martes, 27 de octubre de 2015

El evangelio de Judas

Estos son libros y testimonios antiguos que muchas religiones cristianas no quieren que conozcas pero te los presentamos para que tú mismo elabores tus conclusiones.

These are books and old testimonies that many Christian religions don't want you to know but we present them to you so that yourself elaborates your conclusions.

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El evangelio de Judas

INTRODUCCIÓN: ÍNCIPIT.

Crónica secreta de la revelación hecha por Jesús en conversación con Judas Iscariote durante una semana tres días antes de celebrar la Pascua.

LA MISIÓN TERRENAL DE JESÚS.

Cuando Jesús bajó a la Tierra, hizo milagros y grandes portentos para la salvación de la Humanidad. Y como algunos [iban] por el camino de la rectitud mientras otros se daban a las transgresiones, fueron convocados los doce discípulos.
Él comenzó a hablar con ellos de los misterios ultraterrenos y de lo que ha de suceder al final. Muchas veces no se presentaba a sus discípulos en su propia figura, sino que aparecía entre ellos como un niño.

ESCENA 1: DIÁLOGO DE JESÚS CON SUS DISCÍPULOS. LA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO O EUCARISTÍA.

Un día Él estaba con sus discípulos en Judea, y los encontró reunidos y sentados en actitud devota. Cuando Él [se acercó a] sus discípulos, reunidos y sentados ofreciendo una oración de agradecimiento ante el pan, [Él] rió. Los discípulos [le] dijeron: “Maestro, ¿por qué te ríes de [nuestra] oración de agradecimiento? Hacemos lo correcto”.
Él respondió diciéndoles: “No me río de vosotros. [Vosotros] no hacéis esto por vuestra voluntad, sino porque ésta es la forma en que vuestro dios [debe ser] alabado”.
Ellos dijeron: “Maestro, tú eres [...] el hijo de nuestro dios”.
Jesús les respondió: “¿Cómo me conocéis? En verdad, [yo] os digo que ningún descendiente de los que están entre vosotros me conocerá”.

DISGUSTO DE LOS DISCÍPULOS.

Cuando los discípulos oyeron esto fueron presa del disgusto y la furia y en su interior comenzaron a blasfemar contra Él.
Cuando Jesús vio que no [entendían, se dirigió] a ellos: “¿Por qué os alteráis hasta la ira? Vuestro dios, que está en vuestro interior [...] ha hecho crecer la ira [en] vuestras almas. [Que] alguno de vosotros que sea [lo bastante fuerte] entre los seres humanos deje manifestarse al humano perfecto y se presente ante mí ”.
Todos ellos dijeron: “Tenemos la fuerza”.
Pero sus espíritus no tuvieron valor para estar frente [a Él], excepto el de Judas Iscariote. Él fue capaz de aguantar frente a Jesús pero no de sostenerle la mirada, y volvió el rostro.
Judas le [dijo]: “Sé quién eres y de dónde vienes. Tú perteneces al reino inmortal de Barbelo. Y yo no soy digno de pronunciar el nombre de quien te ha enviado”.

JESÚS HABLA EN PRIVADO CON JUDAS.

Sabiendo que Judas reflexionaba sobre algo elevado, Jesús le dijo: “Manténte alejado de los otros y te explicaré los misterios del reino”.
Puedes alcanzarlo, pero a costa de gran sufrimiento. Porque algún otro te reemplazará, para que los doce [discípulos] puedan volver a cumplir con su dios”.
Judas le dijo: “¿Cuándo me explicarás estas cosas, y [cuándo] llegará el gran día de la luz para la estirpe?”. Pero cuando dijo eso, Jesús se fue de su lado.

ESCENA 2: JESÚS VUELVE A APARECERSE A SUS DISCÍPULOS.

A la mañana siguiente a suceder esto Jesús [apareció] otra vez ante sus discípulos.
Ellos le dijeron: “Maestro, ¿adónde fuiste y qué hiciste cuando nos dejaste?”.
Jesús les dijo: “Fui con otra estirpe grande y santa”.
Sus discípulos le dijeron: “Señor, ¿cuál es esa gran estirpe, que es superior a nosotros y más santa que nosotros, que no está ahora en este reino?”.
Cuando Jesús oyó esto rió y les dijo: “¿Por qué en vuestro interior pensáis en la estirpe fuerte y santa? En verdad [yo] os digo que nadie nacido [de] este eón verá esa [estirpe], y ninguna hueste de ángeles de las estrellas gobernará esa estirpe, y nadie nacido mortal puede unirse a ella, porque aquella estirpe no viene de [...] que se ha convertido en [...]. La estirpe de las personas que están entre [vosotros] es de la estirpe de la Humanidad [...] poder, que [... el] otros poderes [...] por [los cuales] vosotros gobernáis”.
Cuando [sus] discípulos oyeron esto, cada uno de ellos quedó consternado en su interior. No pudieron articular palabra.
Otro día Jesús fue hasta [ellos]. Ellos [le] dijeron: “Maestro: te hemos visto en una [visión], porque tenemos grandes [sueños...] noche [...]”.
[Él dijo]: “¿Por qué habéis [vosotros ... cuando] vosotros habéis ido a esconderos?”.

LOS DISCÍPULOS VEN EL TEMPLO Y DEBATEN ACERCA DE ÉL.

Ellos [dijeron: “Hemos visto] una gran [casa con un gran] altar [en ella, y] doce hombres —son los sacerdotes, creemos— y un nombre; y una muchedumbre espera frente a ese altar, [hasta] los sacerdotes [... y recibir] las ofrendas. [Pero] nosotros seguimos esperando”.
[Jesús dijo] “¿Cómo son [los sacerdotes]?”.
Ellos [dijeron: “Algunos...] dos semanas; [algunos] sacrifican a sus propios niños, otros a sus esposas, entre alabanzas [y] reverencias mutuas; algunos yacen con hombres; otros toman parte en [matanzas]; algunos cometen innúmeros pecados y actos contra las leyes. Y los hombres que hay en pie [delante del] altar invocan tu [nombre], y en todos sus actos de su imperfección los sacrificios son consumados [...]”.
Después de decir esto guardaron silencio, porque estaban preocupados.

JESÚS DA UNA INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA DE LA VISIÓN DEL TEMPLO.

Jesús les dijo: “¿Por qué os atribuláis? En verdad os digo que todos los sacerdotes que están frente al altar invocan mi nombre. Os lo vuelvo a decir: mi nombre ha sido escrito en este [...] de las generaciones de estrellas a través de las generaciones de hombres. [Y ellos] han plantado árboles sin fruto en mi nombre, de manera vergonzosa”.
Jesús les dijo: “Aquellos a quienes habéis visto recibiendo las ofrendas en el altar, ésos sois vosotros. Ése es el dios a quien servís, y vosotros sois esos doce hombres que habéis visto. El ganado que habéis visto que llevaban al sacrificio son todas las personas a las que vosotros descarriasteis frente a aquel altar. [...] resistirá y se servirá de mi nombre de esta manera, y generaciones de gentes piadosas se mantendrán leales a él.
Después de él habrá allí otro hombre que será de [los fornicadores], y otro ha [brá] de los infanticidas, y de los que yacen con otros hombres, y de los que se abstienen, y el resto de las gentes entregadas a la corrupción, la ilegalidad y el error, y aquellos que dicen: ‘Somos como ángeles’; ellos son las estrellas que provocan la extinción de todas las cosas. Porque durante generaciones los hombres han dicho: ‘Mira, Dios ha recibido vuestro sacrificio de las manos de un sacerdote ’; es decir, de un ministro del error. Pero es el Señor, el Señor del universo, quien gobierna; ‘En el último día ellos serán humillados’”.
Jesús [les] dijo: “Dejad de sac[rificar ...] que habéis [...] sobre el altar, porque ellos están por encima de vuestras estrellas y vuestros ángeles y allí ya ha llegado su fin. Dejad pues que sean [atrapados] ante vosotros, y permitidles marchar [—faltan cerca de 15 líneas—] generaciones [...].
Un panadero no puede alimentar a todas las criaturas bajo [cielo]. Y [...] a ellos [...] a nosotros y [...]. Jesús les dijo: “Dejad de luchar contra mí. Cada uno de vosotros tiene su propia estrella, y toda [persona —faltan cerca de 17 líneas —] en [...] que ha venido [... primavera] por el árbol [...] de este eón [...] durante algún tiempo [...] pero él ha venido a regar el paraíso de Dios, y la [estirpe] que perdurará, porque [él] no manchará la [posición del esa estirpe, pero [ ...] para la eternidad”.

JUDAS HACE PREGUNTAS A JESÚS ACERCA DE AQUELLA ESTIRPE Y DE LAS ESTIRPES HUMANAS.

Judas [le] dijo: “[Rab]í, ¿qué clase de fruto da aquella estirpe?”.
Jesús dijo: “Las almas de todas las estirpes humanas morirán. Pero cuando aquellas personas han consumido su tiempo en este reino y el espíritu las abandona, sus cuerpos mueren pero sus almas viven y son asumidas”.
Judas dijo: “Es imposible sembrar semillas en [roca] y recoger sus frutos.
[Este] es también el camino [...] la estirpe [corrupta...] y Sofía corruptible [...] la mano que ha creado gente mortal, así que sus almas ascienden a los eternos reinos celestiales. [En verdad] os digo: [...] ángel [ ] poder será capaz de ver aquel [...] éste a los que [...] estirpes santas [...]”. Después de decir esto, Jesús se marchó.

ESCENA 3: JUDAS NARRA UNA VISIÓN Y JESÚS LE CONTESTA.

Judas dijo: “Maestro, igual que has escuchado a todos los demás, escúchame ahora también a mí. Porque he tenido una gran visión”.
Cuando Jesús oyó esto, rió y le dijo: “Tú, decimotercer espíritu, ¿por qué te esfuerzas tanto? Pero habla, que tendré paciencia contigo”.
Judas le dijo: “En la visión me vi a mí mismo, y a los doce discípulos lapidándome y acosándo[me terriblemente]. Y también llegué al lugar donde […] después de ti. Vi [una casa...], y mis ojos no podían [abarcar] su tamaño. Mucha gente la rodeaba, y aquella casa tenía el tejado de hojas verdes, y en medio de la casa había [una multitud —faltan dos líneas—] que decía: ‘Maestro, acógeme con estas gentes’”.
[Jesús] respondió y dijo: “Judas, tu estrella te ha llevado por el mal camino”. Y continuó: “No hay persona nacida humana que merezca entrar en la casa que has visto, porque ese lugar está reservado para los sagrados. Ni el Sol ni la Luna rigen allí, ni el día, pero los santos morarán allí para siempre, en el reino eterno con los sagrados ángeles. Mira, te he explicado los misterios del reino y te he enseñado el error de las estrellas; y [...] enviarlo [...] sobre los doce eones”.

JUDAS PREGUNTA POR SU DESTINO.

Judas dijo: “Maestro, ¿es posible que mi semilla esté bajo el control de los señores?”.
Jesús respondió y le dijo: “Ven, que yo [—faltan dos líneas—], pero que sufrirás gran aflicción cuando veas el reino y toda su estirpe”.
Cuando Judas oyó esto, le dijo: “¿De qué me sirve haberlo recibido? Porque me has destinado a aquella estirpe”.
Jesús respondió y le dijo: “Te convertirás en el decimotercero, y serás maldecido por las otras estirpes, y llegarás a prevalecer sobre ellas.
En los últimos días maldecirán tu ascenso a la [estirpe] santa”.

JESÚS ENSEÑA COSMOGONÍA A JUDAS: EL ESPÍRITU Y EL AUTOGENERADO.

Jesús dijo: “[Ven], que puedo enseñarte [secretos] que nadie [ha] visto. Porque existe un reino grandioso e ilimitado, cuya extensión no ha sido vista por generación alguna de ángeles, [en el cual] hay [un] grandioso e invisible [Espíritu], nunca visto por los ojos de ángel alguno, nunca abarcado por la percepción del corazón, y nunca llamado con nombre alguno.
“Y una nube de luz apareció. Él dijo: ‘Sea creado un ángel y sírvame de ayudante’.
“Un gran ángel, el divino y luminoso Autogenerado, salió de la nube. Por su designio, otros cuatro ángeles fueron creados en otra nube, y fueron los ayudantes del angélico Autogenerado.
El Autogenerado dijo: ‘Que [...] sea [...]’, y fue creado [...]. Y él [creó] la primera luminaria para reinar sobre ella. Dijo: ‘Haya ángeles para servir[la]’, 'y fueron creados en cantidades innumerables. Dijo: ‘[Sea] creado un eón luminoso’, y fue creado. Creó la segunda luminaria [para] reinar sobre ella, junto con cantidades innumerables de ángeles para que prestaran sus servicios. Así es como él creó al resto de los eones iluminados. Hizo que reinaran sobre ellos y creó para ellos una cantidad incontable de ángeles para que les prestaran ayuda.”

ADAMAS Y LAS LUMINARIAS.

“Adamas estaba en la primera nube luminosa que ningún ángel había visto entre todos los llamados ‘Dios’. Él […] que [...] la imagen [...] y a semejanza de [este] ángel. Él hizo aparecer la [generación] incorruptible de Set [...] los doce [...] los veinticuatro [...]. Hizo aparecer setenta y dos luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del Espíritu. Las setenta y dos luminarias hicieron aparecer trescientas sesenta luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del Espíritu de que su número fuera de cinco por cada una.
Los doce eones de las doce luminarias constituyen su padre, con seis cielos por cada eón, de manera que hay setenta y dos cielos para las setenta y dos luminarias, y por cada [de ellos cinco] firmamentos, [para un total de] trescientos sesenta [firmamentos ...]. Se les dio autoridad y una [gran] hueste de [innumerables] ángeles, para gloria y adoración, [y tras eso también] espíritus vírgenes, para gloria y [adoración] de todos los eones y los cielos y sus firmamentos.

EL COSMOS, EL CAOS Y EL MUNDO INFERIOR.

“Esa multitud de inmortales es llamada cosmos —es decir, perdición- por el Padre y las setenta y dos luminarias que acompañan al Autogenerado y sus setenta y dos eones.
En él apareció el primer humano con sus poderes incorruptibles. Y el eón que apareció con su generación, el eón en quien están la nube de conocimiento y el ángel, se llama El. […] eón […] después de eso […] dijo: ‘Sean creados doce ángeles [para] reinar sobre el caos y el [mundo inferior]’. Y he aquí que de la nube apareció un ángel en cuyo rostro resplandecían llamaradas y cuyo semblante estaba manchado de sangre. Su nombre era Nebro, que quiere decir “rebelde”; otros lo llaman Yaldabaot. Otro ángel, Saclas, vino también de la nube. Creó entonces Nebro seis ángeles —y también Saclas— como ayudantes, y éstos crearon doce ángeles en los cielos, y cada uno de ellos recibió una parte en los cielos.”

LOS SEÑORES Y LOS ÁNGELES.

“Los doce señores hablaron con los doce ángeles: ‘Que cada uno de vosotros [...] y que ellos […] estirpe [—falta una línea—] ángeles’:
El primero es [S]et, que es llamado Cristo.
El [segundo] es Harmatot, que es [...].
El [tercero] es Galila.
El cuarto es Yobel.
El quinto [es] Adonaios.
Éstos son los cinco que gobernaron el mundo inferior, y antes de nada el caos.”

LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD.

“Entonces Saclas dijo a sus ángeles: ‘Creemos un ser humano a imagen y semejanza’. Dieron forma a Adán y a su mujer Eva, que en la nube se llama Zoe. Porque todas las generaciones buscan al hombre con este nombre, y todas llaman a la mujer con estos nombres. Ahora, Saclas no or[denó ...] excepto [...] las gene[raciones] este [...].
Y el [señor] dijo a Adán: ‘Vivirás mucho tiempo, con tu descendencia’.”

JUDAS PREGUNTA POR EL DESTINO DE ADÁN Y DE LA HUMANIDAD.

Dijo Judas a Jesús: “¿[Cuánto] tiempo puede vivir el ser humano?”.
Jesús dijo: “¿Por qué te sorprendes de eso, de que Adán, con su descendencia, viviera toda su vida en el lugar que se le dio como reino, en larga vida con su señor?”.
Dijo Judas a Jesús: “¿Muere el espíritu humano?”.
Dijo Jesús: “Por eso es por lo que Dios ordenó a Miguel entregar a los hombres sus espíritus en préstamo, de manera que pudieran rendir culto, pero el gran Uno ordenó a Gabriel dar a la gran estirpe espíritus que no estuvieran sujetos a señor alguno, es decir: el espíritu y el alma. En consecuencia, el [resto] de las almas [—falta una línea—]”.

JESÚS HABLA DE LA ANIQUILACIÓN DE LOS IMPÍOS CON JUDAS Y OTROS.

“[...] luz [—faltan casi dos líneas—] alrededor [...] sea [...] espíritu [que está] en vosotros habita esta [carne] entre las generaciones de ángeles. Pero Dios hizo que el conocimiento fuera [otorgado] a Adán y a los que con él estaban, de manera que los señores del caos y del mundo inferior no pudieran ejercer su poder sobre ellos.”
Judas dijo a Jesús: “Entonces, ¿qué harán esas estirpes?”.
Jesús dijo: “En verdad os digo que para todos ellos las estrellas traerán el fin. Cuando Saclas consuma el tiempo que le fue asignado, la primera estrella de las estirpes se manifestará con ellas y ellas terminarán aquello que habían dicho que harían. Entonces fornicarán en mi nombre y matarán a sus niños y luego […] y [—faltan seis líneas y media aproximadamente—] mi nombre, y él luego [...] tu estrella sobre el decimo[tercer] eón".
Después, Jesús [rió].
[Judas dijo]: “Maestro, [¿por qué te ríes de nosotros?]”.
[Jesús] respondió [y dijo]: “No me río [de vosotros] sino del error de las estrellas, porque esas seis estrellas vagan con esos cinco combatientes y todos ellos serán destruidos junto con sus criaturas”.

JESÚS HABLA DE LOS QUE ESTÁN BAUTIZADOS Y DE LA TRAICIÓN DE JUDAS.

Judas dijo a Jesús: “Mira, ¿qué harán los que han sido bautizados en tu nombre?”.
Jesús dijo: "En verdad [os] digo: este bautismo [56] [...] mi nombre [—faltan aproximadamente nueve líneas—] a mí. En verdad [yo] te digo, Judas, que [aquellos que] ofrecen sacrificios a Saclas [...] Dios [—faltan tres líneas—] todo lo que es malo.
Pero tú los superarás a todos ellos, porque tú sacrificarás el cuerpo en el que vivo.
Tu trompeta ya se ha alzado,
tu cólera se ha encendido,
tu estrella ha mostrado su fulgor,
y tu corazón se ha [...].
"En verdad […] tu último [...] se vuelve [—faltan dos líneas y media aproximadamente—], ya que será destruido. Y entonces la imagen de la gran estirpe de Adán será enaltecida, porque antes que el cielo, la Tierra y los ángeles, esa estirpe, que viene del reino eterno, ya existía. Mira, ya se te ha dicho todo. Levanta tus ojos y mira la nube y la luz que hay en ella, y las estrellas que la rodean. La estrella que marca el camino es tu estrella.”
Judas alzó sus ojos y vio la nube luminosa, y entró en ella. Los que estaban en tierra oyeron una voz que venía de la nube y decía: [...] gran estirpe […] imagen [...] [—faltan cinco líneas aproximadamente—].

CONCLUSIÓN: JUDAS TRAICIONA A JESÚS.

[...] Sus altos sacerdotes murmuraban porque [Él] se había ido a la habitación de invitados para su plegaria. Pero algunos escribas estaban allí vigilando atentamente para poder prenderlo durante la oración, pues estaban preocupados por la gente porque todos lo veían como a un profeta.
Se acercaron a Judas y le dijeron: “¿Qué haces aquí? Tú eres un discípulo de Jesús”.
Judas les respondió como ellos querían. Y él recibió algún dinero y les entregó a su maestro.

Fuente: BBC.

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