martes, 14 de marzo de 2023

Aprendamos y enseñemos a ahorrar desde la edad más joven

Si aprendes fácilmente cualquier habilidad como pedalear la bicicleta o ese videojuego súper complicado por qué no aprendes a ahorrar si es uno de los hábitos más sencillos de aprender a sola condición de que lo hagas un poco cada día?

Si eres joven o más aun adolescente tienes gran facilidad, o plasticidad mental, para aprender virtualmente cualquier habilidad que influirá en tu vida futura, desde los hábitos más cotidianos como organizar tus horarios y rutinas hasta las destrezas más complejas como conducir un coche o jugar en tu computadora hablando al mismo tiempo, todo sin mucho esfuerzo ni concentración… pero…

Por qué te resulta especialmente difícil aprender a ahorrar tu dinero?

La verdad, no eres la única persona con ese problema. Por eso aquí van algunas razones o factores que pudieran causar esa dificultad de aprendizaje del ahorro. No son los únicos factores porque hay varias más por los que adolescentes y jóvenes pueden encontrar difícil y poco atractivo aprender y habituarse a ahorrar su dinero, esta lista es sólo un breve muestrario.

Falta de experiencias positivas y conocimientos sobre cómo comenzar a ahorrar.
A menudo, los jóvenes no tienen mucha experiencia manejando dinero y desconocen los conceptos básicos de finanzas personales, como hacer dinero, ahorrar su dinero e invertir su dinero. Esto puede hacer que les resulte difícil entender la importancia del ahorro y cómo hacerlo de manera efectiva. Y la verdad es que ni la familia ni la escuela tampoco ayudan enseñando sobre el por qué, para qué y cómo ahorrar. Entonces, estas habilidades, al menos a corto y mediano plazo deben auto–aprenderse

Presión social y cultural.
En muchas culturas, se espera que los adolescentes y jóvenes disfruten de su juventud y gasten su dinero en entretenimiento y bienes materiales pasajeros. La presión social y cultural puede hacer que ahorrar sea visto como aburrido o poco atractivo. Así, llegan a pensar que “la vida es hoy, y hay que vivirla porque mañana nadie sabe”, que el ahorro es “para los viejitos” y que de eso ya “uno se ocupará después” (cuál “después”? Si cada vez queda menos tiempo?)

Falta de motivación a largo plazo.
Los jóvenes a menudo tienen inmediatas, “para mañana”, como conseguir ese nuevo modelo de celular, salir de fiesta el sábado, ese vestuario de última moda, ese concierto del artista top que llegará a la ciudad, etc. En ello, en vez de aprender a ganar dinero aprenden a gastar todo el que tienen, como si les fastidiara. Es más, cuando abren su cuenta de banco lo primero que hacen es obtener su primera tarjeta de crédito y en lugar de aprender a ahorrar aprenden a gastar incluso dinero que aún ni tienen (ni tendrán, si siguen así). De este modo, no experimentan en carne propia la importancia y satisfacción de ahorrar para metas más allá del año o el quinquenio, y terminan lidiando con sus deudas en lugar de con sus ahorros conseguidos.

Dificultades económicas.
En algunos casos, los jóvenes pueden enfrentar dificultades económicas y no tener suficiente dinero para ahorrar, lo que puede generar desmotivación y frustración. En países con problemas crónicos de economía y empleo puede ser el principal factor, aunque diversas experiencias y casos demuestran que incluso en esas condiciones es posible inculcar el ahorro, comenzando con el micro–ahorro, e incluso el micro emprendimiento juvenil, a nivel de la escolaridad, la Secundaria y luego en la juventud.

Pero, entonces, qué hacer? Cómo aprender primero a hacer dinero y luego a ahorrar lo más posible de ese dinero?

Hay que asumir que al menos por un buen tiempo más no habrá escuelas o institutos de Educación financiera, mucho menos para adolescentes y jóvenes… pero hay muchas otras formas y ayudas, afortunadamente accesibles y agradables de aprovechar. Sólo es cuestión de dedicarles un poco de tiempo e interés como por ejemplo: videos de YouTube sobre el tema, tutoriales y libritos cuya lectura te cambiarán la vida, literalmente.

Pero, como siempre, en todo lo bueno de la vida, el primer paso deberá ser pequeño y por decisión propia: gastar un poco menos “cada santo día”, iniciarse en el micro–ahorro, recudir los micro–gastos, limitar las compras innecesarias o compulsivas, registrar o llevar cuentas sobre lo gastado y ahorrado como cuando se controla y reduce el sobrepeso corporal, limitar las amistades que incitan a la vida de gastos y jolgorios sin mucho sentido, tener metas financieras a largo plazo, etc.

Difícil? Sí… Imposible? No…!!!

Tú hazte un gran favor, comienza a ahorrar ya, desde ahora, porque hasta las hormiguitas ahorran… pronto lo agradecerás…

Abrazos…

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