Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Otros artículos.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 4.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 3.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 2.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 1.
Vida de Adán y Eva. Libro 1. Parte 3.
These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.
Otros artículos.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 4.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 3.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 2.
Vida de Adán y Eva. Libro 2. Parte 1.
Vida de Adán y Eva. Libro 1. Parte 3.
CAPÍTULO 14.
El tiempo se lleva otra generación de hombres.
1. Cuando tenía Enós novecientos años, todos los hijos de Set, y de Cainán, y su primogénito, con sus mujeres y niños, se juntaron alrededor de él, pidiéndole una bendición de él.
2. Él entonces oró por ellos y les bendijo, y les hizo jurar a ellos por la sangre de Abel el justo diciéndoles a ellos: “No permitan a ninguno de vuestros hijos que baje de esta Pura Montaña, y que ellos no hagan ningún compañerismo con los hijos de Caín el asesino”.
3. Entonces Enós llamó a su hijo Cainán y le dijo a él: “Mira, Oh mi hijo, y pon tu corazón sobre tu pueblo, y establéceles en justicia, y en inocencia, y párate sirviendo ante el cuerpo de nuestro padre Adán, todos los días de tu vida”.
4. Luego de esto Enós entró al descanso, envejecido novecientos ochenta y cinco años, y Cainán le envolvió, y le recostó a él en la Cueva de Tesoros a la izquierda de su padre Adán; e hizo ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
CAPÍTULO 15.
La descendencia de Adán continúa manteniendo la Cueva de Tesoros como un sepulcro familiar.
1. Luego de la muerte de Enós, se paró Cainán a la cabeza de su pueblo en justicia e inocencia, como su padre le había mandado a él; él también continuaba sirviendo ante el cuerpo de Adán, dentro de la Cueva de Tesoros.
2. Entonces cuando él había vivido novecientos diez años, le vino encima sufrimiento y aflicción. Y cuando él estaba por entrar al descanso, todos los padres con sus mujeres y niños vinieron a él, y él les bendijo, y les hizo jurar por la sangre de Abel, el justo, diciéndoles a ellos: “No permitan a ninguno de entre ustedes que baje de esta Montaña Pura, y no hagan compañerismo con los hijos de Caín el asesino”.
3. Mahalaleel, su hijo primogénito, recibió este mandamiento de su padre, quien le bendijo a él y se murió.
4. Entonces Mahalaleel le embalsamó a él con especies dulces, y le recostó en la Cueva de Tesoros, con sus padres; y ellos hicieron ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
CAPÍTULO 16.
La buena rama de la familia todavía les tiene miedo a los hijos de Caín.
1. Entonces Mahalaleel se paró encima de su pueblo, y les alimentó en justicia e inocencia, y les vigilaba a ellos para observar que ellos no tuvieran ninguna relación con los hijos de Caín.
2. Él también continuaba en la Cueva de Tesoros orando y sirviendo ante el cuerpo de nuestro padre Adán, pidiéndole a Yahvé por misericordia sobre él mismo y sobre su pueblo, hasta que él tenía ochocientos setenta años, cuando él se enfermó.
3. Entonces todos sus hijos se juntaron a él, para verle, y para pedir por su bendición sobre todos ellos, antes de que se fuese de este mundo.
4. Entonces Mahalaleel se levantó y se sentó en su cama, sus lágrimas derramándose de su cara, y él llamó a su hijo mayor Jared, quien le vino a él.
5. Él entonces besó su cara, y le dijo: “Oh Jared, mi hijo, te hago jurar por Él quien hizo los cielos y la tierra, que vigiles a tu pueblo, y que les alimentes en justicia y en inocencia, y que no permitas que ninguno de ellos baje de esta Montaña Pura a los hijos de Caín, por si él perezca con ellos.
6. Oye, Oh mi hijo, luego de esto vendrá una gran destrucción sobre esta tierra por causa de ellos; Yahvé estará enojado con el mundo, y les destruirá a ellos con aguas.
7. Pero Yo también sé que tus hijos no te harán caso a ti, y que ellos bajarán de esta montaña y tendrán relaciones con los hijos de Caín, y que ellos perecerán con ellos.
8. ¡Oh mi hijo! Instrúyeles, y supervísales a ellos, para que ninguna culpa se conecte a ti por causa de ellos”.
9. Mahalaleel dijo más aún a su hijo Pared: “Cuando yo me muera, embalsama mi cuerpo y recuéstalo en la Cueva de Tesoros, al lado de los cuerpos de mis padres, entonces párate al lado de mi cuerpo y ora a Yahvé; y cuídales, y cumple tu servicio ante ellos, hasta que entres al descanso tú mismo”.
10. Mahalaleel entonces bendijo todos sus hijos, y entonces se acostó sobre su cama, y entró al descanso como sus padres.
11. Pero cuando vio Jared que su padre Mahalaleel estaba muerto, él lloró, y estuvo triste, y abrazó y besó sus manos y sus pies, y así hicieron todos sus hijos.
12. Y sus hijos le embalsamaron cuidadosamente, y le recostaron al lado de los cuerpos de sus padres. Entonces ellos se levantaron, y lamentaron por él cuarenta días.
CAPÍTULO 17.
Jared se vuelve disciplinario. Él se deja llevar a la tierra de Caín adonde él ve muchas vistas atractivas. Jared apenas se escapa con corazón limpio.
1. Entonces Jared guardó el mandamiento de su padre, y subió como un león sobre su pueblo. Él les alimentó en justicia e inocencia, y les mandó que no hagan nada sin su consejo. Porque él tenía miedo por ellos, por si ellos se fuesen a los hijos de Caín.
2. Por eso él les dio órdenes repetidamente; y continuaba haciendo así hasta el final del año número cuatrocientos ochenta y cinco de su vida.
3. Al final de estos años mencionados, le vino a él esta señal. Mientras Jared estaba parado como un león ante los cuerpos de sus padres, orando y advirtiéndoles a su pueblo, Satanás le envidió, y trabajó una apariencia hermosa, porque Jared no permitía a sus hijos hacer nada sin su consejo.
4. Satanás entonces le apareció a él con treinta hombres de sus ejércitos, en la forma de hombres buenos mozos, Satanás mismo siendo el mayor y el más alto de entre ellos, con una barba fina.
5. Ellos se pararon a la boca de la cueva, y llamaron afuera a Jared, de dentro de ella.
6. Él salió a ellos, y les encontró luciendo como hombres finos, llenos de luz, y de gran belleza. Él maravilló a su hermosura y a sus apariencias, y se preguntó en sigo mismo si ellos no fuesen hijos de Caín.
7. Él dijo también en su corazón: “Como los hijos de Caín no pueden subir hasta la altura de esta montaña, y ninguno de ellos es tan buen mozo como estos aparentan ser, y entre estos hombres no hay ninguno de mi familia, ellos deben de ser extranjeros”.
8. Entonces Jared y ellos intercambiaron un saludo y él dijo al mayor de entre ellos: “Oh mi padre, explícame la maravilla que está en ustedes, y cuéntame quienes son estos contigo, porque ellos me lucen como hombres extraños”.
9. Entonces el mayor comenzó a llorar, y el resto lloraron con él, y él dijo a pared: “Yo soy Adán quien Elohíym hizo primero; y este es Abel mi hijo, quien fue matado por su hermano Caín, en cuyo corazón Satanás le puso que le asesine a él.
10. Entonces éste es mi hijo Set, a quien yo pedí de Elohíym, quien me lo dio a mí, para confortarme en lugar de Abel.
11. Entonces este es mi hijo Enós, hijo de Set, y ese otro es Cainán, hijo de Enós, y ese otro es Mahalaleel, hijo de Cainán, tu padre”.
12. Pero Jared se quedó maravillando a su apariencia, y de lo que le dijo el mayor a él.
13. Entonces el mayor le dijo a él, “No maravilles, Oh mi hijo; nosotros vivimos en la tierra al norte del jardín, la cual Elohíym creó antes del mundo. Él no quiso permitirnos vivir ahí, sino nos puso dentro del jardín, debajo del cual ustedes están ahora habitando.
14. Pero luego de que yo transgredí, Él me hizo salir, y yo fui dejado que habite en esta cueva, problemas grandes y graves me vinieron encima, y cuando se acercaba mi muerte, yo mandé a mi hijo Set que tiene a su pueblo bien, y este mi mandamiento debía ser pasado de uno al próximo, hasta el final de las generaciones que vengan.
15. Pero, Oh Jared, mi hijo, nosotros vivimos en regiones hermosas, mientras ustedes viven aquí en miseria, como este tu padre Mahalaleel me informó, contándome que un gran diluvio vendrá y inundará la tierra entera.
(Continuará…)
Fuente: burgaraescrituras.blogspot.com