Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Talvez no has leído aun:
Primer libro de Enoc. Parte 9.
Primer libro de Enoc. Parte 8.
Primer libro de Enoc. Parte 7.
Primer libro de Enoc. Parte 6.
Primer libro de Enoc. Parte 5.
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CAPÍTULO 86.
1 De nuevo estuve fijando mis ojos en el sueño y vi el cielo por encima y he aquí que una estrella cayó del cielo en medio de los toros grandes y comió y pastoreó en medio de ellos.
2 Entonces vi estos toros grandes y negros, todos ellos intercambiaban sus pastos, establos y becerros y comenzaron a vivir unos con otros.
3 Observé de nuevo en mi sueño y miré hacia el cielo y he aquí que muchas estrellas descendían y caían del cielo en medio de la primera estrella y eran transformadas en toros en medio de aquellos becerros y pastaban con ellos y entre ellos.
4 Los miré y vi como todos sacaron su miembro sexual como caballos y montaron las vacas de los toros y todas quedaron preñadas y parieron elefantes, camellos y asnos.
5 Todos los toros les tenían miedo, se aterrorizaron con ellos y comenzaron a morder con sus dientes a devorar ya cornear.
6 Y además comenzaron a devorar a esos toros y he aquí que todos los hijos de la tierra se empezaron a temblar y a espantarse ante ellos y a huir.
CAPÍTULO 87.
1 Nuevamente vi cómo comenzaban a golpearse el uno al otro y a devorarse el uno al otro y la tierra se puso a gritar.
2 Después elevé de nuevo mis ojos al cielo y tuve una visión; hela aquí: salieron del cielo seres parecidos a hombres blancos, salieron cuatro de ese lugar y tres con ellos.
3 Así, esos tres que salieron de últimos me tomaron de la mano y me llevaron por sobre la generación terrestre hasta un lugar elevado y me mostraron una torre alta construida sobre la tierra y todas las colinas eran más bajas.
4 Me dijeron: "Permanece aquí hasta que hayas visto todo lo que le sucederá a estos elefantes, camellos y asnos y a las estrellas, las vacas y a todos ellos".
CAPÍTULO 88.
1 Vi a uno de los cuatro que había salido primero, agarrar a la primera estrella que había caído del cielo, atarla de pies y manos y arrojarla en el abismo profundo, angosto, escarpado y oscuro.
2 Después uno de ellos sacó la espada y se la dio a los elefantes, camellos y asnos y ellos comenzaron a herirse el uno al otro y toda la tierra tembló a causa de esto.
3 Seguía observando mi sueño, cuando he aquí que a uno de los cuatro que habían salido, le llegó una orden del cielo y él tomó a todas las numerosas estrellas cuyos miembros sexuales eran como los de los caballos y él las ató a todas de pies y manos y las arrojó en un abismo de la tierra.
CAPÍTULO 89.
1 Uno de los cuatro fue hasta donde uno de los toros blancos y le enseñó y él construyó para sí un barco y habitó en su interior. Los tres toros entraron con él en el barco que fue cubierto y techado por encima de ellos.
2 Yo estaba mirando y vi siete chorros echando mucha agua sobre la tierra.
3 He aquí que se abrieron los depósitos de agua del interior de la tierra y comenzaron a brotar y a subir las aguas sobre ella. Seguí mirando hasta que la tierra fue cubierta por las aguas, (Gn 7:11).
4 por la oscuridad y por la niebla que se cernía sobre ella.
5 Los toros fueron sumergidos, alejados y aniquilados en aquellas aguas.
6 El barco flotó sobre las aguas, pero todos los toros, asnos salvajes, camellos y elefantes se hundieron en las aguas.
7 De nuevo vi en mi sueño cómo los chorros de agua desaparecieron del alto techo, las grietas de la tierra fueron niveladas pero otros abismos se abrieron;
8 y el agua empezó a descender por ellos, hasta que la tierra quedó al descubierto, la barca reposó sobre la tierra, la oscuridad se retiró y apareció la luz. (Gn 8:13).
9 Entonces el toro blanco que se había convertido en hombre salió de esta barca y con él los tres toros, uno de los cuales era blanco y se parecía a ese toro, otro era rojo como sangre y el otro negro.
10 Empezaron a engendrar bestias salvajes y aves. Hubo una multitud de toda especie: leones, leopardos, perros, lobos, hienas, cerdos salvajes, zorros, ardillas, jabalís, halcones, buitres, gavilanes, águilas y cuervos. En medio de ellos nació otro toro blanco. (Gn 10-11).
11 Comenzaron a morderse unos a otros. El toro blanco que había nacido en medio de ellos, engendró un asno salvaje y también un becerro blanco. El asno salvaje se multiplicó. (Gn 21:12-13).
12 El becerro blanco, que había sido engendrado por el toro blanco, engendró un jabalí negro y un carnero blanco. El jabalí engendró muchos jabalís y el carnero engendró doce ovejas. (Gn 25:25-26; Gn 35:22-26).
13 Cuando estas doce ovejas hubieron crecido le dieron una oveja de entre ellas a los asnos salvajes, pero esos asnos a su vez entregaron esa oveja a lobos y la oveja creció entre los lobos. (Gn 27:12-36).
14 El carnero guió a todas las once ovejas a habitar y pacer con él entre los lobos y ellas se multiplicaron y se transformaron en un rebaño de numerosas ovejas. (Gn 46:1-7).
15 Los lobos empezaron a oprimir al rebaño hasta hacer perecer a sus pequeños y a arrojar a sus pequeños en una corriente de agua. Entonces las ovejas comenzaron a gritar por sus pequeños y a lamentarse ante su Señor. (Gn 47:27; Ex: 1:7-22).
16 Una oveja que había escapado de los lobos huyó y fue hasta donde los asnos salvajes. Yo miré mientras el rebaño se quejaba y gritaba terriblemente hasta que descendió el Señor del rebaño a la voz de las ovejas, desde su alto santuario vino a su lado y las hizo pacer. (Ex 2:15, 22, 23).
17 Llamó a la oveja que había escapado de los lobos y le hablo sobre los lobos, para que los intimara a no tocar más a las ovejas. (Ex 3).
18 Y esta oveja fue adonde los lobos por orden del Señor y otra oveja se encuentro con ella y fue con ella. Fueron y las dos entraron juntas en la asamblea de los lobos, por orden del Señor, les hablaron y les intimaron para que no tocaran más a las ovejas. (Ex 5:1-5).
19 Desde entonces observé que los lobos oprimieron con más dureza y con todas sus fuerzas a las ovejas y las ovejas gritaron fuerte. (Ex 5.6-9).
20 Y su Señor fue al lado de las ovejas y se puso a golpear a esos lobos y los lobos comenzaron a lamentarse, en cambio las ovejas llegaron a tranquilizase y desde ahí cesaron de gritar. (Ex 7-11, 12:29-31).
21 Vi las ovejas cuando partían de entre los lobos y los ojos de los lobos fueron oscurecidos y esos lobos salieron persiguiendo a las ovejas con todas sus fuerzas. (Ex 12:37, 14:5-7).
22 Pero el Señor de las ovejas fue con ellas conduciéndolas, todas sus ovejas le seguían y su rostro era resplandeciente, glorioso y terrible a la vista. (Ex 13:21,22, 14:8).
23 Los lobos comenzaron a perseguir a esas ovejas, hasta que se las alcanzaron cerca de un estanque de agua. (Ex 14:9).
24 Pero este estanque de agua se dividió y el agua se levantó de un lado y del otro ante su cara y el Señor los condujo y se colocó Él mismo entre ellos y los lobos. (Ex 14:21,22).
25 Como esos lobos no veían más a las ovejas, ellas anduvieron en medio de este estanque y los lobos persiguieron a las ovejas y corrieron tras ellas, esos lobos en este estanque de agua. (Ex 14:23).
26 Y cuando ellos vieron al Señor de las ovejas se regresaron para huir de su presencia, pero este estanque de agua se cerró y volvió repentinamente a su posición natural y se llenó de agua. (Ex 14:24-27).
27 Continué mirando hasta que todos los lobos que iban persiguiendo a este rebaño, perecieron sumergidos y ahogados y las aguas los cubrieron. (Ex 14:28).
28 El rebaño se apartó de estas aguas y fueron a un lugar desolado en el que no hay agua ni hierba y sus ojos se abrieron y vieron. Miré hasta que el Señor del rebaño los apacentó, les dio agua y hierba y la oveja fue y los guió. (Ex 15:22-27, 17:6).
29 La oveja subió a la cima de una roca elevada y el Señor del rebaño la envió en medio del rebaño y todos ellas se mantenían a distancia. (Ex 19:3).
30 Entonces miré y he aquí que el Señor del rebaño se alzó frente al rebaño y su apariencia era potente, grandiosa y terrible y todo el rebaño lo vio y tuvo miedo de Él. (Ex 19:16).
31 Todas estaban asustadas y temblando ante Él y le gritaron al cordero que era su segundo y que estaba en medio de ellas: "Nosotras no podemos estar delante del Señor".
32 Entonces se volvió el cordero que las guiaba y subió por segunda vez a la cima de aquella roca. Pero el rebaño comenzó a cegarse y a apartarse del camino que les había señalado, sin que el cordero supiera tales cosas. (Ex 32:1-6).
33 El Señor del rebaño se enfureció mucho contra el rebaño, el cordero lo supo y descendió de la cima de aquella roca y vino al rebaño y encontró a la mayoría cegadas y extraviadas. (Ex 32:7-10,19).
34 Cuando lo vieron comenzaron a atemorizarse delante de Él, queriendo volver a sus rediles.
35 El cordero tomó con él a otras ovejas y vino al rebaño, degollaron a todas las extraviadas y comenzaron a temblar ante Él. Entonces ese cordero hizo regresar a sus rediles a todo el rebaño extraviado. (Ex 32:27-28).
36 Continué viendo este sueño hasta que este cordero se transformó en hombre, construyó un campamento para el Señor del rebaño y llevó a todo el rebaño a este campamento. (Ex 33:7-11, 40).
37 Seguí mirando hasta que se durmió esa oveja que se había unido al cordero que dirigía a las ovejas. Observé hasta que todas las ovejas mayores hubieron perecido y se levantaron en su lugar unas menores y ellas entraron en un pastizal y se acercaron a un río.
38 Después la oveja que los guiaba y que se había convertido en hombre, fue separada de ellas, se durmió y todas las ovejas la buscaron y lloraron por ella con grandes lamentos. (34:5,7).
39 Vi hasta que terminaron de llorar por esta oveja, después atravesaron este río y vinieron otras ovejas que las guiaron en lugar de las que se durmieron después de haberlas guiado. (Dt 34:8; Jos:17).
40 Vi las ovejas hasta que entraron en una región hermosa, en una tierra agradable y espléndida. Vi esas ovejas hasta que fueron saciadas y ese campamento estaba entre ellas en esa tierra agradable.
41 Tan pronto como abrían los ojos se cegaban, hasta que se levantó otra oveja y las guió y las condujo a todas y se abrieron sus ojos. (1 S 3:1-14).
42 Los perros, los zorros y los jabalís salvajes se pusieron a devorar estas ovejas hasta que el Señor de las ovejas levantó un carnero de en medio de ellas para guiarlas. (1 S 4:1-11, 10:17-25).
43 Ese carnero comenzó a embestir de un lado y de otro a esos perros, zorros y jabalís, hasta que hizo perecer a todos ellos. (1 S 11:1-11).
44 Esa oveja cuyos ojos fueron abiertos, vio que al carnero que estaba entre las ovejas lo abandonaba su gloria y comenzaba a embestir a las ovejas, a pisotearlas y a comportarse en forma indebida. (1 S 13:13-14).
45 Entonces el Señor de las ovejas envió al cordero a otro cordero y lo ascendió para que fuera un carnero y dirigiera a las ovejas en vez del carnero al que había abandonado su gloria. (1 S 16).
46 Fue a su lado y le habló en secreto y lo ascendió a carnero, lo hizo juez y pastor de las ovejas, pero durante todos estos acontecimientos, los perros oprimían a las ovejas.
47 El primer carnero persiguió al segundo y este segundo salió y huyó de su presencia, pero vi hasta que los perros abatieron a aquel primer carnero. (1 S 19:9-12; 22-24).
48 Después ese segundo carnero se levantó y condujo a las ovejas y engendró numerosas ovejas y luego se durmió. Una pequeña oveja se convirtió en carnero y fue el juez y el líder en su lugar. (2 S 2:4; 1 R 1:38-39).
49 Esas ovejas crecieron y se multiplicaron y todos esos perros, zorros y jabalís tuvieron miedo y huyeron lejos. Este carnero embistió y mató a todas las bestias salvajes y esas bestias no tuvieron más poder entre las ovejas ni les guiaron más.
50 Esa casa llegó a ser grande y amplia y fue edificada por esas ovejas. Una torre elevada y grande fue construida sobre la casa, para el Señor de las ovejas. El campamento era bajo, pero la torre muy alta y el Señor de las ovejas se mantenía sobre ella y ofrecieron ante Él una mesa llena. (1 R 6-8).
51 Después vi a esas ovejas errar de nuevo e ir por una multitud de caminos y abandonar su casa. El Señor de las ovejas llamó de entre ellas a algunas ovejas y las envió al lado de las ovejas, pero las ovejas comenzaron a asesinarlas.
52 Pero, una de ellas fue salvada y no fue muerta, salió y gritó a causa de las ovejas y ellas quisieron matarla, pero el Señor de las ovejas la salvó de entre las manos de las ovejas, la hizo subir y habitar cerca de mí. (2 R 2:5).
53 Él envió sin embargo muchas otras ovejas a esas ovejas para testificarles y para lamentarse sobre ellas.
54 Después las vi abandonar la casa del Señor y su torre; erraban en todo y sus ojos estaban cerrados. Vi al Señor de las ovejas hacer una gran carnicería con ellas, hasta que esas ovejas provocaron la carnicería y traicionaron su puesto.
55 Él las abandonó en las manos de los leones y los tigres, de los lobos y las hienas, de los zorros y de todas las bestias salvajes, que comenzaron a despedazar a estas ovejas.
56 las vi abandonar su casa y su torre y entregarlas a los leones para que las destrozaran y devoraran. (Jr 39:8; 2 R 25:8-12; 2 Cr 36:17-20; Mt 24:1-2)
57 Me puse a gritar con todas mis fuerzas y a llamar al señor de las ovejas y le hice ver que las ovejas eran devoradas por todas las bestias salvajes.
58 Pero Él permaneció inmutable y cuando las vio se alegró al ver que era devoradas, tragadas y robadas y las abandono para que fueran pasto de las bestias.
59 Él llamó a setenta pastores y les entregó a esas ovejas para que las llevaran a pastar y le dijo a los pastores y a sus acompañantes: "Que cada uno de vosotros lleve de ahora en adelante a las ovejas a pacer y todo lo que os ordene, hacedlo.
60 "Os las entregaré debidamente contadas y os diré cuáles deben ser destruidas y esas, hacedlas perecer". Y les entregó aquellas ovejas.
61 Después el llamó a Otro y le dijo: "Observa y registra todo lo que los pastores hacen a estas ovejas, ya que ellos destruyen más de las que yo les he mandado;
62 todo exceso y destrucción que sea ejecutado por los pastores regístralo: cuántos destruyen de acuerdo con mi orden y cuántos de acuerdo con su propio capricho. Pon en la cuenta de cada pastor la destrucción que efectúe.
63 "Lee luego el resultado ante mí: cuántas destruyeron y cuántas les entregué para su destrucción. Que esto pueda ser un testimonio contra ellos para saber toda acción de los pastores, que yo los evalúe y vean lo que hacen y si se atienen o no a lo que les he ordenado.
64 "Pero, ellos no deben enterarse, no debes contarlo a ellos ni debes advertirles, sino solamente anotar cada destrucción que los pastores ejecuten, una por una y al momento, y exponer todo eso ante mí.
65 Vi cuando esos pastores pastorearon en su tiempo y comenzaron a matar y destruir a más ovejas de las que fueron ofrecidas y ellos entregaron a esas ovejas en manos de los leones.
66 Los leones y los tigres devoraron a gran parte de esas ovejas y los jabalís comieron junto con ellos. Ellos quemaron esa torre y demolieron esa casa.
67 Me entristecí muchísimo por esa torre porque la casa de las ovejas fue demolida y ya no pude ver si esas ovejas entraban en esa casa.
68 Los pastores y sus cómplices entregaron a esas ovejas a todas las bestias salvajes, para que las devoraran pero cada uno de ellos había recibido un número determinado y fue anotado para cada uno de ellos, por el Otro, en un libro, cuántas de ellas habían destruido.
69 Cada uno mataba y destruía más de las que fueron prescritas y yo comencé a llorar y a lamentarme por causa de esas ovejas.
70 Entonces en la visión observé al que escribía como anotaba cada una que era destruida por esos pastores día por día y él llevó y expuso todo su libro y mostró al señor de las ovejas todo lo que realmente habían hecho ellos y todo lo que cada uno había hecho y todas las que ellos habían entregado a la destrucción.
71 Y el libro fu leído ante el Señor de las ovejas y Él tomó el libro en su mano, lo leyó, lo selló y lo archivó.
72 Tras eso, vi que los pastores las llevaban a pastar durante doce horas y he aquí que tres de esas ovejas regresaron; arribaron, entraron y empezaron edificar todo lo que se había derrumbado de esa casa, pero los jabalís se lo impidieron y ellas no fueron capaces. (Ne 3:33).
73 Después, ellas comenzaron de nuevo a construir, como antes elevaron la torre, que fue llamada torre alta, y comenzaron de nuevo a colocar una mesa ante la torre, pero todo el pan que había estaba contaminado e impuro.
74 Acerca de todo esto los ojos de esas ovejas estaban cegados y no veían y sus pastores tampoco y él las entregó para una mayor destrucción a sus pastores que pisotearon las oveja con sus pies y las devoraron.
75 El Señor de las ovejas se mantuvo indiferente hasta que todas las ovejas fueron dispersadas por el campo y se mezclaron con ellas, y ellos no las salvaron de las manos de las bestias.
76 El que había escrito el libro lo trajo, lo mostró y lo leyó ante el Señor de las ovejas; le imploró y suplicó por cuenta de ellas y le mostró todos los actos de los pastores y dio testimonio ante Él contra los pastores. (Ez 34:4; Za 11:4).
77 Tomó el libro vigente, lo depositó al lado de Él y se fue.
(Continuará…)
Fuente: librosapocrifos.blogspot.com
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