No puedes controlar lo que no conoces y por eso llevar un registro aunque sea sencillo de tus gastos personales de cada día te lleva a conocer en qué se va tu dinero como el agua de las manos y también conocer cómo puedes gobernarlo mejor.
Un ejemplo: alguien consciente de su sobrepeso necesita identificar cuánto lo tiene demás para luego decidir qué hacer al respecto. Cómo comenzará? Primero, sabiendo, al menos aproximadamente, cuánto pesa demás, y luego por qué: sobrecomidas, ejercicio, golosinas, etc. No tan igual pero algo parecido sucede con el dinero personal: si no sabes en qué “nomás” lo gastas difícilmente lograrás economizar ni ahorrar.
Llevar la cuenta de tus gastos diarios equivale, de algún modo, a usar una balanza para saber cómo evoluciona tu peso corporal. Lo malo es que, especialmente entre los jóvenes, casi nadie lo hace… lo bueno es que es fácil, ridículamente fácil de hacerlo, o comenzar a hacerlo…
Por olvido, porque no lo consideran importante (que lo es, y mucho), por no parecer “tacaños o avaros” ante los demás, etc., casi ningún padre o madre inculca a sus hijos esa cultura de “llevar las cuentas personales”, hacerse un “presupuesto”, ni mucho menos economizar y ahorrar. Es más, en casi ningún hogar promedio se habla con los hijos sobre el dinero… gran error.
Por qué es importante que, desde lo más temprano posible en la vida, aprendamos y nos habituemos a controlar nuestras finanzas personales, que es la base de toda educación financiera? Veamos:
Saber cómo fluye tu dinero.
Es decir, cómo nos llega y cómo se nos va. En qué consisten nuestros ingresos y en qué rubros se hacen nuestros gastos. En cuanto a ingresos, lo usual es atribuirlos a lo que los padres nos dan periódicamente –como gastos para el colegio, transporte, golosinas, imprevistos, obsequios ocasionales, etc.– o cuando ya “trabajamos” lo atribuimos a nuestros salario periódico y algunos “extras” que nos procuramos por ahí. El problema, y no menor por cierto, son nuestros gastos, porque son bastante variados, y los “microgastos” que a pesar de ser eso, micro, pueden desangrar nuestra billetera incluso más que los de considerable magnitud. Tú lleva tus cuentas con algún detalle, por al menos una semana, y verás que tus microgastos representan un gran porcentaje; el detalle es que no te das cuenta de ellos.
Conocer nuestros “patrones” de gastos personales.
Sabes en qué gastas a diario? Sabes en qué “microgastas” mayormente?: Talvez comida callejera que bien podrías reducir al menos un poco inicialmente, transporte que podrías limitar caminando un poco más o saliendo más temprano de casa, esas compras de moda que bien podrías reducir razonablemente, ese gimnasio que pagaste para todo el mes y fuiste ni a la mitad de las sesiones que contrataste, y un largo etcétera. Registrar tus gastos personales te facilitará, inclusive, tener un porcentaje concreto de cada categoría de gastos… pero cómo lo sabrás si no “los anotas”?
Planificar tus finanzas.
No eres la única persona sin su propio “presupuesto personal” pero serías una de las primeras de tu entorno en tenerlo. Un presupuesto, como previsión de lo que has de gestionar y gastar tu dinero, no será algo inamovible pero en cambio una guía que te ayudará a limitar tus sobregastos, priorizando lo importante, moderando lo que puede reducirse y evitando lo innecesario y superfluo. Así, además, podrás decidir cuánto ahorrar, auto-imponiéndote esa misión para tu futuro. Sólo así hallarás el sentido a “hacer dinero” y “ahorrar dinero”.
Evitar las deudas.
Para los negocios la deuda es una herramienta, que hay que saber manejarla adecuadamente, pero para lo personal la deuda es, casi, una calamidad, créemelo… es un tema no muy fácil de explicar pero algún día tienes que aprenderlo. Si llevas un registro de tus gastos sabrás en qué se va tu dinero, con eso, y aprendiendo a presupuestar tus gastos, puedes lograr más ahorros, y más difícilmente incurrirás en deudas. Por eso, el inicio es monitorizar y controlar tus gastos.
Hazlo, aprende, lee libros sobre finanzas personales, libritos que te cambiarán la vida, literalmente. Esfuérzate por ganar mucho dinero, y por ahorrar mucho de ese dinero que ganas. Además de tus redes sociales y películas favoritas ve también videos en YouTube sobre cómo manejar mejor tus finanzas. Si lo haces, garantizado, te lo agradecerás.
Abrazos…