jueves, 4 de junio de 2015

Tercer libro de Enoc. Parte 2

Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.

These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.

Talvez no has leído aun:

Tercer libro de Enoc. Parte 1.

Segundo libro de Enoc. Parte 5.

Segundo libro de Enoc. Parte 4.

Segundo libro de Enoc. Parte 3.

Segundo libro de Enoc. Parte 2.


CAPITULO III.- PRIMERAS VISIONES Y REVELACIONES.

LA VISIÓN Y LAS VOCES.

1. Entonces mi alma fue envuelta, mi espíritu fue transferido en nieblas y nubes; rayos pasaron ante mí. Oscuras formas me llamaron, y voces del aire susurraron en mi oído. Yo escuché, como si fuera el sonido de cascadas, y de muchos instrumentos de música; y después de estos, silencio, como el de una noche estrellada; un silencio que habló.
2. Semejante a un Árbol golpeado por un rayo;
3. Semejante a una torre destruida por el golpe del cielo;
4. Semejante a un barco desgastado por las aguas.
5. Aún así estaba mi espíritu.

6. El Océano extendido a lo lejos,
7. Como la oscura forma de la eternidad;
8. Un extenso desierto de muchas aguas;
9. Un inmenso e ilimitado espacio.
10. Brillantes y de muchos colores fueron los destellos y fulgores,

11. Que vienen como cisnes sobre el Océano;
12. Como Águilas con alas fogosas,
13. Como la llama alada del Serafín.
14. Cada pico parecía barbado con luz;
15. Cada pino y roble un pilar de fuego;

16. Y las voces de ángeles cantaron:
17. Él viene, El Grande viene,
18. Te convoca a la Sagrada Congregación.
19. Los habitantes de oscuros mares,

20. Huyan para dar la bienvenida al Rey,

21. Los descendientes de los revestidos de estrellas.
22. ¡Oh onda! ¡Tú, onda de llama!
23. ¡Que dices tú a mi alma!
24. La onda surgió; se puso de pie, habló;
25. ¡No te pongas de pie en mi presencia!

EN LA MONTAÑA.

26. Dentro de la caverna de mi montaña yo caí postrado;
27. Mis labios tocaron el arroyo de cristal;
28. La montaña envuelta en nubes;
29. Las aguas se arremolinaron en oscuridad,
30. Una luz, un destello, un estremecimiento de gloria,

31. Me envolvieron en un remolino.
32. Fui llevado por las Águilas de la montaña,
33. A un oscuro lugar;
34. Himnos de belleza resonaron;
35. Mi espíritu fue envuelto en un éxtasis.

36. Las Aves de fuego de deslumbrante esplendor,
37. Revolotearon alrededor; pero el silencio fue supremo
38. Por tres días, por tres noches
39. Por tres cursos de estrellas,
40. Por tres marchas de arrolladoras tormentas,

41. Descansar y orar en esta soledad.

LA VISIÓN DE LAS GENERACIONES..

42. Yo conozco el número de las Huestes Brillantes
43. Del místico Ouein,
44. Hijo del fuego, Voz de Sabiduría,
45. Conoce que Dios es uno.

46. Adora al Supremo Gobernante,
47. El Señor del Cinturón de Zafiro;
48. La montaña respondió:
49. Conoce que Dios es uno.
50. Y escuché las olas diciendo:

51. Como son las, hojas de los Árboles.
52. Así son las generaciones de los hombres;
53. La ciudad se desvanece y el desierto crece;
54. El desierto se barre a sí mismo en su tiempo,
55. Y los Bosques toman su lugar,

56. Y las planicies dan camino a las aguas,
57. Y las aguas se secan en su turno;
58. Así son las generaciones de los mortales;
59. Ellos viven, ellos mueren y dejan de ser.
60. Y yo vi cuatro edades:

61. La edad del aire, la edad del agua,
62. La edad del fuego, la edad de la tierra;
63. Estos pasaron ante mí.

REVELACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN.
(Comparar con 1 Enoc LXXXIII – LXXXIV).

64. Entonces habló la Serpiente con cabeza de León:
65. Mira, yo te revelo sabiduría;
66. Yo te he mostrado, poderes de los cielos;
67. Yo te he guiado al sendero de los dioses. Destrucción, no es sino el preludio para la renovación;
69. Muerte, no es sino el portal de la vida;
70. Aún la verdad también debe ser hecha nueva.

71. Mira, yo veo el cielo en un incendio de pureza,
72. Y veo la tierra absorbida en un abismo,
73. La esfera rodante inclinada;
74. El Momento de la Destrucción estaba a la mano;
75. Montañas suspendidas sobre montañas;

76. Cerros hundiéndose sobre cerros;
77. Altivos Árboles derribados precipitadamente,
78. Se hundieron dentro del abismo.
79. Mi voz vaciló,
80. Clamé y hablé:

81. ¡La tierra, es destruida!
82. Esto ha pasado como un meteoro en caída.
83. Entonces él me levantó:
84. ¿Por qué tú te lamentas, hijo de mi alma?
85. Yo hablé lo que he visto;

86. Yo revelé la visión.
87. Él dijo: Lo que tú has testificado sucederá;
88. La tuya es una visión de la Verdad;
89. La destrucción está a la mano;
90. La tierra se hundirá.

ORACIÓN.

91. Levántate todavía; ora al Señor,
92. Al Señor de los Espíritus para que él pueda perdonar,
93. Para que la raza de los mortales no muera,
94. Cuando el rayo descienda de los cielos.
95. Señor de todas las criaturas en los cielos;

96. Rey de Reyes; Dios del mundo.
97. Bendito eres tu, oh Señor, El Rey.
98. Grande y poderoso en tu majestad,
99. Tu reino, tu dominio, tus tronos de luz,
100. Permanecen por siempre,

101. Todos los cielos son tu asiento,
102. Y la tierra tu pedestal a través de todas las edades;
103. Porque tú los has hecho, y sobre todos tú reinas;
104. No hay hecho que este mas allá de tu poder;
105. Contigo está la Sabiduría sin cambios;

106. Ella permanece siempre cerca de tu trono, y en tu presencia.
107. Tú conoces todas las Cosas;
108. Tú ves y escuchas todas las Cosas;
109. No hay nada oculto de ti;
110. Porque tú percibes claramente.

111. Los espíritus de tus cielos han transgredido,
112. Y sobre la carne mortal tus juicios caerán,
113. Cuando el orden de cosas a través del Universo,
114. Haya envejecido, debilitado y decaído.

SEGUNDA RESTAURACIÓN Y LA PALABRA.

115. Tú hablaste; tu Palabra brota impetuosa.
116. He aquí ellas son, restauradas en nueva belleza,
117. Como un Árbol noble cuando el invierno ha pasado,
118. Repone la gloria de su fuerza,
119. Aún así perpetuamente renovada
120. Es esa poderosa palmera, el Universo.

121. Pero tú, oh Señor y Poderoso Rey,
122. Concede tú la plegaria que yo elevo,
123. Permite que sean dados Seguidores a tu Palabra sobre la tierra.
124. Y que no perezca toda la raza humana,
125. Para que la esfera del hombre, no quede solitaria,

126. Y que no prevalezca una destrucción permanente;
127. Si en verdad los hijos del mal perecerán,
128. Deja que venga una raza correcta y de justos,
129. Quienes establecerán su posteridad para siempre.
130. ¡Oh Señor! No escondas tu faz,

131. Como de un resplandeciente fuego cuando los vientos soplan,
132. Chispas y destellos ascienden perpetuamente;
133. Aún así de la luz central,
134. Sale luz eternamente.
135. Y Él dijo:

136. Hijo de mi alma mira en este Libro,
137. El cual los cielos han Destilado como si fuera en Rocío
138. Y leyendo lo que está escrito en el mismo,
139. Entiende tú, cada parte del mismo.
140. Entonces yo lo examiné,

141. Y comprendí las varias obras del hombre,
142. Y de todos los hijos de la carne sobre la tierra,
143. A través de sucesivas generaciones.
144. Y yo bendije al Señor, al Rey de Gloria,
145. El hacedor de la hechura del mundo;

146. Y glorifiqué al Señor a causa de su gran paciencia,
147. Y de sus bendiciones dadas a los hijos.
148. Yo me levanté, oré; lloré,
149. Salí, y miré en lo alto,
150. Y vi el Sol caminando en esplendor;

151. Las estrellas del crepúsculo fueron esparcidas.

IGUALDAD DE LOS HOMBRES.

152. Entonces me enteré de otra voz,
153. La voz del Cabeza de Plata,
154. El supremamente bello de las esferas,
155. Con los variados arco iris de los tronos;

156. Una espuma de luz arremolinada alrededor de la cabeza;
157. Un río de fuego fluyente debajo de los pies;
158. Fuera de la niebla, destello de relámpagos,
159. Oscuridad, remolinos y silencios.
160. El que pudiera pasar dentro del Circulo Celestial,

161. Quién pudiera cruzar el limite del fuego,
162. Como una Flecha de plata disparada a través de la niebla,
163. Como una nota de música desde el arpa.
164. Mira, yo te digo su pura – blanca esencia,
165. Si este tiene aún un dejo o una sombra de oscuridad,

166. Se hundirá y perecerá en esa corriente;
167. El peso de un cabello lo jalará hacia abajo.
168. El Rey, el esclavo, el mendigo del camino,
169. Son todos iguales sobre la orilla del río.
170. Dios da a cada hombre

171. Una recompensa equivalente a su obra.
172. El que reina en la tierra no es un soberano en los cielos;
173. El que ha mendigado, no mendiga en el espiritual;
174. Todos están en el mismo nivel.
175. Y a cada uno su galardón será presentado.

176. Un monarca buscó pasar,
177. Él fue lanzado al espacio infinito.
178. El mas bajo siervo del monarca vino,
179. Él pasó sobre alas de luz dentro de las esferas Angelicales.

CAPITULO IV.- LA LEY DE LAS LUMINARIAS.

SOBRE EL SOL.

1. Este es un registro de las revoluciones de las luces celestiales, de acuerdo a sus clases, poderes, períodos, nombres, los lugares de su nacimiento, y sus sucesivos meses; así me los reveló el Ángel brillante.
2. Esta será su orden durante todas las edades, hasta que un nuevo ciclo se levante, y esta es en verdad la primera ley de las Luminarias.
3. El Sol y luz llega a las Puertas del cielo, las que están en el brillante Este, y desde allí ellos viajan hacia las Puertas del cielo que descansan en la parte oeste.
4. Allí están las Puertas celestiales desde las que el Sol sale, y las Puertas celestiales en las que el León se establece; desde allí también el Blanco Postrero se levanta y se establece de nuevo; y los lideres de las Estrellas entre las huestes estelares.
5. Hay seis Puertas donde el Sol se levanta, y seis Puertas en el lugar donde él se establece, y todas respectivamente están en un mismo nivel, y hay muchas aberturas para esplendores sobre la derecha y sobre la izquierda.

6. Primero avanza el León Solar repleto con luminosas llamas ardientes; el circulo del cual es como el circulo mismo del cielo, y donde el asciende como en un carruaje, el viento sopla.
7. El Sol se establece en los cielos, y retorna por el norte, para proceder hacia el Este, entra por esa Puerta, y de allí ilumina la entera faz de los cielos, y así para el primer mes él sale de esa Puerta, y girando adelante él alcanza la cuarta Puerta; de estas seis, las cuales están en el levante del Sol; y en esta cuarta Puerta, a través de la cual el Sol y la Luna proceden, hay doce aberturas para Esplendores a través de los cuales se emiten llamas.
8. Y cuando el Sol se levanta en el cielo él va a través de esta cuarta Puerta por treinta días, y por la cuarta Puerta que está en la región Oeste del cielo, y paralelo con aquél ahora desciende; durante este periodo el día es alargado más que el día, y la noche reducida más que la noche por treinta días, entonces el día es más largo en dos partes que la noche; el día tiene diez partes y la noche ocho.
9. El Sol sale a través de esta cuarta Puerta y se establece en ella, y vuelve a la quinta Puerta durante treinta días; después de lo cual sale y se establece en la quinta Puerta; entonces el día llega a ser alargado por una segunda porción; ahora, en verdad, el día es como de once partes; la noche es acortada, y tiene solo siete partes.
10. Y ahora el Sol retornando hacia al Este entra en la sexta Puerta, levantándose y estableciéndose en ella treinta y un días. En ese período el día es más largo que la noche; esto es doce partes; esto es dos veces el tiempo de la noche; la noche se acorta en seis partes; de allí el día es acortado y la noche se hace larga.

11. De Nuevo el Sol retorna hacia el Este entrando en la sexta Puerta; allí se levanta y se establece por treinta días; cuando el período se completa el día es acortado; este es once partes mientras que la noche es siete.
12. Entonces el Sol marcha del Oeste desde la sexta Puerta, avanzando hacia el Este, este se levanta en la Puerta; allí permanece a través de treinta días, y se establece de nuevo hacia el Oeste en la quinta Puerta del Oeste. En ese período el día llega a ser más corto en dos partes; la noche es ocho partes; el día es diez partes, la noche es ocho partes.
13. Entonces el Sol avanza de la quinta Puerta, así como este se establece en la Puerta quinta del Oeste; y se levanta en la cuarta Puerta treinta y un días, estableciéndose en el Oeste a causa de sus señales; en ese período el día y la noche son iguales; la noche es nueve y el día es nueve partes.
14. Entonces el Sol va desde la Puerta en la que está establecido en el Oeste, retornando hacia el Este, procede la segunda puerta del Este; allí permanece treinta días, estableciéndose en le Oeste en la tercera Puerta. En ese período la noche es alargada más que el día, y el día es acortado por treinta días; la noche es igual a diez partes, pero el día consiste de sólo ocho partes.
15. El Sol ahora va desde la tercera Puerta, donde este se establece en el Oeste; retornando hacia el Este procede por la segunda Puerta del Este; allí pasa treinta días; estableciéndose en la segunda Puerta del Oeste de los cielos. Entonces la noche es igual a once partes; pero el día es sólo igual a siete.

16. Entonces el Sol va desde la segunda Puerta donde él está establecido; retorna al Este por la primera Puerta por treinta y un días; éste se establece en el Oeste en la primera Puerta; la noche es entonces doce partes y el día es seis.
17. Entonces el Sol, habiendo completado el circuito, retorna una Segunda Vez a través de su esfera en la primera puerta; éste entra a través de treinta días, y se establece en el Oeste en la parte opuesta de los cielos; en ese período la noche es de nuevo acortada, ésta consiste sino de once partes, mientras que el día es de siete; entonces el Sol entra en la segunda puerta del Este, levantándose y estableciéndose en su circuito por treinta días; entonces la noche es de nuevo hecha más corta; esta llega a ser diez partes, mientras que el día es de ocho partes.
18. Entonces el Sol va desde la segunda Puerta y se establece en el Oeste, se levanta en el Este en la tercera Puerta por treinta días; entonces la noche llega a ser acortada de nuevo; ésta no es sino nueve partes; el día es también nueve, y la noche y el día son iguales, y el año entero tiene trescientos sesenta y cuatro días.
19. Así el día es diariamente alargado y la noche acortada, durante la marcha del Sol atrás y adelante, y esta es la ley de Aquél Grande y Eterno León el cual Dios ha elegido para siempre. Y sus nombres son Ari-Arez, Sur, y Tamuz.

SOBRE LOS METEOROS.

20. Estas cosas Él me mostró,

21. Aquél Ángel del Señor de Esplendores;
22. La Institución del cielo en los cielos,
23. Y en los mundos que están debajo de los cielos.
24. Doce Puertas que se abren a los circuitos del Carruaje del Sol;
25. Y desde las cuales los rayos del Sol son emitidos;

26. De estos rayos el calor procede;
27. Doce Puertas también he visto en el cielo,
28. A través de las cuales el Sol, la Luna y las Estrellas,
29. Y todas las Luminarias del cielo vienen,
30. De acuerdo a sus tiempos de levantarse y establecerse.

31. Allí también he visto meteoros secretos,
32. Y la distribución de variados vientos,
33. Y los misterios de Rocíos y Nubes
34. Las cavernas del Granizo, las Nieves,
35. Las mansiones de las nubes,

36. La extraña nube, misma
37. Que llenó todo el espacio
38. Antes que el Universo destellara.

SOBRE LA LUNA.

39. El mecanismo de la Luna, y sus fases,
40. Su nacimiento siempre renovado

41. Desde la oscuridad a la luz cristal
42. Su inalterable procesión
43. Como ella va delante del Gigante Sol,
44. Nunca errando en su senda,
45. Brillando como una lámpara a los mortales.

46. En obediencia al Supremo Señor
47. Yo me entremezclé en sus misteriosas órbitas;
48. Los ciclos que ella completa por día y por noche;
49. Ella encamina al puro, un esplendor
50. Pero al inicuo da oscuridad;

51. Para estos, aún el Sol no brilla,
52. Su órbita no es sino una niebla de vapor.
53. ¿Cómo pueden aquellos, que están ciegos para Dios,
54. Percibir la Gloria de su Siervo?
55. Dios ha separado la Luz de la Oscuridad;

56. Una ardiente zona las divide;
57. Los espíritus que se deleitan en cada uno, permanecen en cada uno;
58. Ninguno puede pasar esa zona siempre ardiente
59. Y Él dijo: ¿conoces tú, oh Enoc, quién puede ser este Sol?
60. ¿Y quién esta Luna blanca brillante? El León brilla, pero el Blanco Postrero es todo amor.

61. Del Sol procede todo lo que es divino: amor y luz, y calor y belleza.
62. Estos fluyen en todos los lugares, en todas las naturalezas, en todas las esencias, en todas las fuentes de estrellas.
63. Con estos son llevados en Círculos de Llamas, los Líderes de las diez mil clases de estrellas.
64. Considerando estos, el hombre erra grandemente; ellos no conocen su verdadera naturaleza, ni llega a participar del brillo del Sol.
65. Benditos son aquellos quienes reciben de eso; quienes brillan y arden y son coronados.

66. Y Él dijo: ¿Has tú escuchado de los caminos a través de los cuales El Espléndido sale?. Busca, medita, retírate al Desierto; en las Montañas con cavernas, recluye tu alma.

(Continuará…)

Fuente: librosapocrifos.blogspot.com

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