Quienes por pereza resignación o falta de capacitación dejan de luchar por sus aspiraciones económicas viven esperando milagros o que otros les resuelvan su problema cometen contra sí mismos el peor error desdeñando el potencial que tienen para vivir mejor y mejorar ellos mismos la vida de los demás.
Aunque es una desventura vivir en medio de estrecheces cotidianas, gran parte de esa situación, y de la forma como superarla, está en uno mismo. Hay variables que no se pueden controlar, como la situación económica del país de uno, la escasez de empleo, etc., pero también hay otras variables propias, es decir, relacionadas con uno mismo, que muy pocas veces pensamos gestionar para vencerlas, como la cultura personal en cuanto al dinero, la fijación mental en exclusivamente cierto tipo de oportunidades que nos interesarían, el famoso “qué dirán” y más que todo la omisión o negativa a aprender sobre finanzas personales.
Porque hay formas, libros sobre estos temas, libros que cambian vidas, literalmente.
Gran parte de las dificultades económicas se deben a que, por ejemplo, desde niños no se nos enseña la cultura del ahorro, o que el –digamos– arte de hacer dinero se descalifique como contrario a los valores morales, cuando en verdad el ahorro y la buena gestión de nuestro dinero son parte de la educación financiera necesaria para cualquier persona.
Superemos ya esos prejuicios que frenan nuestro potencial para encontrar nuevas oportunidades de emprender, lograr utilidades y así mejorar nuestra vida y la de quienes apreciamos en la familia y la comunidad. Enseñar, aprender y formar a nuestros menores sobre el dinero y las finanzas personales, bien analizado, es un gran faltante en todos los sistemas educacionales. Así que superemos de una vez ese tabú.
O queremos que nuestros menores, hijos, hermanos, nosotros mismos, persistamos en la precariedad? En los “paños menores” financieros? No, verdad?
Cada quien, desde nuestra situación, mejoremos ya; lo primero, estudiando y aprendiendo sobre finanzas personales, comenzando por lo más básico, que es el control de nuestros gastos personales. Veremos abrirse ante nosotros mejores formas y ocasiones para conseguir económico, bienestar y más allá la prosperidad. Todo está, siempre estuvo, a nuestro alcance.
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