado en vuestras riquezas, de vuestras riquezas seréis despojados a causa de que vosotros no os habéis acordado del Más Alto en la época de vuestra riqueza! (Lc 6:24, 16:25)… Los que poseéis el oro y la plata pereceréis repentinamente en el juicio.
9 "Habéis blasfemado y cometido injusticia y estáis maduros para el día de la matanza y la oscuridad, para el día del gran juicio.
10 "Os digo y os anuncio que quien os ha creado os derrocará y sobre vuestra ruina no habrá misericordia pues vuestro Creador se alegrará de vuestra destrucción.
11 "Y vosotros justos en esos días seréis un reproche para los pecadores y los impíos.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
Primer libro de Enoc. Parte 10
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Primer libro de Enoc. Parte 9.
Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
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Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
CAPÍTULO 86.
1 De nuevo estuve fijando mis ojos en el sueño y vi el cielo por encima y he aquí que una estrella cayó del cielo en medio de los toros grandes y comió y pastoreó en medio de ellos.
2 Entonces vi estos toros grandes y negros, todos ellos intercambiaban sus pastos, establos y becerros y comenzaron a vivir unos con otros.
3 Observé de nuevo en mi sueño y miré hacia el cielo y he aquí que muchas estrellas descendían y caían del cielo en medio de la primera estrella y eran transformadas en toros en medio de aquellos becerros y pastaban con ellos y entre ellos.
4 Los miré y vi como todos sacaron su miembro sexual como caballos y montaron las vacas de los toros y todas quedaron preñadas y parieron elefantes, camellos y asnos.
5 Todos los toros les tenían miedo, se aterrorizaron con ellos y comenzaron a morder con sus dientes a devorar ya cornear.
6 Y además comenzaron a devorar a esos toros y he aquí que todos los hijos de la tierra se empezaron a temblar y a espantarse ante ellos y a huir.
CAPÍTULO 87.
1 Nuevamente vi cómo comenzaban a golpearse el uno al otro y a devorarse el uno al otro y la tierra se puso a gritar.
2 Después elevé de nuevo mis ojos al cielo y tuve una visión; hela aquí: salieron del cielo seres parecidos a hombres blancos, salieron cuatro de ese lugar y tres con ellos.
3 Así, esos tres que salieron de últimos me tomaron de la mano y me llevaron por sobre la generación terrestre hasta un lugar elevado y me mostraron una torre alta construida sobre la tierra y todas las colinas eran más bajas.
4 Me dijeron: "Permanece aquí hasta que hayas visto todo lo que le sucederá a estos elefantes, camellos y asnos y a las estrellas, las vacas y a todos ellos".
CAPÍTULO 88.
1 Vi a uno de los cuatro que había salido primero, agarrar a la primera estrella que había caído del cielo, atarla de pies y manos y arrojarla en el abismo profundo, angosto, escarpado y oscuro.
2 Después uno de ellos sacó la espada y se la dio a los elefantes, camellos y asnos y ellos comenzaron a herirse el uno al otro y toda la tierra tembló a causa de esto.
3 Seguía observando mi sueño, cuando he aquí que a uno de los cuatro que habían salido, le llegó una orden del cielo y él tomó a todas las numerosas estrellas cuyos miembros sexuales eran como los de los caballos y él las ató a todas de pies y manos y las arrojó en un abismo de la tierra.
CAPÍTULO 89.
1 Uno de los cuatro fue hasta donde uno de los toros blancos y le enseñó y él construyó para sí un barco y habitó en su interior. Los tres toros entraron con él en el barco que fue cubierto y techado por encima de ellos.
2 Yo estaba mirando y vi siete chorros echando mucha agua sobre la tierra.
3 He aquí que se abrieron los depósitos de agua del interior de la tierra y comenzaron a brotar y a subir las aguas sobre ella. Seguí mirando hasta que la tierra fue cubierta por las aguas, (Gn 7:11).
4 por la oscuridad y por la niebla que se cernía sobre ella.
5 Los toros fueron sumergidos, alejados y aniquilados en aquellas aguas.
6 El barco flotó sobre las aguas, pero todos los toros, asnos salvajes, camellos y elefantes se hundieron en las aguas.
7 De nuevo vi en mi sueño cómo los chorros de agua desaparecieron del alto techo, las grietas de la tierra fueron niveladas pero otros abismos se abrieron;
8 y el agua empezó a descender por ellos, hasta que la tierra quedó al descubierto, la barca reposó sobre la tierra, la oscuridad se retiró y apareció la luz. (Gn 8:13).
9 Entonces el toro blanco que se había convertido en hombre salió de esta barca y con él los tres toros, uno de los cuales era blanco y se parecía a ese toro, otro era rojo como sangre y el otro negro.
10 Empezaron a engendrar bestias salvajes y aves. Hubo una multitud de toda especie: leones, leopardos, perros, lobos, hienas, cerdos salvajes, zorros, ardillas, jabalís, halcones, buitres, gavilanes, águilas y cuervos. En medio de ellos nació otro toro blanco. (Gn 10-11).
11 Comenzaron a morderse unos a otros. El toro blanco que había nacido en medio de ellos, engendró un asno salvaje y también un becerro blanco. El asno salvaje se multiplicó. (Gn 21:12-13).
12 El becerro blanco, que había sido engendrado por el toro blanco, engendró un jabalí negro y un carnero blanco. El jabalí engendró muchos jabalís y el carnero engendró doce ovejas. (Gn 25:25-26; Gn 35:22-26).
13 Cuando estas doce ovejas hubieron crecido le dieron una oveja de entre ellas a los asnos salvajes, pero esos asnos a su vez entregaron esa oveja a lobos y la oveja creció entre los lobos. (Gn 27:12-36).
14 El carnero guió a todas las once ovejas a habitar y pacer con él entre los lobos y ellas se multiplicaron y se transformaron en un rebaño de numerosas ovejas. (Gn 46:1-7).
15 Los lobos empezaron a oprimir al rebaño hasta hacer perecer a sus pequeños y a arrojar a sus pequeños en una corriente de agua. Entonces las ovejas comenzaron a gritar por sus pequeños y a lamentarse ante su Señor. (Gn 47:27; Ex: 1:7-22).
16 Una oveja que había escapado de los lobos huyó y fue hasta donde los asnos salvajes. Yo miré mientras el rebaño se quejaba y gritaba terriblemente hasta que descendió el Señor del rebaño a la voz de las ovejas, desde su alto santuario vino a su lado y las hizo pacer. (Ex 2:15, 22, 23).
17 Llamó a la oveja que había escapado de los lobos y le hablo sobre los lobos, para que los intimara a no tocar más a las ovejas. (Ex 3).
18 Y esta oveja fue adonde los lobos por orden del Señor y otra oveja se encuentro con ella y fue con ella. Fueron y las dos entraron juntas en la asamblea de los lobos, por orden del Señor, les hablaron y les intimaron para que no tocaran más a las ovejas. (Ex 5:1-5).
19 Desde entonces observé que los lobos oprimieron con más dureza y con todas sus fuerzas a las ovejas y las ovejas gritaron fuerte. (Ex 5.6-9).
20 Y su Señor fue al lado de las ovejas y se puso a golpear a esos lobos y los lobos comenzaron a lamentarse, en cambio las ovejas llegaron a tranquilizase y desde ahí cesaron de gritar. (Ex 7-11, 12:29-31).
21 Vi las ovejas cuando partían de entre los lobos y los ojos de los lobos fueron oscurecidos y esos lobos salieron persiguiendo a las ovejas con todas sus fuerzas. (Ex 12:37, 14:5-7).
22 Pero el Señor de las ovejas fue con ellas conduciéndolas, todas sus ovejas le seguían y su rostro era resplandeciente, glorioso y terrible a la vista. (Ex 13:21,22, 14:8).
23 Los lobos comenzaron a perseguir a esas ovejas, hasta que se las alcanzaron cerca de un estanque de agua. (Ex 14:9).
24 Pero este estanque de agua se dividió y el agua se levantó de un lado y del otro ante su cara y el Señor los condujo y se colocó Él mismo entre ellos y los lobos. (Ex 14:21,22).
25 Como esos lobos no veían más a las ovejas, ellas anduvieron en medio de este estanque y los lobos persiguieron a las ovejas y corrieron tras ellas, esos lobos en este estanque de agua. (Ex 14:23).
26 Y cuando ellos vieron al Señor de las ovejas se regresaron para huir de su presencia, pero este estanque de agua se cerró y volvió repentinamente a su posición natural y se llenó de agua. (Ex 14:24-27).
27 Continué mirando hasta que todos los lobos que iban persiguiendo a este rebaño, perecieron sumergidos y ahogados y las aguas los cubrieron. (Ex 14:28).
28 El rebaño se apartó de estas aguas y fueron a un lugar desolado en el que no hay agua ni hierba y sus ojos se abrieron y vieron. Miré hasta que el Señor del rebaño los apacentó, les dio agua y hierba y la oveja fue y los guió. (Ex 15:22-27, 17:6).
29 La oveja subió a la cima de una roca elevada y el Señor del rebaño la envió en medio del rebaño y todos ellas se mantenían a distancia. (Ex 19:3).
30 Entonces miré y he aquí que el Señor del rebaño se alzó frente al rebaño y su apariencia era potente, grandiosa y terrible y todo el rebaño lo vio y tuvo miedo de Él. (Ex 19:16).
31 Todas estaban asustadas y temblando ante Él y le gritaron al cordero que era su segundo y que estaba en medio de ellas: "Nosotras no podemos estar delante del Señor".
32 Entonces se volvió el cordero que las guiaba y subió por segunda vez a la cima de aquella roca. Pero el rebaño comenzó a cegarse y a apartarse del camino que les había señalado, sin que el cordero supiera tales cosas. (Ex 32:1-6).
33 El Señor del rebaño se enfureció mucho contra el rebaño, el cordero lo supo y descendió de la cima de aquella roca y vino al rebaño y encontró a la mayoría cegadas y extraviadas. (Ex 32:7-10,19).
34 Cuando lo vieron comenzaron a atemorizarse delante de Él, queriendo volver a sus rediles.
35 El cordero tomó con él a otras ovejas y vino al rebaño, degollaron a todas las extraviadas y comenzaron a temblar ante Él. Entonces ese cordero hizo regresar a sus rediles a todo el rebaño extraviado. (Ex 32:27-28).
36 Continué viendo este sueño hasta que este cordero se transformó en hombre, construyó un campamento para el Señor del rebaño y llevó a todo el rebaño a este campamento. (Ex 33:7-11, 40).
37 Seguí mirando hasta que se durmió esa oveja que se había unido al cordero que dirigía a las ovejas. Observé hasta que todas las ovejas mayores hubieron perecido y se levantaron en su lugar unas menores y ellas entraron en un pastizal y se acercaron a un río.
38 Después la oveja que los guiaba y que se había convertido en hombre, fue separada de ellas, se durmió y todas las ovejas la buscaron y lloraron por ella con grandes lamentos. (34:5,7).
39 Vi hasta que terminaron de llorar por esta oveja, después atravesaron este río y vinieron otras ovejas que las guiaron en lugar de las que se durmieron después de haberlas guiado. (Dt 34:8; Jos:17).
40 Vi las ovejas hasta que entraron en una región hermosa, en una tierra agradable y espléndida. Vi esas ovejas hasta que fueron saciadas y ese campamento estaba entre ellas en esa tierra agradable.
41 Tan pronto como abrían los ojos se cegaban, hasta que se levantó otra oveja y las guió y las condujo a todas y se abrieron sus ojos. (1 S 3:1-14).
42 Los perros, los zorros y los jabalís salvajes se pusieron a devorar estas ovejas hasta que el Señor de las ovejas levantó un carnero de en medio de ellas para guiarlas. (1 S 4:1-11, 10:17-25).
43 Ese carnero comenzó a embestir de un lado y de otro a esos perros, zorros y jabalís, hasta que hizo perecer a todos ellos. (1 S 11:1-11).
44 Esa oveja cuyos ojos fueron abiertos, vio que al carnero que estaba entre las ovejas lo abandonaba su gloria y comenzaba a embestir a las ovejas, a pisotearlas y a comportarse en forma indebida. (1 S 13:13-14).
45 Entonces el Señor de las ovejas envió al cordero a otro cordero y lo ascendió para que fuera un carnero y dirigiera a las ovejas en vez del carnero al que había abandonado su gloria. (1 S 16).
46 Fue a su lado y le habló en secreto y lo ascendió a carnero, lo hizo juez y pastor de las ovejas, pero durante todos estos acontecimientos, los perros oprimían a las ovejas.
47 El primer carnero persiguió al segundo y este segundo salió y huyó de su presencia, pero vi hasta que los perros abatieron a aquel primer carnero. (1 S 19:9-12; 22-24).
48 Después ese segundo carnero se levantó y condujo a las ovejas y engendró numerosas ovejas y luego se durmió. Una pequeña oveja se convirtió en carnero y fue el juez y el líder en su lugar. (2 S 2:4; 1 R 1:38-39).
49 Esas ovejas crecieron y se multiplicaron y todos esos perros, zorros y jabalís tuvieron miedo y huyeron lejos. Este carnero embistió y mató a todas las bestias salvajes y esas bestias no tuvieron más poder entre las ovejas ni les guiaron más.
50 Esa casa llegó a ser grande y amplia y fue edificada por esas ovejas. Una torre elevada y grande fue construida sobre la casa, para el Señor de las ovejas. El campamento era bajo, pero la torre muy alta y el Señor de las ovejas se mantenía sobre ella y ofrecieron ante Él una mesa llena. (1 R 6-8).
51 Después vi a esas ovejas errar de nuevo e ir por una multitud de caminos y abandonar su casa. El Señor de las ovejas llamó de entre ellas a algunas ovejas y las envió al lado de las ovejas, pero las ovejas comenzaron a asesinarlas.
52 Pero, una de ellas fue salvada y no fue muerta, salió y gritó a causa de las ovejas y ellas quisieron matarla, pero el Señor de las ovejas la salvó de entre las manos de las ovejas, la hizo subir y habitar cerca de mí. (2 R 2:5).
53 Él envió sin embargo muchas otras ovejas a esas ovejas para testificarles y para lamentarse sobre ellas.
54 Después las vi abandonar la casa del Señor y su torre; erraban en todo y sus ojos estaban cerrados. Vi al Señor de las ovejas hacer una gran carnicería con ellas, hasta que esas ovejas provocaron la carnicería y traicionaron su puesto.
55 Él las abandonó en las manos de los leones y los tigres, de los lobos y las hienas, de los zorros y de todas las bestias salvajes, que comenzaron a despedazar a estas ovejas.
56 las vi abandonar su casa y su torre y entregarlas a los leones para que las destrozaran y devoraran. (Jr 39:8; 2 R 25:8-12; 2 Cr 36:17-20; Mt 24:1-2)
57 Me puse a gritar con todas mis fuerzas y a llamar al señor de las ovejas y le hice ver que las ovejas eran devoradas por todas las bestias salvajes.
58 Pero Él permaneció inmutable y cuando las vio se alegró al ver que era devoradas, tragadas y robadas y las abandono para que fueran pasto de las bestias.
59 Él llamó a setenta pastores y les entregó a esas ovejas para que las llevaran a pastar y le dijo a los pastores y a sus acompañantes: "Que cada uno de vosotros lleve de ahora en adelante a las ovejas a pacer y todo lo que os ordene, hacedlo.
60 "Os las entregaré debidamente contadas y os diré cuáles deben ser destruidas y esas, hacedlas perecer". Y les entregó aquellas ovejas.
61 Después el llamó a Otro y le dijo: "Observa y registra todo lo que los pastores hacen a estas ovejas, ya que ellos destruyen más de las que yo les he mandado;
62 todo exceso y destrucción que sea ejecutado por los pastores regístralo: cuántos destruyen de acuerdo con mi orden y cuántos de acuerdo con su propio capricho. Pon en la cuenta de cada pastor la destrucción que efectúe.
63 "Lee luego el resultado ante mí: cuántas destruyeron y cuántas les entregué para su destrucción. Que esto pueda ser un testimonio contra ellos para saber toda acción de los pastores, que yo los evalúe y vean lo que hacen y si se atienen o no a lo que les he ordenado.
64 "Pero, ellos no deben enterarse, no debes contarlo a ellos ni debes advertirles, sino solamente anotar cada destrucción que los pastores ejecuten, una por una y al momento, y exponer todo eso ante mí.
65 Vi cuando esos pastores pastorearon en su tiempo y comenzaron a matar y destruir a más ovejas de las que fueron ofrecidas y ellos entregaron a esas ovejas en manos de los leones.
66 Los leones y los tigres devoraron a gran parte de esas ovejas y los jabalís comieron junto con ellos. Ellos quemaron esa torre y demolieron esa casa.
67 Me entristecí muchísimo por esa torre porque la casa de las ovejas fue demolida y ya no pude ver si esas ovejas entraban en esa casa.
68 Los pastores y sus cómplices entregaron a esas ovejas a todas las bestias salvajes, para que las devoraran pero cada uno de ellos había recibido un número determinado y fue anotado para cada uno de ellos, por el Otro, en un libro, cuántas de ellas habían destruido.
69 Cada uno mataba y destruía más de las que fueron prescritas y yo comencé a llorar y a lamentarme por causa de esas ovejas.
70 Entonces en la visión observé al que escribía como anotaba cada una que era destruida por esos pastores día por día y él llevó y expuso todo su libro y mostró al señor de las ovejas todo lo que realmente habían hecho ellos y todo lo que cada uno había hecho y todas las que ellos habían entregado a la destrucción.
71 Y el libro fu leído ante el Señor de las ovejas y Él tomó el libro en su mano, lo leyó, lo selló y lo archivó.
72 Tras eso, vi que los pastores las llevaban a pastar durante doce horas y he aquí que tres de esas ovejas regresaron; arribaron, entraron y empezaron edificar todo lo que se había derrumbado de esa casa, pero los jabalís se lo impidieron y ellas no fueron capaces. (Ne 3:33).
73 Después, ellas comenzaron de nuevo a construir, como antes elevaron la torre, que fue llamada torre alta, y comenzaron de nuevo a colocar una mesa ante la torre, pero todo el pan que había estaba contaminado e impuro.
74 Acerca de todo esto los ojos de esas ovejas estaban cegados y no veían y sus pastores tampoco y él las entregó para una mayor destrucción a sus pastores que pisotearon las oveja con sus pies y las devoraron.
75 El Señor de las ovejas se mantuvo indiferente hasta que todas las ovejas fueron dispersadas por el campo y se mezclaron con ellas, y ellos no las salvaron de las manos de las bestias.
76 El que había escrito el libro lo trajo, lo mostró y lo leyó ante el Señor de las ovejas; le imploró y suplicó por cuenta de ellas y le mostró todos los actos de los pastores y dio testimonio ante Él contra los pastores. (Ez 34:4; Za 11:4).
77 Tomó el libro vigente, lo depositó al lado de Él y se fue.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
Primer libro de Enoc. Parte 9
Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Talvez no has leído aun:
Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
Primer libro de Enoc. Parte 4.
CAPÍTULO 78.
1 [Los nombres del sol son los siguientes: el primero es Oranyes y el segundo Tomás;
2 y la luna tiene cuatro nombres: el primero es Asonya, el segundo Ebela, el tercero Benase y el cuarto Era'el.].
3 Estas son las dos grandes luminarias, su circunferencia es como la circunferencia del cielo y la talla de sus dos circunferencias es similar.
4 Dentro de la circunferencia del sol hay siete partes de luz que le son añadidas de más con respecto a la luna y con completa mesura le es transferida a ella hasta la séptima parte extraída al sol.
5 Ellas se ponen y entran por las puertas del occidente, hacen su viraje por el norte y vuelven por las puertas del oriente sobre la faz del cielo.
6 Cuando la luna se levanta, la mitad de un séptimo de su luz brilla en los cielos para aparecer sobre la tierra y se completa de día en día, hasta el día catorce cuando toda su luz está completa.
7 Su luz crece por quinceavos y se completa de día en día hasta el día quince, en el cual toda su luz está completa, según el signo de los años. La luna crece y realiza sus fases de a medios séptimos.
8 En su fase menguante la luna disminuye su luz: el primer día un catorceavo; el segundo, un treceavo; el tercero, un doceavo; el cuarto, un onceavo; el quinto, un décimo; el sexto, un noveno; el séptimo, un octavo; el octavo, un séptimo; el noveno, un sexto; el décimo, un quinto; el undécimo, un cuarto; el duodécimo, un tercio; el treceavo, un medio; el catorceavo la mitad de un séptimo; hasta que el quinceavo desaparece todo remanente de luz.
9 En ciertos meses tiene veintinueve días y otras veces veintiocho días.
10 Y Uriel me enseñó otro cálculo, habiéndome mostrado cuando la luz es transferida a la luna y sobre cual lado se la transfiere el sol.
11 Durante toda la fase creciente de la luna, se transfiere su luz frente al sol durante catorce días hasta que se ilumina toda y su luz es completa en el cielo.
12 El primer día es llamada luna nueva, porque desde ese día su luz crece.
13 Llega a ser luna llena exactamente en el momento en que el sol se oculta por el occidente y ella asciende desde el oriente por la noche y la luna brilla durante toda la noche, hasta que el sol nace frente a ella y la luna es observada frente al sol.
14 Por el lado por que la luz de la luna llega, por ahí decrece de nuevo, hasta que toda su luz desaparece, los días del mes se completan y su circunferencia está vacía, sin luz.
15 Por tres meses ella sale de treinta días y en su tiempo ella sale por tres meses de veintinueve días cada uno, en los cuales ella cumple su menguante en el primer período de tiempo y en el primer portal, por cinto setenta y siete días.
16 En el tiempo de su nacimiento ella aparece por tres meses de treinta días cada uno y por tres meses aparece veintinueve días cada uno.
17 En la noche ella aparece por veinte días cada mes.
CAPÍTULO 79.
1 Hijo mío: ya te he enseñado todo y la ley de todas las estrellas de los cielos ha concluido.
2 Me ha enseñado todas su leyes para todos los días, para todas las estaciones imperantes, para todos los años y su finalización, para el orden prescrito para todos los meses y todas las semanas, por veinte días cada mes;
3 y el menguante de la luna que comienza a través de la sexta puerta en la cual se completa su luz,
4 que ocurre en el primer portal en su tiempo y se completa a los ciento setenta y siete días o contado en semanas, veinticinco semanas y dos días.
5 Ella se atrasa exactamente cinco días en el curso de un período, con respecto del sol y del orden de las estrellas y al ocurrir esto es corregida. Parece como la imagen de una visión cuando su luz se atrasa.
6 Cuando ella se encuentra en su plenitud, en la noche esta visión parece como un hombre, en la noche aparece como la imagen del sol en el cielo y no hay nada más en ella, salvo su luz. Tal es la visión y la imagen de todas las luminarias, que me mostró Uriel, el gran ángel.
CAPÍTULO 80.
1 En esos días Uriel me dirigió la palabra y me dijo: "Mirad que te he revelado todo, Enoc, te he enseñado todo para que pudieras ver este sol, esta luna, las guías de las estrellas de los cielos y todos aquellos que las hacen recorrer y sus tareas, tiempos y salidas.
2 En los días de los pecadores los años serán acortados y su semilla llegará tarde a sus tierras y campos; todas las cosas sobre la tierra se alterarán y no saldrán a su debido tiempo; la lluvia será retenida y los cielos la retendrán.
3 En esa época los frutos de la tierra serán retenidos, no crecerán a tiempo los frutos de los árboles, serán retardados;
4 la luna alterará su orden y no aparecerá a su debido tiempo.
5 [En esos días el sol será visto en el cielo ardiente extendiendo la esterilidad y viajará por la noche sobre el límite del gran carro del occidente] y brillará más que lo que corresponde al orden de su luz.
6 Muchas guías de las estrellas trasgredirán el orden, alterarán sus órbitas y tareas y no aparecerán en el momento prescrito para ellas.
7 Todas las leyes de las estrellas serán ocultadas a los pecadores; los pensamientos de quienes viven sobre la tierra estarán errados al respecto y ellos equivocarán sus caminos y tendrán a las estrellas como dioses. (Sb 13:2; Ro 1:25).
8 El mal se multiplicará sobre ellos y el castigo contra ellos llegará para aniquilarlos a todos.
CAPÍTULO 81.
1 Me dijo: "Mira Enoc estas tablillas celestiales, lee lo que está escrito allí y señala cada dato".
2 Miré las tablillas celestiales y leí todo lo que estaba escrito y lo comprendí todo; leí el libro de todas las acciones de la humanidad y de todos los hijos de la carne que están sobre la tierra, hasta las generaciones remotas.
3 En seguida bendije al gran Señor, Rey de Gloria por la eternidad, porque ha hecho todas las criaturas del universo y alabé al Señor por su paciencia y le bendije por los hijos de Adán.
4 Entonces dije: Bienaventurado el hombre que muera en justicia y bondad y contra el cual no se haya escrito un libro de injusticia ni se encuentre uno el día del juicio. (Sal 1:1; Dn 7:10).
5 Esos siete santos me llevaron y me colocaron sobre la tierra frente al portón de mi casa y me dijeron: "Da a conocer todo a Matusalén tu hijo; enseña a todos sus hijos que ningún ser de carne es justo ante el Señor, porque Él es su Creador. (Job 9:2; Sal 14:1).
6 "Te dejaremos un año al lado de tu hijo hasta que des tus instrucciones, para que enseñes a tus hijo, escribir para ellos lo que has visto y lo testifiques a todos tus hijos; luego, en el segundo año se te separará de ellos.
7 "Que tu corazón sea fuerte porque los buenos anunciarán la justicia a los buenos, los justos con los justos se alegrarán y se felicitarán el uno al otro.
8 "En cambio el pecador morirá con el pecador y el apóstata se hundirá con el apóstata”.
9 "Los que practican la justicia morirán por obra de los hombres y serán llevados a causa de las acciones de los malvados". (2 R 22:20; Is 57:1).
10 En esos días terminaron de hablarme y yo regresé con mi gente, bendiciendo al Señor del universo.
CAPÍTULO 82.
1 Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre y entrégalo a las generaciones del mundo.
2 Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos.
3 Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito.
4 Dichosos todos los justos; dichosos todos los que caminan por el camino de la justicia y que no pecan como los pecadores en el cálculo de los días: cuando el sol recorre los cielos, entra y sale por cada puerta durante treinta días, junto con los jefes de millar de la especie de las estrellas, añadiendo los cuatro días que son intercalados para separar las cuatro partes del año, las cuales los guían y entran con ellas cuatro días. (Dn 7:25).
5 Debido a ello los hombres se equivocan y no los cuentan dentro del cómputo completo del año, están en el error y no lo reconocen debidamente,
6 porque ellos están incluidos en el cómputo de los años y están verdaderamente asignados para siempre, uno a la primera puerta, otro a la tercera, otro a la cuarta y otro a la sexta y el año está completo en trescientos sesenta y cuatro días.
7 El cómputo de ellos es correcto y la cuenta registrada de ellos exacta, de las luminarias, meses, fiestas, años y días; me lo ha mostrado y revelado Uriel a quien es Señor de la creación del mundo ha subordinado las huestes de los cielos.
8 Él tiene poder sobre la noche y sobre el día, para hacer brillar la luz sobre los humanos: el sol, la luna, las estrellas y todas las potencias de los cielos que giran sobre sus órbitas.
9 Esta es la ley de las estrellas con relación a sus constelaciones, sus lunas nuevas y sus signos.
10 Estos son los nombres de quienes las guían, de quienes vigilan que entren en su tiempo, en orden en su estación, su mes, en su período, con su potencia y en su posición.
11 Sus cuatro guías, quienes dividen las cuatro partes del año, entran primero, enseguida los doce jefes de la clase que separan los meses y por los trescientos sesenta días están los jefes de millar, dividiendo los días, y por los cuatro que son intercalados, están quienes como guías dividen las cuatro partes del año.
12 Los jefes de millar están intercalados entre guía y guía, cada unto tras una estación, las que sus guías separan.
13 Estos son los nombres de los guías que separan las cuatro partes del año que han sido fijadas: Melki'el, Helimmel'ek, M'elay'el y Nar'el.
14 Y los nombres de quienes los conducen: Adn'ar'el, Idyasusa'el e 'Ilume'el; estos tres son los que siguen a los jefes de clases de las estrellas y hay otro que viene detrás de los tres jefes de clases que siguen a los guías de las estaciones que separan las cuatro estaciones del año.
15 Al principio del año se levanta primero Melki'el, quien es llamado Tamaini y "sol", y todos los días de su gobierno, sobre los cuales él domina, son noventa y un días.
16 he aquí los signos de los días que aparecen sobre la tierra durante el tiempo de su dominio: calor, sudor y calma; todos los árboles producen frutos y las hojas crecen sobre ellos; la mies del trigo; la rosa florece, pero los árboles de invierno llega a secarse.
17 Estos son los nombres de los líderes que están sobre ellos: Berkai'el, Zalbesa'el y el otro que se añade, un jefe de millar llamado Hiluyasef, con el cual terminan los días de su dominio.
18 El siguiente guía es Helimmel'ek, llamado "sol brillante" y el total de días de su luz es de noventa y un días.
19 Estos son los signos de sus días, sobre la tierra: ardiente calor y sequedad; maduran los frutos de los árboles, que producen todos sus frutos maduros y a punto; las ovejas se aparean y conciben; se cosechan todos los frutos de la tierra, todo lo que hay en el campo y se prensa el vino; esto ocurre en los días de su dominio.
20 Estos son los nombres de los jefes de millar: Gidaya'el, Ke'el, He'el y se les añade Asfa'el durante el cual su dominio termina.
LIBRO DE LOS SUEÑOS.
CAPÍTULO 83.
1 Ahora, Matusalén, hijo mío, te manifestaré todas las visiones que he tenido y las recapitularé ante ti.
2 Tuve dos visiones antes de casarme, la una bastante diferente de la otra: la primera cuando aprendía a escribir y la segunda antes de tomar a tu madre. Tuve una visión terrible y al observarla oré al Señor.
3 Yo estaba acostado en la casa de mi abuelo Mahalalel y vi en una visión cómo el cielo colapsaba, se soltaba y caía sobre la tierra.
4 Cuando cayó sobre la tierra, vi la tierra devorada por un gran abismo, montañas suspendidas sobre montañas, colinas abatidas sobre colinas y los grandes árboles separados de sus troncos, arrojados y hundidos en el abismo.
5 Por eso una cayó dentro de mi boca y alcé mi voz para gritar y dije: "¡La tierra está destruida"!
6 Entonces mi abuelo Mahalalel me despertó, pues yo estaba acostado cerca de él; me dijo: "¿Por qué gritas así hijo mío, por qué profieres semejante lamento?".
7 Le conté toda la visión que había tenido y me dijo: "Así como tú has visto una cosa terrible, hijo mío, ya que es terrible la visión de tu sueño sobre los misterios de todos los pecados de la tierra, así la tierra está a punto de ser devorada por el abismo y aniquilada por una gran destrucción.
8 "Ahora, hijo mío, levántate y ruega al Señor de gloria, ya que tú eres fiel, para que para que permanezca un resto sobre la tierra y que Él no aniquile completamente la tierra.
9 "Hijo mío, desde el cielo vendrá todo eso sobre la tierra y sobre la tierra habrá una gran ruina".
10 Después de que me levanté, oré, imploré y supliqué, y escribí mi oración para las generaciones del mundo; y te mostraré todas estas cosas a ti Matusalén, hijo mío.
11 Cuando bajé, miré al cielo y vi al sol salir por el oriente y a la luna ocultarse por el occidente y a algunas estrellas y a la totalidad de la tierra y todas las cosas que Él ha creado desde el principio; entonces bendije al Señor del juicio y lo ensalcé porque Él hace salir el sol por las ventanas del oriente, de manera que ascienda y brille en la faz del cielo y vaya y se mantenga por el camino que Él le ha señalado.
CAPÍTULO 84.
1 Levanté mis manos en justicia y bendije al Santo y al grande y hablé con el aliento de mi boca y con la lengua de carne que Dios ha hecho para los hijos de carne del hombre, para que la utilicen al hablar, y les ha dado un aliento, una lengua y una boca para que hablen con ellas.
2 "Bendito seas, oh Señor, Rey grande y poderoso en tu grandeza, Rey de reyes, Señor de todo el universo. Tu poder, reinado y grandeza permanecen para siempre; tu dominio por todas las generaciones; los cielos son tu trono eterno y la tierra el escabel de tus pies por los siglos de los siglos.
3 "Porque eres tú quien ha creado y quien gobierna todas las cosas, no hay obra que sea difícil para ti; la sabiduría no se aleja de tu trono ni se va de tu presencia; Tú sabes, ves y oyes todas las cosas, nada está oculto para ti, porque todo lo ves.
4 "Ahora los ángeles del cielo son reos de pecado y sobre la carne del hombre recae tu cólera hasta el gran día del juicio.
5 "Ahora oh Dios, Señor y gran Rey, imploro y suplico que aceptes mi oración, que me dejes una descendencia sobre la tierra, que no aniquiles toda carne humana, que no vacíes la tierra y que la destrucción no sea eterna.
6 "Ahora pues, oh Señor, extermina de la tierra la carne que ha despertado tu cólera, pero la carne de justicia y rectitud, establécela como una planta de semilla eterna y no ocultes tu rostro de la oración de tu siervo, ¡Oh Señor!
CAPÍTULO 85.
1 Después de eso vi otro sueño y todo ese sueño te lo voy a mostrar, hijo mío.
2 Enoc levantó la voz y habló a su hijo Matusalén: "A ti quiero hablarte, hijo mío, escucha mis palabras y pon atención a la visión del sueño de tu padre.
3 Antes de tomar a tu madre Edna, vi una visión sobre mi cama y he ahí que un toro salía de la tierra y ese toro era blanco. Tras el toro salió una novilla y con ella dos terneros, uno de los cuales era negro y el otro rojo.
4 Entonces el ternero negro golpeó al rojo y le persiguió sobre la tierra y a partir de allí no pude ver ese ternero rojo.
5 Luego el ternero negro creció y esa novilla se fue con él y vi salir de él numerosos bueyes que se le semejaban y le seguían.
6 Y esa primera novilla se alejó del primer toro para buscar al ternero rojo, pero no lo encontró y profirió por él un gran lamento y lo buscó.
7 Vi que vino el primer toro y la hizo callar y no volvió a gritar.
8 Ella parió en seguida otro toro blanco y después de éste, parió numerosos toros y vacas negros.
9 Vi en mi sueño crecer a este toro blanco hasta llegar a ser un gran toro blanco, del cual salieron numerosos toros blancos semejantes a él.
10 Y ellos comenzaron a engendrar numerosos toros blancos que se les parecían y se seguían el uno al otro.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
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Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
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CAPÍTULO 78.
1 [Los nombres del sol son los siguientes: el primero es Oranyes y el segundo Tomás;
2 y la luna tiene cuatro nombres: el primero es Asonya, el segundo Ebela, el tercero Benase y el cuarto Era'el.].
3 Estas son las dos grandes luminarias, su circunferencia es como la circunferencia del cielo y la talla de sus dos circunferencias es similar.
4 Dentro de la circunferencia del sol hay siete partes de luz que le son añadidas de más con respecto a la luna y con completa mesura le es transferida a ella hasta la séptima parte extraída al sol.
5 Ellas se ponen y entran por las puertas del occidente, hacen su viraje por el norte y vuelven por las puertas del oriente sobre la faz del cielo.
6 Cuando la luna se levanta, la mitad de un séptimo de su luz brilla en los cielos para aparecer sobre la tierra y se completa de día en día, hasta el día catorce cuando toda su luz está completa.
7 Su luz crece por quinceavos y se completa de día en día hasta el día quince, en el cual toda su luz está completa, según el signo de los años. La luna crece y realiza sus fases de a medios séptimos.
8 En su fase menguante la luna disminuye su luz: el primer día un catorceavo; el segundo, un treceavo; el tercero, un doceavo; el cuarto, un onceavo; el quinto, un décimo; el sexto, un noveno; el séptimo, un octavo; el octavo, un séptimo; el noveno, un sexto; el décimo, un quinto; el undécimo, un cuarto; el duodécimo, un tercio; el treceavo, un medio; el catorceavo la mitad de un séptimo; hasta que el quinceavo desaparece todo remanente de luz.
9 En ciertos meses tiene veintinueve días y otras veces veintiocho días.
10 Y Uriel me enseñó otro cálculo, habiéndome mostrado cuando la luz es transferida a la luna y sobre cual lado se la transfiere el sol.
11 Durante toda la fase creciente de la luna, se transfiere su luz frente al sol durante catorce días hasta que se ilumina toda y su luz es completa en el cielo.
12 El primer día es llamada luna nueva, porque desde ese día su luz crece.
13 Llega a ser luna llena exactamente en el momento en que el sol se oculta por el occidente y ella asciende desde el oriente por la noche y la luna brilla durante toda la noche, hasta que el sol nace frente a ella y la luna es observada frente al sol.
14 Por el lado por que la luz de la luna llega, por ahí decrece de nuevo, hasta que toda su luz desaparece, los días del mes se completan y su circunferencia está vacía, sin luz.
15 Por tres meses ella sale de treinta días y en su tiempo ella sale por tres meses de veintinueve días cada uno, en los cuales ella cumple su menguante en el primer período de tiempo y en el primer portal, por cinto setenta y siete días.
16 En el tiempo de su nacimiento ella aparece por tres meses de treinta días cada uno y por tres meses aparece veintinueve días cada uno.
17 En la noche ella aparece por veinte días cada mes.
CAPÍTULO 79.
1 Hijo mío: ya te he enseñado todo y la ley de todas las estrellas de los cielos ha concluido.
2 Me ha enseñado todas su leyes para todos los días, para todas las estaciones imperantes, para todos los años y su finalización, para el orden prescrito para todos los meses y todas las semanas, por veinte días cada mes;
3 y el menguante de la luna que comienza a través de la sexta puerta en la cual se completa su luz,
4 que ocurre en el primer portal en su tiempo y se completa a los ciento setenta y siete días o contado en semanas, veinticinco semanas y dos días.
5 Ella se atrasa exactamente cinco días en el curso de un período, con respecto del sol y del orden de las estrellas y al ocurrir esto es corregida. Parece como la imagen de una visión cuando su luz se atrasa.
6 Cuando ella se encuentra en su plenitud, en la noche esta visión parece como un hombre, en la noche aparece como la imagen del sol en el cielo y no hay nada más en ella, salvo su luz. Tal es la visión y la imagen de todas las luminarias, que me mostró Uriel, el gran ángel.
CAPÍTULO 80.
1 En esos días Uriel me dirigió la palabra y me dijo: "Mirad que te he revelado todo, Enoc, te he enseñado todo para que pudieras ver este sol, esta luna, las guías de las estrellas de los cielos y todos aquellos que las hacen recorrer y sus tareas, tiempos y salidas.
2 En los días de los pecadores los años serán acortados y su semilla llegará tarde a sus tierras y campos; todas las cosas sobre la tierra se alterarán y no saldrán a su debido tiempo; la lluvia será retenida y los cielos la retendrán.
3 En esa época los frutos de la tierra serán retenidos, no crecerán a tiempo los frutos de los árboles, serán retardados;
4 la luna alterará su orden y no aparecerá a su debido tiempo.
5 [En esos días el sol será visto en el cielo ardiente extendiendo la esterilidad y viajará por la noche sobre el límite del gran carro del occidente] y brillará más que lo que corresponde al orden de su luz.
6 Muchas guías de las estrellas trasgredirán el orden, alterarán sus órbitas y tareas y no aparecerán en el momento prescrito para ellas.
7 Todas las leyes de las estrellas serán ocultadas a los pecadores; los pensamientos de quienes viven sobre la tierra estarán errados al respecto y ellos equivocarán sus caminos y tendrán a las estrellas como dioses. (Sb 13:2; Ro 1:25).
8 El mal se multiplicará sobre ellos y el castigo contra ellos llegará para aniquilarlos a todos.
CAPÍTULO 81.
1 Me dijo: "Mira Enoc estas tablillas celestiales, lee lo que está escrito allí y señala cada dato".
2 Miré las tablillas celestiales y leí todo lo que estaba escrito y lo comprendí todo; leí el libro de todas las acciones de la humanidad y de todos los hijos de la carne que están sobre la tierra, hasta las generaciones remotas.
3 En seguida bendije al gran Señor, Rey de Gloria por la eternidad, porque ha hecho todas las criaturas del universo y alabé al Señor por su paciencia y le bendije por los hijos de Adán.
4 Entonces dije: Bienaventurado el hombre que muera en justicia y bondad y contra el cual no se haya escrito un libro de injusticia ni se encuentre uno el día del juicio. (Sal 1:1; Dn 7:10).
5 Esos siete santos me llevaron y me colocaron sobre la tierra frente al portón de mi casa y me dijeron: "Da a conocer todo a Matusalén tu hijo; enseña a todos sus hijos que ningún ser de carne es justo ante el Señor, porque Él es su Creador. (Job 9:2; Sal 14:1).
6 "Te dejaremos un año al lado de tu hijo hasta que des tus instrucciones, para que enseñes a tus hijo, escribir para ellos lo que has visto y lo testifiques a todos tus hijos; luego, en el segundo año se te separará de ellos.
7 "Que tu corazón sea fuerte porque los buenos anunciarán la justicia a los buenos, los justos con los justos se alegrarán y se felicitarán el uno al otro.
8 "En cambio el pecador morirá con el pecador y el apóstata se hundirá con el apóstata”.
9 "Los que practican la justicia morirán por obra de los hombres y serán llevados a causa de las acciones de los malvados". (2 R 22:20; Is 57:1).
10 En esos días terminaron de hablarme y yo regresé con mi gente, bendiciendo al Señor del universo.
CAPÍTULO 82.
1 Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre y entrégalo a las generaciones del mundo.
2 Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos.
3 Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito.
4 Dichosos todos los justos; dichosos todos los que caminan por el camino de la justicia y que no pecan como los pecadores en el cálculo de los días: cuando el sol recorre los cielos, entra y sale por cada puerta durante treinta días, junto con los jefes de millar de la especie de las estrellas, añadiendo los cuatro días que son intercalados para separar las cuatro partes del año, las cuales los guían y entran con ellas cuatro días. (Dn 7:25).
5 Debido a ello los hombres se equivocan y no los cuentan dentro del cómputo completo del año, están en el error y no lo reconocen debidamente,
6 porque ellos están incluidos en el cómputo de los años y están verdaderamente asignados para siempre, uno a la primera puerta, otro a la tercera, otro a la cuarta y otro a la sexta y el año está completo en trescientos sesenta y cuatro días.
7 El cómputo de ellos es correcto y la cuenta registrada de ellos exacta, de las luminarias, meses, fiestas, años y días; me lo ha mostrado y revelado Uriel a quien es Señor de la creación del mundo ha subordinado las huestes de los cielos.
8 Él tiene poder sobre la noche y sobre el día, para hacer brillar la luz sobre los humanos: el sol, la luna, las estrellas y todas las potencias de los cielos que giran sobre sus órbitas.
9 Esta es la ley de las estrellas con relación a sus constelaciones, sus lunas nuevas y sus signos.
10 Estos son los nombres de quienes las guían, de quienes vigilan que entren en su tiempo, en orden en su estación, su mes, en su período, con su potencia y en su posición.
11 Sus cuatro guías, quienes dividen las cuatro partes del año, entran primero, enseguida los doce jefes de la clase que separan los meses y por los trescientos sesenta días están los jefes de millar, dividiendo los días, y por los cuatro que son intercalados, están quienes como guías dividen las cuatro partes del año.
12 Los jefes de millar están intercalados entre guía y guía, cada unto tras una estación, las que sus guías separan.
13 Estos son los nombres de los guías que separan las cuatro partes del año que han sido fijadas: Melki'el, Helimmel'ek, M'elay'el y Nar'el.
14 Y los nombres de quienes los conducen: Adn'ar'el, Idyasusa'el e 'Ilume'el; estos tres son los que siguen a los jefes de clases de las estrellas y hay otro que viene detrás de los tres jefes de clases que siguen a los guías de las estaciones que separan las cuatro estaciones del año.
15 Al principio del año se levanta primero Melki'el, quien es llamado Tamaini y "sol", y todos los días de su gobierno, sobre los cuales él domina, son noventa y un días.
16 he aquí los signos de los días que aparecen sobre la tierra durante el tiempo de su dominio: calor, sudor y calma; todos los árboles producen frutos y las hojas crecen sobre ellos; la mies del trigo; la rosa florece, pero los árboles de invierno llega a secarse.
17 Estos son los nombres de los líderes que están sobre ellos: Berkai'el, Zalbesa'el y el otro que se añade, un jefe de millar llamado Hiluyasef, con el cual terminan los días de su dominio.
18 El siguiente guía es Helimmel'ek, llamado "sol brillante" y el total de días de su luz es de noventa y un días.
19 Estos son los signos de sus días, sobre la tierra: ardiente calor y sequedad; maduran los frutos de los árboles, que producen todos sus frutos maduros y a punto; las ovejas se aparean y conciben; se cosechan todos los frutos de la tierra, todo lo que hay en el campo y se prensa el vino; esto ocurre en los días de su dominio.
20 Estos son los nombres de los jefes de millar: Gidaya'el, Ke'el, He'el y se les añade Asfa'el durante el cual su dominio termina.
LIBRO DE LOS SUEÑOS.
CAPÍTULO 83.
1 Ahora, Matusalén, hijo mío, te manifestaré todas las visiones que he tenido y las recapitularé ante ti.
2 Tuve dos visiones antes de casarme, la una bastante diferente de la otra: la primera cuando aprendía a escribir y la segunda antes de tomar a tu madre. Tuve una visión terrible y al observarla oré al Señor.
3 Yo estaba acostado en la casa de mi abuelo Mahalalel y vi en una visión cómo el cielo colapsaba, se soltaba y caía sobre la tierra.
4 Cuando cayó sobre la tierra, vi la tierra devorada por un gran abismo, montañas suspendidas sobre montañas, colinas abatidas sobre colinas y los grandes árboles separados de sus troncos, arrojados y hundidos en el abismo.
5 Por eso una cayó dentro de mi boca y alcé mi voz para gritar y dije: "¡La tierra está destruida"!
6 Entonces mi abuelo Mahalalel me despertó, pues yo estaba acostado cerca de él; me dijo: "¿Por qué gritas así hijo mío, por qué profieres semejante lamento?".
7 Le conté toda la visión que había tenido y me dijo: "Así como tú has visto una cosa terrible, hijo mío, ya que es terrible la visión de tu sueño sobre los misterios de todos los pecados de la tierra, así la tierra está a punto de ser devorada por el abismo y aniquilada por una gran destrucción.
8 "Ahora, hijo mío, levántate y ruega al Señor de gloria, ya que tú eres fiel, para que para que permanezca un resto sobre la tierra y que Él no aniquile completamente la tierra.
9 "Hijo mío, desde el cielo vendrá todo eso sobre la tierra y sobre la tierra habrá una gran ruina".
10 Después de que me levanté, oré, imploré y supliqué, y escribí mi oración para las generaciones del mundo; y te mostraré todas estas cosas a ti Matusalén, hijo mío.
11 Cuando bajé, miré al cielo y vi al sol salir por el oriente y a la luna ocultarse por el occidente y a algunas estrellas y a la totalidad de la tierra y todas las cosas que Él ha creado desde el principio; entonces bendije al Señor del juicio y lo ensalcé porque Él hace salir el sol por las ventanas del oriente, de manera que ascienda y brille en la faz del cielo y vaya y se mantenga por el camino que Él le ha señalado.
CAPÍTULO 84.
1 Levanté mis manos en justicia y bendije al Santo y al grande y hablé con el aliento de mi boca y con la lengua de carne que Dios ha hecho para los hijos de carne del hombre, para que la utilicen al hablar, y les ha dado un aliento, una lengua y una boca para que hablen con ellas.
2 "Bendito seas, oh Señor, Rey grande y poderoso en tu grandeza, Rey de reyes, Señor de todo el universo. Tu poder, reinado y grandeza permanecen para siempre; tu dominio por todas las generaciones; los cielos son tu trono eterno y la tierra el escabel de tus pies por los siglos de los siglos.
3 "Porque eres tú quien ha creado y quien gobierna todas las cosas, no hay obra que sea difícil para ti; la sabiduría no se aleja de tu trono ni se va de tu presencia; Tú sabes, ves y oyes todas las cosas, nada está oculto para ti, porque todo lo ves.
4 "Ahora los ángeles del cielo son reos de pecado y sobre la carne del hombre recae tu cólera hasta el gran día del juicio.
5 "Ahora oh Dios, Señor y gran Rey, imploro y suplico que aceptes mi oración, que me dejes una descendencia sobre la tierra, que no aniquiles toda carne humana, que no vacíes la tierra y que la destrucción no sea eterna.
6 "Ahora pues, oh Señor, extermina de la tierra la carne que ha despertado tu cólera, pero la carne de justicia y rectitud, establécela como una planta de semilla eterna y no ocultes tu rostro de la oración de tu siervo, ¡Oh Señor!
CAPÍTULO 85.
1 Después de eso vi otro sueño y todo ese sueño te lo voy a mostrar, hijo mío.
2 Enoc levantó la voz y habló a su hijo Matusalén: "A ti quiero hablarte, hijo mío, escucha mis palabras y pon atención a la visión del sueño de tu padre.
3 Antes de tomar a tu madre Edna, vi una visión sobre mi cama y he ahí que un toro salía de la tierra y ese toro era blanco. Tras el toro salió una novilla y con ella dos terneros, uno de los cuales era negro y el otro rojo.
4 Entonces el ternero negro golpeó al rojo y le persiguió sobre la tierra y a partir de allí no pude ver ese ternero rojo.
5 Luego el ternero negro creció y esa novilla se fue con él y vi salir de él numerosos bueyes que se le semejaban y le seguían.
6 Y esa primera novilla se alejó del primer toro para buscar al ternero rojo, pero no lo encontró y profirió por él un gran lamento y lo buscó.
7 Vi que vino el primer toro y la hizo callar y no volvió a gritar.
8 Ella parió en seguida otro toro blanco y después de éste, parió numerosos toros y vacas negros.
9 Vi en mi sueño crecer a este toro blanco hasta llegar a ser un gran toro blanco, del cual salieron numerosos toros blancos semejantes a él.
10 Y ellos comenzaron a engendrar numerosos toros blancos que se les parecían y se seguían el uno al otro.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
Primer libro de Enoc. Parte 8
Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Talvez no has leído aun:
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
Primer libro de Enoc. Parte 4.
Primer libro de Enoc. Parte 3.
LIBRO SOBRE EL MOVIMIENTO DE LAS LUMINARIAS CELESTIALES [ASTRONÓMICO].
CAPÍTULO 72.
1 El Libro del Movimiento de la Luminarias Celestiales, las relaciones entre ellas, de acuerdo con su clase, su dominio y su estación, cada una según su nombre y el sitio de su salida y según sus meses, las cuales Uriel, el santo ángel que estaba conmigo y que es su guía, me mostró y me reveló todas sus leyes exactamente como son y como se observan todos los años del mundo, hasta la eternidad, hasta que se complete la nueva creación que durará hasta la eternidad.
2 Esta es la primera ley de las luminarias, la luminaria del sol, que tiene su nacimiento en las puertas orientales del cielo y su puesta en las puertas occidentales del cielo.
3 Vi seis puertas donde el sol nace y seis puertas donde el sol se oculta, y la luna nace y se oculta por esas puertas, así como los líderes de las estrellas y quienes los guían a ellos. Son seis puertas al oriente y seis al occidente, una tras la otra en riguroso orden y además muchas ventanas a la derecha y a la izquierda de esas puertas.
4 Primero allí aparecía la gran luminaria cuyo nombre es el sol y cuya circunferencia es como la circunferencia del cielo y está totalmente lleno de un fuego que alumbra y abrasa.
5 El viento lleva el carro en el que él asciende y el sol se oculta y retorna a través del norte para regresar al oriente y es conducido para que entre por esa puerta y brille en la faz del cielo.
6 En esta forma nace en el primer mes por la gran puerta que es la cuarta.
7 En esta cuarta puerta por la cual el sol nace el primer mes hay doce ventanas abiertas de las cuales procede una llama cuando están abiertas en su estación.
8 Cuando el sol nace viene desde esa cuarta puerta por treinta mañanas seguidas y se pone exactamente por la cuarta puerta en el occidente del cielo.
9 Durante este período cada día llega a ser más largo que el anterior y cada noche llega a ser más corta que la anterior:
10 En ese momento el día se ha alargado en una novena parte a costa de la noche: el día equivale a diez partes y la noche exactamente a ocho partes.
11 El sol nace por esa cuarta puerta y se pone por la cuarta y vuelve a la quinta puerta oriental a las treinta mañanas y nace por la quinta puerta y se pone por la quinta puerta.
12 Entonces el día se ha alargado en dos partes y es de once partes y la noche es más corta y es de siete partes.
13 Y retorna al oriente y entra en la sexta puerta y nace; y se oculta por la sexta puerta durante treinta y una mañanas, por cuenta de su signo.
14 En ese momento el día es más largo que la noche, el día llega a ser el doble de la noche y equivale a doce partes y la noche es acortada y equivale a seis partes.
15 Entonces el sol se eleva para acortar el día y alargar la noche y el sol regresa al oriente para entrar por la sexta puerta y nace por ella, y se pone, durante treinta mañanas.
16 Y cuando las treinta mañanas han pasado el sol ha disminuido en una parte exactamente y equivale a once partes y la noche a siete.
17 El sol sale del occidente por esa sexta puerta y va al oriente y nace por la quinta puerta durante treinta mañanas y se pone en el occidente, de nuevo por la quinta puerta.
18 En ese momento el día disminuye en otra parte y equivale a diez partes y la noche a ocho.
19 El sol va desde esa quinta puerta y se oculta por la quinta puerta del occidente y nace por la cuarta puerta durante treinta y un mañanas a causa de su signo y se oculta por el occidente.
20 En ese momento el día es igual a la noche, llegan a ser equivalentes: la noche tiene nueve partes y el día nueve partes.
21 El sol que nace por esa puerta y se oculta por el occidente, nace por la tercera puerta por treinta mañanas y se pone al occidente por la tercera puerta.
22 En ese momento la noche es más larga que el día y que las noches anteriores y cada día es más corto que el día anterior hasta la trigésima mañana; la noche equivale exactamente a diez partes y el día a ocho.
23 El sol que nace por aquella tercera puerta y se pone por la tercera puerta en el occidente, regresa para salir por el oriente y nace por la segunda puerta durante treinta mañanas y así mismo se pone por la segunda puerta al occidente del cielo.
24 En ese momento la noche equivale a once partes y el día a siete.
25 El sol que sale durante ese período por esa segunda puerta y se pone al occidente por la segunda puerta, vuelve al oriente por la primera puerta durante treinta y una mañanas y se oculta por la primera puerta al occidente del cielo.
26 En ese momento la noche se ha alargado hasta llegar a ser dos veces el día: la noche equivale exactamente a doce partes y el día a seis.
27 El sol que ha recorrido las secciones de sus órbitas, vuelve de nuevo sobre ellas y entra por cada una de sus puertas durante treinta mañanas y se pone al occidente por la opuesta.
28 Entonces la noche disminuye una parte su duración y la noche equivale a once partes y el día a siete.
29 El sol ha regresado y ha entrado por la segunda puerta del oriente y retorna por las secciones de su órbita durante treinta mañanas naciendo y ocultándose.
30 En ese momento la duración de la noche disminuye y equivale a diez partes y el día a ocho.
31 Entonces el sol nace por la segunda puerta y se pone por el occidente y vuelve al oriente y nace por la tercera puerta durante treinta y una mañana y se pone al occidente del cielo.
32 En ese momento la noche se ha acortado y equivale a nueve partes y el día equivale a nueve partes, la noche es igual al día y el año tiene exactamente trescientos sesenta y cuatro días. (Jubileos 6:32).
33 La duración del día y de la noche y el acortamiento del día o de la noche, son señaladas por el recorrido del sol.
34 Así en ese recorrido el día se alarga y la noche se acorta.
35 Ésta es la ley del recorrido del sol y su retorno, según la cual el vuelve y nace sesenta veces, así la gran luminaria que se llama sol, por los siglos de los siglos.
36 La que se levanta es la gran luminaria, nombrada según su propia apariencia, como lo ha ordenado el Señor.
37 Así como nace se oculta, sin decrecer ni descansar, sino recorriendo día y noche; y su luz brilla siete veces más que la de la luna, aunque al observarlos a ambos tengan igual tamaño.
CAPÍTULO 73.
1 Después de esta ley, vi otra ley, que trata sobre la pequeña luminaria, cuyo nombre es luna.
2 Su circunferencia es como la circunferencia del cielo y el carro en el cual monta y la luz le es dada con mesura;
3 y cada mes su nacimiento y su puesta se modifican; sus días son como los días del sol y cuando su luz es plena, es la séptima parte de la luz del sol.
4 Así nace: en su primera fase nace del lado del oriente el trigésimo día y en la época en que ella aparece es para vosotros el principio del mes sobre el trigésimo día, simultáneamente cuando el sol está en la puerta por la cual nace.
5 Es visible en la mitad de la séptima parte; toda su circunferencia está vacía sin luz, con excepción de medio séptimo, la catorceava parte de su luz.
6 Y cuando recibe medio séptimo de su luz, su luz se incrementa la mitad de la séptima parte de ella.
7 Se pone con el sol y cuando el sol nace la luna nace con él y recibe la mitad de una séptima parte de luz y en esa noche, en el comienzo de su mañana, la luna se oculta con el sol y es invisible esa noche en sus catorceavo o en el medio séptimo.
8 Ella nace en ese momento exactamente con una séptima parte y sale y se inclina hacia el nacimiento del sol y en el resto de sus días llega a brillar en las otras trece partes.
CAPÍTULO 74.
1 He visto otra ruta, una ley para ella, cómo por medio de esta ley se cumple el movimiento de sus meses.
2 Todo esto me lo mostró Uriel, el ángel santo que es el líder de todos ellos, anotó su posición tal y como él me la ha revelado y anotó sus meses tal y como son y el aspecto de su luz hasta que se cumplan quince días.
3 En cada séptima parte ella cumple su luz al oriente y en cada séptima parte ella cumple su oscuridad al occidente.
4 En ciertos meses ella altera sus puestas y en ciertos meses ella sigue su propio curso.
5 Son dos los meses en que la luna se oculta con el sol, por las dos puertas que está en la mitad, la tercera y la cuarta.
6 Ella sale por siete días, vira y retorna por la puerta por donde sale el sol.
7 Cuando el sol sale por la séptima puerta, ella sale por siete días, hasta que nace por la quinta y vira y regresa de nuevo durante siete días por la cuarta puerta, completa toda su luz, se aleja y entra por la primera puerta durante ocho días.
8 Ella retorna durante siete días por la cuarta puerta por la que sale el sol.
9 Así he visto su posición, cómo la luna sale y el sol se pone durante esos días.
10 Si añadimos cinco años el sol tiene un excedente de treinta días y todos los días que suma uno de estos cinco años al completarse, son trescientos sesenta y cuatro días.
11 El excedente del sol y las estrellas llega a seis días, en cinco años de a seis días por año son treinta días y a la luna le faltan treinta días con respecto al sol y las estrellas.
12 El sol y las estrellas llevan completo el año exactamente, tanto que ellos no adelantan ni retroceden su posición ni un sólo día por toda la eternidad y completan los años con perfecta justicia cada trescientos sesenta y cuatro días.
13 En tres años hay mil noventa y dos días, en cinco años, mil ochocientos veinte días y en ocho años dos mil novecientos doce días.
14 Pero para la luna sola sus días en tres años llegan a mil sesenta y dos y a los cinco años le faltan cincuenta días,
15 Ella tiene en cinco años mil setecientos setenta días y así hay para la luna durante ocho años, dos mil ochocientos treinta y dos días.
16 A los ocho años le faltan ochenta días.
17 El año se cumple regularmente según las estaciones del mundo y la posición del sol, que sale por las puertas por las cuales nace y se oculta durante treinta días.
CAPÍTULO 75.
1 Los jefes de las cabezas de mil que están encargados de toda la creación y de todas las estrellas tienen qué hacer con los cuatro días intercalados, siendo inseparables de su obra de acuerdo con el cómputo del año, tienen que prestar servicio durante cuatro días que no son contabilizados.
2 Por esta causa los hombres se equivocan pues estas luminarias prestan servicio exactamente a las estaciones del mundo, una por la primera puerta, otra por la tercera, otra por la cuarta y otra por la sexta puerta y la armonía del mundo se cumple en trescientos sesenta y cuatro estaciones.
3 Porque los signos, los tiempos, los años y los días me los mostró Uriel, el Vigilante a quien el Señor de gloria ha encargado de todas las luminarias del cielo y en el mundo, para que reinen sobre la faz del cielo, sean vistas desde la tierra y sean las guías del día y de la noche, así el sol la luna, las estrellas y todas las criaturas auxiliares que recorren sus órbitas en los carros del cielo.
4 De la misma forma Uriel me mostró doce puertas abiertas en el recorrido de los carros del sol en los cielos; por ellas salen los rayos del sol y se expande el calor sobre la tierra cuando están abiertas en las estaciones que le son asignadas.
5 [Ellas sirven también para los vientos y el espíritu del rocío cuando están abiertas en los límites de los cielos].
6 Son doce las puertas del cielo en los confines de la tierra, de las cuales salen el sol, la luna, las estrellas y toda creación en el cielo al oriente y al occidente;
7 y hay numerosas ventanas abiertas a su derecha y a su izquierda y cada ventana esparce calor en su estación; ellas corresponden a esas puertas por las que salen las estrellas y se ocultan de acuerdo con su número, según lo ha mandado Él.
8 He visto en los cielos carros que recorren el mundo por encima de esas puertas y en ellos ruedan las estrellas que no se ocultan.
9 Hay uno más grande que todos, que le da la vuelta al mundo entero.
CAPÍTULO 76.
1 En los límites de la tierra he visto doce puertas abiertas para todas las regiones; por ellas salen los vientos y desde ellas soplan sobre la tierra.
2 Tres de ellas están abiertas sobre la faz del cielo, tres al occidente, tres a la derecha del cielo y tres a la izquierda.
3 Las tres primeras son las que están al oriente, las tres siguientes al sur, las tres siguientes al norte y las tres siguientes al occidente.
4 Por cuatro de ellas salen los vientos que son para la curación de la tierra y para su vivificación, y por ocho salen los vientos perjudiciales que cuando son enviados destruyen toda la tierra, las aguas y todo lo que hay en ellas, lo que crece, florece o repta, tanto en las aguas como en la tierra seca y todo lo que vive en ella.
5 Primero sale el viento del oriente por la primera puerta oriental y se inclina hacia el sur. Por allí sale la destrucción, la sequía, el calor y la desolación.
6 Por la segunda puerta, la del medio, sale el viento del Este-Este: la lluvia, los frutos, la reanimación y el rocío. Por la tercera puerta sale el viento del nororiente que está cerca del viento del norte: frío y sequía.
7 Detrás de ellos, por las tres puertas que están al sur de los cielos, sale en primer lugar por la primera puerta un viento del sur que está al sur y al oriente un viento de calor.
8 Por la segunda puerta sale un viento del sur al que llaman sur: rocío, lluvia, bienestar, reanimación.
9 Por la tercera puerta sale un viento del suroccidente: rocío, lluvia, langosta y destrucción.
10 Tras este, sale un viento norte que viene de la séptima puerta, hacia el oriente, con rocío, lluvia, langostas y desolación.
11 De la puerta del medio sale directamente un viento con salud, lluvia, rocío y prosperidad. Por la tercera puerta, la que se inclina al occidente, viene un viento con nubes, escarcha, nieve, lluvia, rocío y langostas.
12 Después de estos están los vientos del occidente. Por la primera puerta, que está inclinada hacia el norte, sale un viento con rocío, escarcha, frío, nieve y helada.
13 Por la puerta de en medio sale un viento con rocío, lluvia, prosperidad y bendición. A través de la última puerta, la que se inclina al sur, sale un viento con carestía, ruina, quema y desolación.
14 Se acabaron las doce puertas de los cuatro puntos cardinales del cielo. Te he enseñado su explicación completa ¡Oh, hijo mío, Matusalén!
CAPÍTULO 77.
1 Al oriente lo llaman este porque es el primero; al sur lo llaman mediodía porque allí habita el Grande y en Él reside el Bendito por siempre.
2 Al gran punto cardinal lo llaman poniente porque allí van las estrellas del cielo, por allí se ponen y por allí se ocultan, por eso lo llaman poniente.
3 Al norte lo llaman norte porque en el se esconden, se reúnen y se vuelven todos los astros del cielo y se dirigen hacia el oriente de los cielos. Al oriente lo llaman levante porque desde allí se alzan los cuerpos celestes y desde allí se levantan. Vi tres secciones de la tierra: una para que en ella habiten los hijos de los hombres, otra para todos los mares y los ríos y otra para Los Siete y para el Paraíso de Justicia.
4 Vi siete montañas más altas que todas las montañas que hay sobre la tierra, la nieve las cubre y de ellas vienen los días, las estaciones y los años.
5 Vi siete ríos sobre la tierra, más grandes que todos los ríos, uno de los cuales viene del occidente y sus aguas desembocan en el Gran Mar.
6 Otros dos vienen desde el norte hacia el mar y sus aguas desembocan en el Mar de Eritrea.
7 Los otros cuatro salen del lado del norte cada uno hacia su respectivo mar: dos de ellos hacia el Mar de Eritrea y dos dentro del Gran Mar.
8 Vi siete grandes islas en el mar y el continente, dos hacia el continente y cinco en alta mar.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
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LIBRO SOBRE EL MOVIMIENTO DE LAS LUMINARIAS CELESTIALES [ASTRONÓMICO].
CAPÍTULO 72.
1 El Libro del Movimiento de la Luminarias Celestiales, las relaciones entre ellas, de acuerdo con su clase, su dominio y su estación, cada una según su nombre y el sitio de su salida y según sus meses, las cuales Uriel, el santo ángel que estaba conmigo y que es su guía, me mostró y me reveló todas sus leyes exactamente como son y como se observan todos los años del mundo, hasta la eternidad, hasta que se complete la nueva creación que durará hasta la eternidad.
2 Esta es la primera ley de las luminarias, la luminaria del sol, que tiene su nacimiento en las puertas orientales del cielo y su puesta en las puertas occidentales del cielo.
3 Vi seis puertas donde el sol nace y seis puertas donde el sol se oculta, y la luna nace y se oculta por esas puertas, así como los líderes de las estrellas y quienes los guían a ellos. Son seis puertas al oriente y seis al occidente, una tras la otra en riguroso orden y además muchas ventanas a la derecha y a la izquierda de esas puertas.
4 Primero allí aparecía la gran luminaria cuyo nombre es el sol y cuya circunferencia es como la circunferencia del cielo y está totalmente lleno de un fuego que alumbra y abrasa.
5 El viento lleva el carro en el que él asciende y el sol se oculta y retorna a través del norte para regresar al oriente y es conducido para que entre por esa puerta y brille en la faz del cielo.
6 En esta forma nace en el primer mes por la gran puerta que es la cuarta.
7 En esta cuarta puerta por la cual el sol nace el primer mes hay doce ventanas abiertas de las cuales procede una llama cuando están abiertas en su estación.
8 Cuando el sol nace viene desde esa cuarta puerta por treinta mañanas seguidas y se pone exactamente por la cuarta puerta en el occidente del cielo.
9 Durante este período cada día llega a ser más largo que el anterior y cada noche llega a ser más corta que la anterior:
10 En ese momento el día se ha alargado en una novena parte a costa de la noche: el día equivale a diez partes y la noche exactamente a ocho partes.
11 El sol nace por esa cuarta puerta y se pone por la cuarta y vuelve a la quinta puerta oriental a las treinta mañanas y nace por la quinta puerta y se pone por la quinta puerta.
12 Entonces el día se ha alargado en dos partes y es de once partes y la noche es más corta y es de siete partes.
13 Y retorna al oriente y entra en la sexta puerta y nace; y se oculta por la sexta puerta durante treinta y una mañanas, por cuenta de su signo.
14 En ese momento el día es más largo que la noche, el día llega a ser el doble de la noche y equivale a doce partes y la noche es acortada y equivale a seis partes.
15 Entonces el sol se eleva para acortar el día y alargar la noche y el sol regresa al oriente para entrar por la sexta puerta y nace por ella, y se pone, durante treinta mañanas.
16 Y cuando las treinta mañanas han pasado el sol ha disminuido en una parte exactamente y equivale a once partes y la noche a siete.
17 El sol sale del occidente por esa sexta puerta y va al oriente y nace por la quinta puerta durante treinta mañanas y se pone en el occidente, de nuevo por la quinta puerta.
18 En ese momento el día disminuye en otra parte y equivale a diez partes y la noche a ocho.
19 El sol va desde esa quinta puerta y se oculta por la quinta puerta del occidente y nace por la cuarta puerta durante treinta y un mañanas a causa de su signo y se oculta por el occidente.
20 En ese momento el día es igual a la noche, llegan a ser equivalentes: la noche tiene nueve partes y el día nueve partes.
21 El sol que nace por esa puerta y se oculta por el occidente, nace por la tercera puerta por treinta mañanas y se pone al occidente por la tercera puerta.
22 En ese momento la noche es más larga que el día y que las noches anteriores y cada día es más corto que el día anterior hasta la trigésima mañana; la noche equivale exactamente a diez partes y el día a ocho.
23 El sol que nace por aquella tercera puerta y se pone por la tercera puerta en el occidente, regresa para salir por el oriente y nace por la segunda puerta durante treinta mañanas y así mismo se pone por la segunda puerta al occidente del cielo.
24 En ese momento la noche equivale a once partes y el día a siete.
25 El sol que sale durante ese período por esa segunda puerta y se pone al occidente por la segunda puerta, vuelve al oriente por la primera puerta durante treinta y una mañanas y se oculta por la primera puerta al occidente del cielo.
26 En ese momento la noche se ha alargado hasta llegar a ser dos veces el día: la noche equivale exactamente a doce partes y el día a seis.
27 El sol que ha recorrido las secciones de sus órbitas, vuelve de nuevo sobre ellas y entra por cada una de sus puertas durante treinta mañanas y se pone al occidente por la opuesta.
28 Entonces la noche disminuye una parte su duración y la noche equivale a once partes y el día a siete.
29 El sol ha regresado y ha entrado por la segunda puerta del oriente y retorna por las secciones de su órbita durante treinta mañanas naciendo y ocultándose.
30 En ese momento la duración de la noche disminuye y equivale a diez partes y el día a ocho.
31 Entonces el sol nace por la segunda puerta y se pone por el occidente y vuelve al oriente y nace por la tercera puerta durante treinta y una mañana y se pone al occidente del cielo.
32 En ese momento la noche se ha acortado y equivale a nueve partes y el día equivale a nueve partes, la noche es igual al día y el año tiene exactamente trescientos sesenta y cuatro días. (Jubileos 6:32).
33 La duración del día y de la noche y el acortamiento del día o de la noche, son señaladas por el recorrido del sol.
34 Así en ese recorrido el día se alarga y la noche se acorta.
35 Ésta es la ley del recorrido del sol y su retorno, según la cual el vuelve y nace sesenta veces, así la gran luminaria que se llama sol, por los siglos de los siglos.
36 La que se levanta es la gran luminaria, nombrada según su propia apariencia, como lo ha ordenado el Señor.
37 Así como nace se oculta, sin decrecer ni descansar, sino recorriendo día y noche; y su luz brilla siete veces más que la de la luna, aunque al observarlos a ambos tengan igual tamaño.
CAPÍTULO 73.
1 Después de esta ley, vi otra ley, que trata sobre la pequeña luminaria, cuyo nombre es luna.
2 Su circunferencia es como la circunferencia del cielo y el carro en el cual monta y la luz le es dada con mesura;
3 y cada mes su nacimiento y su puesta se modifican; sus días son como los días del sol y cuando su luz es plena, es la séptima parte de la luz del sol.
4 Así nace: en su primera fase nace del lado del oriente el trigésimo día y en la época en que ella aparece es para vosotros el principio del mes sobre el trigésimo día, simultáneamente cuando el sol está en la puerta por la cual nace.
5 Es visible en la mitad de la séptima parte; toda su circunferencia está vacía sin luz, con excepción de medio séptimo, la catorceava parte de su luz.
6 Y cuando recibe medio séptimo de su luz, su luz se incrementa la mitad de la séptima parte de ella.
7 Se pone con el sol y cuando el sol nace la luna nace con él y recibe la mitad de una séptima parte de luz y en esa noche, en el comienzo de su mañana, la luna se oculta con el sol y es invisible esa noche en sus catorceavo o en el medio séptimo.
8 Ella nace en ese momento exactamente con una séptima parte y sale y se inclina hacia el nacimiento del sol y en el resto de sus días llega a brillar en las otras trece partes.
CAPÍTULO 74.
1 He visto otra ruta, una ley para ella, cómo por medio de esta ley se cumple el movimiento de sus meses.
2 Todo esto me lo mostró Uriel, el ángel santo que es el líder de todos ellos, anotó su posición tal y como él me la ha revelado y anotó sus meses tal y como son y el aspecto de su luz hasta que se cumplan quince días.
3 En cada séptima parte ella cumple su luz al oriente y en cada séptima parte ella cumple su oscuridad al occidente.
4 En ciertos meses ella altera sus puestas y en ciertos meses ella sigue su propio curso.
5 Son dos los meses en que la luna se oculta con el sol, por las dos puertas que está en la mitad, la tercera y la cuarta.
6 Ella sale por siete días, vira y retorna por la puerta por donde sale el sol.
7 Cuando el sol sale por la séptima puerta, ella sale por siete días, hasta que nace por la quinta y vira y regresa de nuevo durante siete días por la cuarta puerta, completa toda su luz, se aleja y entra por la primera puerta durante ocho días.
8 Ella retorna durante siete días por la cuarta puerta por la que sale el sol.
9 Así he visto su posición, cómo la luna sale y el sol se pone durante esos días.
10 Si añadimos cinco años el sol tiene un excedente de treinta días y todos los días que suma uno de estos cinco años al completarse, son trescientos sesenta y cuatro días.
11 El excedente del sol y las estrellas llega a seis días, en cinco años de a seis días por año son treinta días y a la luna le faltan treinta días con respecto al sol y las estrellas.
12 El sol y las estrellas llevan completo el año exactamente, tanto que ellos no adelantan ni retroceden su posición ni un sólo día por toda la eternidad y completan los años con perfecta justicia cada trescientos sesenta y cuatro días.
13 En tres años hay mil noventa y dos días, en cinco años, mil ochocientos veinte días y en ocho años dos mil novecientos doce días.
14 Pero para la luna sola sus días en tres años llegan a mil sesenta y dos y a los cinco años le faltan cincuenta días,
15 Ella tiene en cinco años mil setecientos setenta días y así hay para la luna durante ocho años, dos mil ochocientos treinta y dos días.
16 A los ocho años le faltan ochenta días.
17 El año se cumple regularmente según las estaciones del mundo y la posición del sol, que sale por las puertas por las cuales nace y se oculta durante treinta días.
CAPÍTULO 75.
1 Los jefes de las cabezas de mil que están encargados de toda la creación y de todas las estrellas tienen qué hacer con los cuatro días intercalados, siendo inseparables de su obra de acuerdo con el cómputo del año, tienen que prestar servicio durante cuatro días que no son contabilizados.
2 Por esta causa los hombres se equivocan pues estas luminarias prestan servicio exactamente a las estaciones del mundo, una por la primera puerta, otra por la tercera, otra por la cuarta y otra por la sexta puerta y la armonía del mundo se cumple en trescientos sesenta y cuatro estaciones.
3 Porque los signos, los tiempos, los años y los días me los mostró Uriel, el Vigilante a quien el Señor de gloria ha encargado de todas las luminarias del cielo y en el mundo, para que reinen sobre la faz del cielo, sean vistas desde la tierra y sean las guías del día y de la noche, así el sol la luna, las estrellas y todas las criaturas auxiliares que recorren sus órbitas en los carros del cielo.
4 De la misma forma Uriel me mostró doce puertas abiertas en el recorrido de los carros del sol en los cielos; por ellas salen los rayos del sol y se expande el calor sobre la tierra cuando están abiertas en las estaciones que le son asignadas.
5 [Ellas sirven también para los vientos y el espíritu del rocío cuando están abiertas en los límites de los cielos].
6 Son doce las puertas del cielo en los confines de la tierra, de las cuales salen el sol, la luna, las estrellas y toda creación en el cielo al oriente y al occidente;
7 y hay numerosas ventanas abiertas a su derecha y a su izquierda y cada ventana esparce calor en su estación; ellas corresponden a esas puertas por las que salen las estrellas y se ocultan de acuerdo con su número, según lo ha mandado Él.
8 He visto en los cielos carros que recorren el mundo por encima de esas puertas y en ellos ruedan las estrellas que no se ocultan.
9 Hay uno más grande que todos, que le da la vuelta al mundo entero.
CAPÍTULO 76.
1 En los límites de la tierra he visto doce puertas abiertas para todas las regiones; por ellas salen los vientos y desde ellas soplan sobre la tierra.
2 Tres de ellas están abiertas sobre la faz del cielo, tres al occidente, tres a la derecha del cielo y tres a la izquierda.
3 Las tres primeras son las que están al oriente, las tres siguientes al sur, las tres siguientes al norte y las tres siguientes al occidente.
4 Por cuatro de ellas salen los vientos que son para la curación de la tierra y para su vivificación, y por ocho salen los vientos perjudiciales que cuando son enviados destruyen toda la tierra, las aguas y todo lo que hay en ellas, lo que crece, florece o repta, tanto en las aguas como en la tierra seca y todo lo que vive en ella.
5 Primero sale el viento del oriente por la primera puerta oriental y se inclina hacia el sur. Por allí sale la destrucción, la sequía, el calor y la desolación.
6 Por la segunda puerta, la del medio, sale el viento del Este-Este: la lluvia, los frutos, la reanimación y el rocío. Por la tercera puerta sale el viento del nororiente que está cerca del viento del norte: frío y sequía.
7 Detrás de ellos, por las tres puertas que están al sur de los cielos, sale en primer lugar por la primera puerta un viento del sur que está al sur y al oriente un viento de calor.
8 Por la segunda puerta sale un viento del sur al que llaman sur: rocío, lluvia, bienestar, reanimación.
9 Por la tercera puerta sale un viento del suroccidente: rocío, lluvia, langosta y destrucción.
10 Tras este, sale un viento norte que viene de la séptima puerta, hacia el oriente, con rocío, lluvia, langostas y desolación.
11 De la puerta del medio sale directamente un viento con salud, lluvia, rocío y prosperidad. Por la tercera puerta, la que se inclina al occidente, viene un viento con nubes, escarcha, nieve, lluvia, rocío y langostas.
12 Después de estos están los vientos del occidente. Por la primera puerta, que está inclinada hacia el norte, sale un viento con rocío, escarcha, frío, nieve y helada.
13 Por la puerta de en medio sale un viento con rocío, lluvia, prosperidad y bendición. A través de la última puerta, la que se inclina al sur, sale un viento con carestía, ruina, quema y desolación.
14 Se acabaron las doce puertas de los cuatro puntos cardinales del cielo. Te he enseñado su explicación completa ¡Oh, hijo mío, Matusalén!
CAPÍTULO 77.
1 Al oriente lo llaman este porque es el primero; al sur lo llaman mediodía porque allí habita el Grande y en Él reside el Bendito por siempre.
2 Al gran punto cardinal lo llaman poniente porque allí van las estrellas del cielo, por allí se ponen y por allí se ocultan, por eso lo llaman poniente.
3 Al norte lo llaman norte porque en el se esconden, se reúnen y se vuelven todos los astros del cielo y se dirigen hacia el oriente de los cielos. Al oriente lo llaman levante porque desde allí se alzan los cuerpos celestes y desde allí se levantan. Vi tres secciones de la tierra: una para que en ella habiten los hijos de los hombres, otra para todos los mares y los ríos y otra para Los Siete y para el Paraíso de Justicia.
4 Vi siete montañas más altas que todas las montañas que hay sobre la tierra, la nieve las cubre y de ellas vienen los días, las estaciones y los años.
5 Vi siete ríos sobre la tierra, más grandes que todos los ríos, uno de los cuales viene del occidente y sus aguas desembocan en el Gran Mar.
6 Otros dos vienen desde el norte hacia el mar y sus aguas desembocan en el Mar de Eritrea.
7 Los otros cuatro salen del lado del norte cada uno hacia su respectivo mar: dos de ellos hacia el Mar de Eritrea y dos dentro del Gran Mar.
8 Vi siete grandes islas en el mar y el continente, dos hacia el continente y cinco en alta mar.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
viernes, 10 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Todo lo que sube baja, incluso las nubes. El poderoso no debe envanecerse porque tarde o temprano le llegará el momento en que deje de serlo.
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jueves, 9 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Las buenas innovaciones siempre llegan para quedarse; hay que asumirlo en vez de negarlo. Quien no se sube a este tren se queda en el andén.
Fdo. qdquasar
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miércoles, 8 de abril de 2015
Pensando en voz alta
El caudillo populista que dice amar a los demás mientras busca el poder, una vez poderoso termina demostrando amarse sólo a sí mismo.
Fdo. qdquasar
Fdo. qdquasar
martes, 7 de abril de 2015
Pensando en voz alta
La paz no consiste en que nadie haga nada sino en que todos hagan lo que hace bien a todos. Paz no es inactividad; es actividad bienhechora.
Fdo. qdquasar
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lunes, 6 de abril de 2015
Pensando en voz alta
El poder es una agobiante responsabilidad para quien es verdadero demócrata; pero es una malévola y adictiva tentación para quien no lo es.
Fdo. qdquasar
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domingo, 5 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Quien se aprovecha de la democracia para engrandecerse no es demócrata realmente. Servir a los demás no es igual que servir-se de los demás.
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sábado, 4 de abril de 2015
Pensando en voz alta
Cuando el poder constituido se convierte en tiranía la rebeldía civil, democrática y civilizada, es no sólo una opción sino un deber.
Fdo. qdquasar
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