jueves, 4 de junio de 2015

Tercer libro de Enoc. Parte 1

Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.

These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.

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Segundo libro de Enoc. Parte 2.

Segundo libro de Enoc. Parte 1.


CAPITULO I.- CONVERSIÓN DE ENOC.

En el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Gracioso, lento para castigar y de gran Compasión y Santidad. Este libro es de Enoc el profeta. La bendición de Dios esté con aquél hombre que lo ama por siempre y siempre. Amén.

EN EL TEMPLO.

1. Irad, el hijo de Maha-Gar, construyó él mismo un palacio, con bellos jardines, y un templo también. Y levantó éste sobre mil columnas, cada una de trescientos codos de alto. El toro salvaje custodiaba sus puertas.
2. Y en el centro, Irad levantó una imagen dorada; el rostro de un hombre, el cuello de un león, el cuerpo de un toro, alas de águila. E Irad dio mandato a través de todo el país, que todos deberían venir y adorar la Imagen, la semejanza de su Dios.
3. Y Los Vigilantes de la Noche vinieron con sus esposas y con sus hijos y sus esclavos también; y rindieron homenaje al ídolo; y ellos olvidaron al primero. Y multitudes acudieron juntas del Este y Oeste; y los habitantes de las cuevas; quienes vivían de peces y reptiles, y bebían sangre, y se alimentaban de médula de leones; y los comedores de serpientes y aquellos que vivían de tallos y langostas y de carne cruda.
4. Y aquellos que dormían en árboles y en balsas y cazaban animales y destruían aves; y aquellos que vivían de avestruces y leche de perros, y tortugas y de la carne aún de hombres; todos se reunieron en el Templo del Rey, y se inclinaron ante la Imagen del Dios de su Soberano.
5. ¡Bendice mi cantar, oh sol!

6. Tú, poderosa estrella de los siete cielos;
7. Quien balancea las esferas de la tierra.
8. A través de la inmensidad del espacio sin fin.
9. ¡Oh resplandeciente!
10.Oh El universalmente Brillante;

11. Quien gobierna las sendas de luz;
12. A quien los mortales miran con gozo.
13. Oh Gloria universal;
14. Tú, Justo, tú, Gracioso, tú, Supremo Padre;
15. Que mi inspirada alma pueda alabarte;

16. Que la música de mis pensamientos pueda cantar tu esplendor.
17. Tú eres la Soberana luz;
18. Cuya gloriosa imagen brilla siempre sobre mí.
19. A ti, héroes oran;
20. Sus oraciones no se elevan en vano.

21. El Este está gozoso con tu surgiente gloria;
22. Bello es tu esplendor a mediodía
23. Y cuando tú te pones en el resplandeciente Oeste,
24. Todavía te consideraremos con amor y alabanza.
25. Y era de noche; y sucedió que yo Enoc, estaba solo en el Templo, y contemplaba la imagen. Y una tempestad se levantó; truenos y olas de relámpagos y el gemido de vientos; y la cúpula del Templo se rajó; y el remolino y las lluvias se precipitaron.

26. ¡Y he aquí! Un rayo. Y cayó arrollador como un Dios; y tomando la imagen la hirió de la cabeza hasta los pies, y la despedazó en fragmentos; su corona de joyas fue quebrada; su cetro se arruinó; yace como embuste un ennegrecido cadáver; éste fue despedazado, y la lluvia rugió, y embistió sus restos.
27. Y cuando vi la Imagen despedazada en tierra, dije, ¿Es esto el Dios que nosotros adoramos? ¿Un Dios, el esclavo del azar y de los elementos? No puede prever la tormenta; no puede evitar el golpe de la destrucción; está desamparado en su propia casa; yace a merced de los Mensajeros del Aire.
28. ¿Pero yo, adónde me encaminaré, y por qué debería rendir mi alma y espíritu a lo que no es?
29. Tú que estás en el fuego
30. Enséñame los misterios;

31. Lléname con divina inspiración,
32. Báñame en el río de luz.
33. ¡Anciano de Días!
34. Vísteme con la serena Luna de Sabiduría;
35. Ilumina mi alma, ese profundo océano,

36. Hasta que en sus más oscuras profundidades palpe tu esplendor.
37. Yo estoy solo, y siempre solitario;
38. Me siento un errante, unidad desamparada;
39. Muerte sobre este costado; muerte sobre el otro lado;
40. La nube de desolación siempre presente.

41. En vano me elevo hasta el anciano;
42. En mi oración lo he buscado por siempre;
43. Pero ninguna respuesta él me ha dado.
44. Ni una vez ha hablado.
45. Visiones entran en mi alma

46. Pero yo busco la visión del Supremo;
47. ¿Cuándo decidirás dármela, oh Padre?
48. ¿Cuándo te veré en el Templo?
49. Entonces moriré con completa satisfacción;
50. Cuando yo sepa que tu me has escuchado;

51. Cuando los sonidos del arpa eterna
52. Hayan bañado mi alma en lágrimas.
53. Luces, destellos y sueños;
54. Y Palabras desde el cielo estrellado;
55. Y visiones sobre el ojo velado;

56. Y la presencia de etéreas esencias
57. Luces ardientes, destellos de llamas;
58. Un ondeante mar de estrellas;
59. Un rapto-magnético,
60. Un despertar de alma y espíritu.

61. Y partí del lugar, y pasé sobre el río. No me incliné más a la piedra que estaba sobre sus orillas. Las estrellas brillaron a través de la oscuridad; pero no besé más mi mano hacia ellos (en reverencia). Elevé mi espíritu al uno.
62. Busqué consejo y fuerza de él.
63. Escucha oh cielo, y dad oído, oh tierra,
64. Todos vosotros hijos de belleza, oíd:
65. Mejor es ser abandonado de todos los hombres,

66. Que ser hecho su rey por juntarse en sus vicios.
67. Sólo a Dios sea la gloria.
68. La noche partió; la oscuridad es esparcida;
69. La Mañana devuelve la luz;
70. Reverencia sea hacia el Supremo;

71. No dejes que ninguno comparta la alabanza con él.
72. Oh dios, déjanos darte gracias a ti,
73. En la noche y en la mañana,
74. Bajo las estrellas y bajo el sol,
75. Por todos tus beneficios a los mortales.

CON LA VIRGEN.

76. Y vi una virgen más hermosa que el sol; ella habló, y me sonrió; y ella dijo, ven porque así eres mandado; y ella me condujo a un desierto; ningún Árbol había en ese solitario lugar.
77. Y cuando fue de noche, la Virgen extendió un manto, hizo de él una tienda, entró y tendió su plumón, y me llamó; ella era como un arco iris. Pero no presté atención; me tendí sobre la arena; las estrellas brillaron sobre mí.
78. Entonces otra vez ella me llamó, diciendo: tu estás débil con hambre ¿no deseas tener comida? Y yo respondí, sí; y me mostró un cordero perdido; y me dijo, levántate, mata y come; pero respondí, no, prefiero antes morir de hambre; este cordero no me pertenece; su propietario lo ha perdido, y tal vez ahora lo este buscando, ¿porque debería yo robar? Mejor que esto es morir; y las estrellas brillaron sobre mí. Pero sobre su tienda vi brillar el arco iris.
79. Y cuando fue de mañana ella se levantó, y siguió su camino; sonrió; yo seguí. Yo estaba débil; no obstante no murmuré; vagamos sobre un desierto. Y cuando fue de tarde ¡una botella de agua!; y la virgen dijo: toma, bebe. Pero dije no; algún viajero la ha dejado caer; tal vez él pueda volver y morir si no la encuentra.
80. Y cuando fue noche ella sacó su manto, e hizo de él una tienda; entró en ella y tendió su plumón, me llamó, pero yo no presté atención; no miré hacia ella; me tendí sobre la arena hasta el despuntar del alba.

81. Y vi una fuente de agua pura, fría como la luz de la Luna, y un Árbol de dátiles lleno de fruto; y llamé a la virgen dentro de la tienda, pero ella no me respondió. Las desvanecidas estrellas solitarias parecían hablarme.
82. Y yo dije: ¿Oh hija, no tienes Palabra para mi? ¿Y quién eres tú, envuelta en misterio? Dos días hemos nosotros viajado en este desierto; y tu no has quebrado en ningún momento tu ayuno; no obstante todavía tu floreces como la rosa, y tu brillo es como la Luna en su día quince; y ahora cuando Dios ha ofrecido comida, ¡tu no deseas tomar del mismo!
83. Entonces la virgen me dijo: ¡Enoc! Yo soy el espíritu de tu espíritu; yo te he visto y probado y comprobado; ahora yo parto. Y ella me dejó, y quedé solo, solitario y cansado en las montañas; y las estrellas me hablaron, y luz entró en mi corazón y me pareció pasar sobre las aguas de un gran mar y estaba en un sueño.
84. ¡Oh tú Hermoso! Ven sobre los vientos.
85. Deslízate sobre las aguas, sumérgete en mi alma;

86. Deja libre el sol de brillante rostro.
87. Resplandece en brillo sobre mí.
88. ¿Qué soy yo? ¿Qué soy yo?
89. El Pecado es semejante a una mortaja alrededor de mí;
90. Un hombre entre hombres inicuos.

91. Con pensamientos de inicuos; inicuo en mi naturaleza.
92. ¿Puedo ir yo a los hijos de la tierra, y decirles síganme?
93. Su rostro de rayo del sol relumbró.
94. Aún así esto es ordenado.

CAPITULO II.- LAS CINCO VISIONES O ETAPAS.

EN LA GRAN CIUDAD.
1. Había un velo que se levantó de mi cabeza;
2. Mi espíritu vio el pasado y las revoluciones del pasado;
3. Una ciudad espléndida con oro y mármol;
4. Con majestuosas torres, palacios y templos.
5. Y yo dije a quien guardaba las Puertas:

6. ¡Amigo! ¿Cuánto tiempo ha estado de pie esta noble ciudad?
7. Y él dijo: Esta ciudad siempre ha estado de pie;
8. Sus años son sin número, y estará por siempre.
9. Entonces una nube pasó sobre mí, y yo seguí adelante;

EN EL DESIERTO.

10. Y cuando unos mil años pasaron

11. Yo volví por ese camino y busqué la ciudad,
12. Pero no encontré ningún resto de su poderoso esplendor.
13. Yo vi solo un desierto.
14. No había hierba, ni fuente alguna,
15. Polvo seco y quemado y arena.

16. Vi un vagabundo, y le dije:
17. ¡Oh amigo! ¿Dónde esta noble ciudad?
18. Él respondió diciendo: este desierto
19. Ha estado por siempre y estará por siempre;
20. No hay ninguna ciudad, ni la ha habido;

21. Sino que todo es desierto como tú has visto.
22. Entonces pasó una nube sobre mí y seguí adelante.

EN EL BOSQUE.

23. Y cuando unos mil años pasaron
24. Volví por ese camino y busqué el desierto.
25. Pero el desierto no estaba más;

26. Una vasta foresta de Árboles,
27. Cubría todas las planicies y montañas,
28. Y allí había hombres derribando Árboles;
29. Y allí había cazadores persiguiendo su caza.
30. Uno reclinado debajo de un poderoso Árbol;

31. Yo le dije: Mi amigo, respóndeme,
32. ¿Cuánto tiempo ha ocupado este majestuoso Bosque
33. El lugar del ausente desierto?
34. Él dijo: este bosque ha estado aquí por siempre,
35. Si, aún desde el nacimiento del tiempo;

36. Y hasta el fin florecerá en verdor;
37. No hay ningún desierto, ni lo ha habido jamás;
38. Este es el Bosque primitivo.
39. Entonces pasó una nube sobre mí y seguí adelante.

EN LAS PLANICIES Y LOS PASTORES.

40. Y cuando unos mil años pasaron,

41. Volví por ese camino y busqué el bosque,
42. Pero vi tiendas y agradables planicies,
43. Y pastores con sus rebaños y manadas,
44. Y niños jugando entre las flores;
45. Y yo le dije a uno, Blanco 6 de años;

46. ¡Oh venerable padre de muchos!
47. ¿Cuánto tiempo han producido frutos estos campos,
48. Floreciendo dulcemente para hombres y ganado?
49. Él me respondió, diciendo: Ellos han producido fruto
50. Desde el primer momento del mundo.

51. Yo le hable del Bosque, pero él no presto atención.
52. Él dijo: No hubo ningún bosque aquí;
53. Estas planicies siempre han producido abundante
54. Alimento para las tribus de pastores.
55. Entonces pasó una nube sobre mí y seguí adelante.

EN EL OCÉANO.

56. Y cuando unos mil años pasaron,
57. Yo volví por ese camino y busqué las tiendas,
58. Allí no había tiendas, ni algún vestigio de vida,
59. Pero en su lugar vi un Océano
60. Ondulando con grandes oleadas;

61. Y sobre el Océano había un bote,
62. Y un hombre solitario estaba en el bote.
63. Yo le dije: ¿Dónde están las tiendas,
64. Los campos verdes y las agradables tribus de pastores?

65. Él dijo: Tu has soñado, allí no hay campos,
66. Ni nunca lo hubo en este Océano,
67. Si no que desde el principio han ondeado las olas,
68. Sobre las profundidades sin fin de abajo.
69. Ellas han rodado por siempre
70. Inalteradas y poderosas como ahora son.

(Continuará…)

Fuente: librosapocrifos.blogspot.com

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