Aunque sea sólo por curiosidad necesitas y te conviene saber en qué gastas diariamente tu dinero y así darte cuenta de que puedes ahorrar fácilmente generando desde hoy mismo tu futura fortuna. Vamos a ello.
Muchas veces te lo has preguntado: ¿En qué realmente gasto mi dinero? ¿Por qué gasto a lo loco?... y muy seguramente también cómo puedes aprender a ahorrar y, como hacen otros a quienes conoces, a hacer dinero, mucho dinero… Es sorprendente pero este tipo de problema se parece mucho a controlar el sobrepeso, aunque a la inversa. Y, otra sorpresa, controlar este tipo de problemas comienza con algo muy sencillo: control
Qué necesitas para controlar, que es el primer paso para influir a tu valor, la temperatura en tu habitación? Un termómetro… y para comenzar a influir en tu sobrepeso? Una balanza… y… para influir tú mismo en tus finanzas personales? Pues, llevar tus cuentas… entonces, registrar, llevar tus cuentas es el primer, primerísimo paso, para gobernar tus finanzas… y, con toda probabilidad, alguna vez lo has intentado…
Registro, control, llevar las cuentas, es el primer paso para sanear nuestras finanzas personales, como si fuéramos nosotros mismos una pequeña empresa. Puede sonar algo gracioso pero es así. Y no tiene que ser, necesariamente una “contabilidad de doble partida” o todo eso, pero sí una forma de verificar en qué “nomás” se nos escurre el dinero.
Y eso es lo que hace este reto sencillo pero poderoso. Se compone de tres partes. Hoy vamos por la primera. Ya no teoricemos más, y como un buen gallo podría decir: vamos al grano…
Primero. Elabórate un “clasificador personal de gastos” según tu actividad personal, tu forma de comprar, etc. Hazlo en tres categorías: gastos “A” importantes, indispensables, inevitables; gastos “B” convenientes pero no inevitables, importantes pero no indispensables, beneficiosos pero no inevitables; y gastos “C” opcionales, de antojo o capricho, de oportunidad pero no de necesidad ni utilidad real al menos al presente, o sea, gastos a lo loco… Por ejemplo:
Gastos “A”: pagar la renta, consultar al médico, comprar alimentos para la semana, comprar zapatos para los niños porque los que tienen ya están dañados o muy pequeños…
Gastos “B”: comprar un libro interesante, hacerse un traje nuevo para el trabajo teniendo ya otros con poco uso, comer semanalmente en un restaurante más o menos caro…
Gastos “C”: ir en taxi cerca pudiendo ir a pie, gastar en videojuegos, frecuentar el cine, comprarse ropa de moda sólo “porque sí”…
Segundo: Usando cualquier hoja, libreta de apuntes o agenda en desuso, elabórate una tabla sencilla con 4 columnas: Concepto del gasto, gasto A, gasto B, gasto C y opcionalmente Total. Cada fila será para el gasto en sí.
Tercero: Ahora viene lo bueno, “lo chido” diría alguien… anota de la manera más precisa y honesta que puedas todo lo que gastas, comportándote económicamente lo más natural posible, sin limitarte ni extralimitarte, como controlas la forma, o tu peso corporal, de la manera más “desapasionada”. Anota lo que gastas (concepto) y el monto, anotándolo en la columna que corresponda. Debes hacerlo sin auto manipularte ni autojustificarte en nada (acaso dices 20 grados cuando el termómetro marca 15? O anotas 70 kilos cuando tu balanza marca 83?... no te autoengañes; o si no, simplemente no sirve y así no progresarás nunca…
Cuarto: Al final de cada día haz un resumen. Así sabrás cuánto sumaron tus gastos A, B y C del día. Haz esto durante 7 días, por ejemplo de domingo a sábado, para saber cuánto fueron tus gastos semanales. Así sabrás cuánto fueron tus gastos indispensables y justificados (A), cuánto tus gastos comprensibles o aceptables (B) y cuánto tus gastos injustificados o al menos “evitables” (C) que además seguramente son gastos hormiga. Puedes obtener porcentajes, etc. Y con toda probabilidad te sorprenderás cómo, en tu categoría C, gastaste realmente a lo loco…!
Si logras hacer todo lo anterior –si lo hiciste honestamente– ya verás cómo puedes ahorrar mucho dinero, a diferencia de hasta ahora, conservar más dinero cada día y, en perspectiva, tener más y más dinero para después… te decidirás ahorrar porque hasta las hormiguitas ahorran…
Pero esta es sólo la primera parte del reto, porque hay más… mientras, asume el reto y cúmplelo… hasta la segunda parte… abrazos…
Muchas veces te lo has preguntado: ¿En qué realmente gasto mi dinero? ¿Por qué gasto a lo loco?... y muy seguramente también cómo puedes aprender a ahorrar y, como hacen otros a quienes conoces, a hacer dinero, mucho dinero… Es sorprendente pero este tipo de problema se parece mucho a controlar el sobrepeso, aunque a la inversa. Y, otra sorpresa, controlar este tipo de problemas comienza con algo muy sencillo: control
Qué necesitas para controlar, que es el primer paso para influir a tu valor, la temperatura en tu habitación? Un termómetro… y para comenzar a influir en tu sobrepeso? Una balanza… y… para influir tú mismo en tus finanzas personales? Pues, llevar tus cuentas… entonces, registrar, llevar tus cuentas es el primer, primerísimo paso, para gobernar tus finanzas… y, con toda probabilidad, alguna vez lo has intentado…
Registro, control, llevar las cuentas, es el primer paso para sanear nuestras finanzas personales, como si fuéramos nosotros mismos una pequeña empresa. Puede sonar algo gracioso pero es así. Y no tiene que ser, necesariamente una “contabilidad de doble partida” o todo eso, pero sí una forma de verificar en qué “nomás” se nos escurre el dinero.
Y eso es lo que hace este reto sencillo pero poderoso. Se compone de tres partes. Hoy vamos por la primera. Ya no teoricemos más, y como un buen gallo podría decir: vamos al grano…
Primero. Elabórate un “clasificador personal de gastos” según tu actividad personal, tu forma de comprar, etc. Hazlo en tres categorías: gastos “A” importantes, indispensables, inevitables; gastos “B” convenientes pero no inevitables, importantes pero no indispensables, beneficiosos pero no inevitables; y gastos “C” opcionales, de antojo o capricho, de oportunidad pero no de necesidad ni utilidad real al menos al presente, o sea, gastos a lo loco… Por ejemplo:
Gastos “A”: pagar la renta, consultar al médico, comprar alimentos para la semana, comprar zapatos para los niños porque los que tienen ya están dañados o muy pequeños…
Gastos “B”: comprar un libro interesante, hacerse un traje nuevo para el trabajo teniendo ya otros con poco uso, comer semanalmente en un restaurante más o menos caro…
Gastos “C”: ir en taxi cerca pudiendo ir a pie, gastar en videojuegos, frecuentar el cine, comprarse ropa de moda sólo “porque sí”…
Segundo: Usando cualquier hoja, libreta de apuntes o agenda en desuso, elabórate una tabla sencilla con 4 columnas: Concepto del gasto, gasto A, gasto B, gasto C y opcionalmente Total. Cada fila será para el gasto en sí.
Tercero: Ahora viene lo bueno, “lo chido” diría alguien… anota de la manera más precisa y honesta que puedas todo lo que gastas, comportándote económicamente lo más natural posible, sin limitarte ni extralimitarte, como controlas la forma, o tu peso corporal, de la manera más “desapasionada”. Anota lo que gastas (concepto) y el monto, anotándolo en la columna que corresponda. Debes hacerlo sin auto manipularte ni autojustificarte en nada (acaso dices 20 grados cuando el termómetro marca 15? O anotas 70 kilos cuando tu balanza marca 83?... no te autoengañes; o si no, simplemente no sirve y así no progresarás nunca…
Cuarto: Al final de cada día haz un resumen. Así sabrás cuánto sumaron tus gastos A, B y C del día. Haz esto durante 7 días, por ejemplo de domingo a sábado, para saber cuánto fueron tus gastos semanales. Así sabrás cuánto fueron tus gastos indispensables y justificados (A), cuánto tus gastos comprensibles o aceptables (B) y cuánto tus gastos injustificados o al menos “evitables” (C) que además seguramente son gastos hormiga. Puedes obtener porcentajes, etc. Y con toda probabilidad te sorprenderás cómo, en tu categoría C, gastaste realmente a lo loco…!
Si logras hacer todo lo anterior –si lo hiciste honestamente– ya verás cómo puedes ahorrar mucho dinero, a diferencia de hasta ahora, conservar más dinero cada día y, en perspectiva, tener más y más dinero para después… te decidirás ahorrar porque hasta las hormiguitas ahorran…
Pero esta es sólo la primera parte del reto, porque hay más… mientras, asume el reto y cúmplelo… hasta la segunda parte… abrazos…