Quien no respeta ni cuida su dinero quita valor o desprecia el trabajo propio o ajeno que ha costado conseguirlo y más temprano que tarde pagará las consecuencias por haber tenido actitudes y hábitos de esa negligencia, porque la vida es tan justa que da las cosas a quien las sabe apreciar y las quita a veces definitivamente de quien las toma como si teniéndolas estuviera haciendo un favor al mundo.
Fácil viene y fácil se va. Es la principal razón por la que las personas, especialmente jóvenes y adolescentes, tienen una actitud de displicencia hacia el dinero, a diferencia de quienes, grandes o chicos, han tenido que hacer sacrificios para conseguirlo. Pero tampoco es la única razón, porque también hay personas y familias mesuradas, conscientes de que el dinero no es lo más importante pero aun así se lo debe cuidar, que caen en gastos que luego les pesan al final del día o del mes.
Por qué?
Todos sabemos que ganar dinero tiene mucho de práctica y otro mucho de arte, y que el ahorro monetario es un gran base para toda estabilidad financiera, y lo sabemos incluso de forma intuitiva y sin haber leído aun ninguno de esos libritos sobre educación financiera, libritos que cambian vidas, literalmente, igual, dejamos huir el dinero como agua de entre las manos. Y estas son algunas razones, tan simples que no podríamos creer que nos hacen tanto daño económico. Algunas de esas razones son:
Falta de presupuesto.
La falta de un presupuesto personal de gastos, así sea rudimentario y hecho a nuestro propio modo, es una gran causa de nuestros gastos sin control. Y es que los gastos y microgastos terminan siendo un escape que luego no podemos cerrar, y cuando lo intentamos recordando compras que en realidad no eran importantes, o cuando hacemos cuentas mentales de las minucias diarias que se llevaron nuestro dinero, que parecían no tener importancia, suman montos realmente asombrosos. Tener un presupuesto es como tener un auto–filtro que inicialmente nos da idea de nuestras prioridades, nuestros márgenes de maniobra financiera, y nuestras metas de ahorro por día, semana, mes, etc. Y todo eso debiéramos tenerlo presente.
Falta de educación financiera.
Nos educaron y educan en casi todo, menos en el tema del dinero. Hasta hace pocos años eso era culpa principalmente del sistema educacional y de nuestros padres. Pero hoy ya no, porque hay muchísimas formas de aprender finanzas personales, en libros sobre el tema, muchos de ellos que se pueden descargar, algunos incluso gratis, mediante videos como en los de este canal de YouTube, etc. El problema es que preferimos distraernos en lugar de aprender, y luego la vida nos lo enseña, pero al precio de decepciones, fracasos o la quiebra personal. Hay que evitarlo usando mejor nuestro tiempo para aprender y mejorar, en lugar de desperdiciar tanta oportunidad como no existió nunca antes.
Presión social.
Posiblemente este sea el factor más poderoso en los jóvenes y adolescentes. Súper publicidad, marketing comercial despiadado, la cultura de la moda, la temporada y lo visual; el aparentar más que el realmente ser, y la visión de una vida epicúrea y superficial de lo fácil, lo inmediato y lo pasajero; todo ello se lleva ingentes cantidades de nuestro bolsillo. Este ritmo de vida supuestamente ligera y posmoderna nos cuesta demasiado, y mediante el “lléveselo ahora y pague después” o la trampera de las tarjetas de crédito, nos empobrece hasta niveles vergonzantes muchas veces. Es legítimo aspirar a una vida cómoda y placentera pero no en base a gastar en ello todo nuestro dinero, incluso dinero que aún no tenemos Debiéramos tener límites de gastos basados en prioridades y no sobreponer el ocio improductivo por sobre el negocio rentable, ni la necedad por sobre la necesidad. Necesitamos educación financiera, leer, aprender… en lugar de gastar mucho dinero, ahorrar mucho dinero.
Compras impulsivas.
Muchas otras veces somos víctimas financieras de nuestros propios impulsos, y los comerciantes sagaces lo aprovechan a la perfección. “Liquidaciones”, ventas de saldos, Viernes Negros o días de otro color, precios inflados paulatinamente para luego aparecer con supuestos “descuentos imperdibles”, etc., nos cautivan, y por otro lado nuestra inclinación a comprar sólo “porque estaba barato”; todo ello es el drenaje que puede vaciar nuestra billetera, sin dejar nada, o casi nada, para las necesidades y urgencias de después.
Te ha sucedido algo de lo anterior? Pues ya no más. Haz conciencia, ya no gastes “a lo loco”; ten una lista de lo que gastas agrupando aparte lo necesario, lo conveniente y lo opcional. Pero primero que todo, antes y no después, separa algo, aunque sea un poco, para muchísimo después… eso es el ahorro… claro que en épocas difíciles será muy poco, pero ten ese hábito. También procura aumentar tus ingresos porque de lo contrario no estarás construyendo riqueza sino sólo administrando tu pobreza. Y así, poco a poco, te irá mejor. Está científicamente comprobado.
Eso negativo que se acaba de comentar no debe ocurrir nunca más en tu vida personal. Anda, reforma tus hábitos financieros lee y aprende en libros sobre finanzas personales, combina ver videos divertidos con videos formativos en finanzas personales, cultiva el arte de hacer dinero y de ahorrar mucho dinero. Si lo haces desde hoy, tu vida económica comenzará a mejorar para siempre. Te lo aseguro.
Si te ha gustado este contenido podrías compartirlo con las personas que aprecias. También te invito a seguirme en mis redes sociales, estoy como qdquasar. Muchas gracias, y hasta la próxima.
Fácil viene y fácil se va. Es la principal razón por la que las personas, especialmente jóvenes y adolescentes, tienen una actitud de displicencia hacia el dinero, a diferencia de quienes, grandes o chicos, han tenido que hacer sacrificios para conseguirlo. Pero tampoco es la única razón, porque también hay personas y familias mesuradas, conscientes de que el dinero no es lo más importante pero aun así se lo debe cuidar, que caen en gastos que luego les pesan al final del día o del mes.
Por qué?
Todos sabemos que ganar dinero tiene mucho de práctica y otro mucho de arte, y que el ahorro monetario es un gran base para toda estabilidad financiera, y lo sabemos incluso de forma intuitiva y sin haber leído aun ninguno de esos libritos sobre educación financiera, libritos que cambian vidas, literalmente, igual, dejamos huir el dinero como agua de entre las manos. Y estas son algunas razones, tan simples que no podríamos creer que nos hacen tanto daño económico. Algunas de esas razones son:
Falta de presupuesto.
La falta de un presupuesto personal de gastos, así sea rudimentario y hecho a nuestro propio modo, es una gran causa de nuestros gastos sin control. Y es que los gastos y microgastos terminan siendo un escape que luego no podemos cerrar, y cuando lo intentamos recordando compras que en realidad no eran importantes, o cuando hacemos cuentas mentales de las minucias diarias que se llevaron nuestro dinero, que parecían no tener importancia, suman montos realmente asombrosos. Tener un presupuesto es como tener un auto–filtro que inicialmente nos da idea de nuestras prioridades, nuestros márgenes de maniobra financiera, y nuestras metas de ahorro por día, semana, mes, etc. Y todo eso debiéramos tenerlo presente.
Falta de educación financiera.
Nos educaron y educan en casi todo, menos en el tema del dinero. Hasta hace pocos años eso era culpa principalmente del sistema educacional y de nuestros padres. Pero hoy ya no, porque hay muchísimas formas de aprender finanzas personales, en libros sobre el tema, muchos de ellos que se pueden descargar, algunos incluso gratis, mediante videos como en los de este canal de YouTube, etc. El problema es que preferimos distraernos en lugar de aprender, y luego la vida nos lo enseña, pero al precio de decepciones, fracasos o la quiebra personal. Hay que evitarlo usando mejor nuestro tiempo para aprender y mejorar, en lugar de desperdiciar tanta oportunidad como no existió nunca antes.
Presión social.
Posiblemente este sea el factor más poderoso en los jóvenes y adolescentes. Súper publicidad, marketing comercial despiadado, la cultura de la moda, la temporada y lo visual; el aparentar más que el realmente ser, y la visión de una vida epicúrea y superficial de lo fácil, lo inmediato y lo pasajero; todo ello se lleva ingentes cantidades de nuestro bolsillo. Este ritmo de vida supuestamente ligera y posmoderna nos cuesta demasiado, y mediante el “lléveselo ahora y pague después” o la trampera de las tarjetas de crédito, nos empobrece hasta niveles vergonzantes muchas veces. Es legítimo aspirar a una vida cómoda y placentera pero no en base a gastar en ello todo nuestro dinero, incluso dinero que aún no tenemos Debiéramos tener límites de gastos basados en prioridades y no sobreponer el ocio improductivo por sobre el negocio rentable, ni la necedad por sobre la necesidad. Necesitamos educación financiera, leer, aprender… en lugar de gastar mucho dinero, ahorrar mucho dinero.
Compras impulsivas.
Muchas otras veces somos víctimas financieras de nuestros propios impulsos, y los comerciantes sagaces lo aprovechan a la perfección. “Liquidaciones”, ventas de saldos, Viernes Negros o días de otro color, precios inflados paulatinamente para luego aparecer con supuestos “descuentos imperdibles”, etc., nos cautivan, y por otro lado nuestra inclinación a comprar sólo “porque estaba barato”; todo ello es el drenaje que puede vaciar nuestra billetera, sin dejar nada, o casi nada, para las necesidades y urgencias de después.
Te ha sucedido algo de lo anterior? Pues ya no más. Haz conciencia, ya no gastes “a lo loco”; ten una lista de lo que gastas agrupando aparte lo necesario, lo conveniente y lo opcional. Pero primero que todo, antes y no después, separa algo, aunque sea un poco, para muchísimo después… eso es el ahorro… claro que en épocas difíciles será muy poco, pero ten ese hábito. También procura aumentar tus ingresos porque de lo contrario no estarás construyendo riqueza sino sólo administrando tu pobreza. Y así, poco a poco, te irá mejor. Está científicamente comprobado.
Eso negativo que se acaba de comentar no debe ocurrir nunca más en tu vida personal. Anda, reforma tus hábitos financieros lee y aprende en libros sobre finanzas personales, combina ver videos divertidos con videos formativos en finanzas personales, cultiva el arte de hacer dinero y de ahorrar mucho dinero. Si lo haces desde hoy, tu vida económica comenzará a mejorar para siempre. Te lo aseguro.
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