Talvez no en el sentido estricto del término, las hormigas y también las abejas son ejemplos en la Naturaleza de cómo se puede desarrollar abundancia a partir del trabajo disciplinado y del ahorro. Ellas trabajan sin cesar, conscientemente o no, logrando un “producto interno bruto” muy por encima de sus necesidades reales y así tienen excedentes que, por otro lado, no derrochan sino que acumulan para tiempos de carestía o inactividad.
Si trasladáramos su caso al tema monetario –que tanto nos angustia a los humanos– ellas conocen el arte de hacer dinero, y la forma de ahorrar mucho dinero. Pareciera que ni siquiera necesitaron leer ni aprender de esos libros que cambian vidas, literalmente en lo referente a desarrollo y finanzas personales.
Y por qué la mayoría de nosotros, las personas, no podemos hacer lo mismo? Cuál es el factor que nos lo impide? Pues… los hábitos.
Somos más propensos a los objetivos y metas inmediatistas más que a los fines a largo plazo; lo queremos todo, y más rápido, para consumirlo y luego quedar sin casi nada otra vez. Así, ningún bienestar a largo plazo nos será fácil y talvez ni siquiera posible.
Dejemos de vivir con si no hubiera futuro, superemos el “mucho pan hoy y mucha hambre mañana”.
Ahorremos. Es algo que se puede –y debe– aprender, cultivar, estimular, alabar… no es la única pero es la piedra fundamental de cualquier bienestar y libertad financiera. Hagamos del ahorro una moda, incluso un deporte, y nuestra vida cambiará para bien, irremediablemente.
Para reforzar nuestra motivación, podemos leer esos libros ya mencionados, o también ver tanto material al respecto que hay en canales de Youtube, como el mío.
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