Las preguntas e increíbles mutaciones del hombre del mañana.
Fuente: Revista “Conozca Más”.
Biólogos y genetistas estudian y discuten sobre los cambios que el ser humano sufrirá en los próximos milenios. Las hipótesis son muchas, las respuestas también.
Hoy ya estamos en condiciones de vislumbrar cómo será el mundo en el que viviremos mañana. Sin embargo, todavía existe un interrogante que enciende los debates más encarnizados entre los científicos futuristas: ¿cómo evolucionará el ser humano? Algunos investigadores, como el genetista francés Albert Jacquard, sostienen que la especie humana no sufrirá grandes cambios salvo algunas pequeñas mutaciones.
Quienes se contraponen a esta idea analizan lo que ocurrió con nuestros antecesores. André Langaney, en la época que fue director del Museo del Hombre de París, recuerda que “dentro de la historia de la Tierra, hay catástrofes que transformaron las formas de vida. Todavía es posible que un meteorito o una erupción volcánica destruya el equilibrio ecológico reinante para instalar otro”. Así el hombre deberá inevitablemente sufrir transformaciones. Los cambios de los que hablan los científicos saltan a simple vista si, por ejemplo, se tiene en cuenta que nuestra talla aumenta de generación en generación en un promedio de dos centímetros. Esto se debe en parte a que ahora nuestra alimentación es más rica. Por otro lado, las personas que viven en las grandes ciudades están continuamente expuestas a luces artificiales y ruidos que estimulan el trabajo de la glándula hipófisis y provocan una mayor producción de una de las hormonas del crecimiento.
El descubrimiento de nuevos medicamentos prolongaría nuestra existencia más allá de los cien años. Claro que, según los científicos, por entonces ya nada será igual. La figura se alargará, el cráneo se ensanchará y los órganos funcionarán correctamente y podrán ser reemplazados. Louis Thaler, investigador del Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier, afirma que “la pelvis de las mujeres será más estrecha “, porque al ensancharse la cavidad craneana los nacimientos por parto natural serán muy difíciles y prosperarán las cesáreas, lo que anulará parte de la función de la cintura ósea. Asimismo, los cuidados actuales de la dentadura aseguran la herencia de una boca más sana y sin las molestas muelas de juicio. Esto ayudará a que se acorte nuestra mandíbula. Thaler dice que “este mismo principio se puede aplicar para la miopía. Cada vez hay —y habrá— más miopes. Esto ocurrirá porque hoy un miope vive y procrea mientras que en la prehistoria un cazador miope era un hombre muerto”.
Según los investigadores, el Homo Sapiens del mañana (aunque no “tan mañana mismo” – acotación de Quásar) será genéticamente perfecto porque sus trastornos serán detectados y solucionados prematuramente. Sin duda, nuestra descendencia deberá hacer uso de los avances de la ciencia para sobrevivir en una Tierra inhóspita. Esto hará que la especie se perfeccione y cambie y, quizás como dijo Robert CIarke, un reconocido periodista científico “no tendremos otra chance, el hombre deberá adaptarse sí o sí a las modificaciones que vendrán”.
Piel bien bronceada.
Se augura que al mezclarse las razas surgirá un nuevo ser humano de piel oscura. Este tipo de epidermis es más resistente y menos permeable a las radiaciones del sol y, además, asegura la sintetización de la vitamina D, esencial para fijar el calcio en los huesos.
Cuerpos estilizados.
Según se pronostica, hombres y mujeres alcanzaremos casi de los dos metros de altura. La figura de afinará, los músculos serán blandos como consecuencia de la vida sedentaria. La pelvis de las mujeres se estrechará y su pecho se aplanará. Además, el apéndice desaparecerá en ambos sexos.
Cambio de cabeza.
Las imágenes de cráneos pertenecientes a distintas eras de la evolución humana, muestran la evolución del cráneo humano a través de la historia. Algunos biólogos sostienen que en el futuro se alargará. La cabeza, más propiamente el cráneo, que triplicó su volumen en tres millones de años por efecto de la presión selectiva, continuará engrosando. La mandíbula será muy corta y desprovista de muelas del juicio.
Calvos para siempre.
De acuerdo con algunas hipótesis, luciremos un look diferente al de nuestros peludos antepasados prehistóricos. De a poco, los seres humanos fuimos reemplazando la protección natural del cuerpo por la ingesta de vitaminas y cremas que nos fortalecieron, lo que provocó un debilitamiento de las raíces pilosas por atrofia de su función. En un futuro esta característica se acentuaría y así, lentamente, de generación en generación, podríamos perder los 150.000 pelos de la cabeza y los cinco millones del resto del cuerpo hasta quedarnos absolutamente calvos.
Ojos oscuros.
Nuestros ojos serían almendrados y oscuros como consecuencia de la mezcla de razas. La mayoría de la gente, según esta teoría, padecerá de miopía y este defecto de la visión será corregido por prótesis. En un futuro muy lejano los ojos, las orejas y la nariz estarían recubiertos por una película de piel protectora.
Finalmente, y debido a los avances en genética, biotecnología y medicina, en el futuro el hombre dispondrá de múltiples técnicas para manejar su propia evolución.
(Si este artículo ha sido de tu agrado, compártelo con tus amistades pulsando el botón “Me gusta”, enviándolo por e-mail a tus amistades, o compartiendo el enlace mediante Facebook, Twitter o Google+. Hacerlo es fácil, utilizando los botones inferiores a este artículo. Ah, se toman muy en cuenta y responden todos los comentarios. Gracias)
Fuente: Revista “Conozca Más”.
Biólogos y genetistas estudian y discuten sobre los cambios que el ser humano sufrirá en los próximos milenios. Las hipótesis son muchas, las respuestas también.
Hoy ya estamos en condiciones de vislumbrar cómo será el mundo en el que viviremos mañana. Sin embargo, todavía existe un interrogante que enciende los debates más encarnizados entre los científicos futuristas: ¿cómo evolucionará el ser humano? Algunos investigadores, como el genetista francés Albert Jacquard, sostienen que la especie humana no sufrirá grandes cambios salvo algunas pequeñas mutaciones.
Quienes se contraponen a esta idea analizan lo que ocurrió con nuestros antecesores. André Langaney, en la época que fue director del Museo del Hombre de París, recuerda que “dentro de la historia de la Tierra, hay catástrofes que transformaron las formas de vida. Todavía es posible que un meteorito o una erupción volcánica destruya el equilibrio ecológico reinante para instalar otro”. Así el hombre deberá inevitablemente sufrir transformaciones. Los cambios de los que hablan los científicos saltan a simple vista si, por ejemplo, se tiene en cuenta que nuestra talla aumenta de generación en generación en un promedio de dos centímetros. Esto se debe en parte a que ahora nuestra alimentación es más rica. Por otro lado, las personas que viven en las grandes ciudades están continuamente expuestas a luces artificiales y ruidos que estimulan el trabajo de la glándula hipófisis y provocan una mayor producción de una de las hormonas del crecimiento.
El descubrimiento de nuevos medicamentos prolongaría nuestra existencia más allá de los cien años. Claro que, según los científicos, por entonces ya nada será igual. La figura se alargará, el cráneo se ensanchará y los órganos funcionarán correctamente y podrán ser reemplazados. Louis Thaler, investigador del Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier, afirma que “la pelvis de las mujeres será más estrecha “, porque al ensancharse la cavidad craneana los nacimientos por parto natural serán muy difíciles y prosperarán las cesáreas, lo que anulará parte de la función de la cintura ósea. Asimismo, los cuidados actuales de la dentadura aseguran la herencia de una boca más sana y sin las molestas muelas de juicio. Esto ayudará a que se acorte nuestra mandíbula. Thaler dice que “este mismo principio se puede aplicar para la miopía. Cada vez hay —y habrá— más miopes. Esto ocurrirá porque hoy un miope vive y procrea mientras que en la prehistoria un cazador miope era un hombre muerto”.
Según los investigadores, el Homo Sapiens del mañana (aunque no “tan mañana mismo” – acotación de Quásar) será genéticamente perfecto porque sus trastornos serán detectados y solucionados prematuramente. Sin duda, nuestra descendencia deberá hacer uso de los avances de la ciencia para sobrevivir en una Tierra inhóspita. Esto hará que la especie se perfeccione y cambie y, quizás como dijo Robert CIarke, un reconocido periodista científico “no tendremos otra chance, el hombre deberá adaptarse sí o sí a las modificaciones que vendrán”.
Piel bien bronceada.
Se augura que al mezclarse las razas surgirá un nuevo ser humano de piel oscura. Este tipo de epidermis es más resistente y menos permeable a las radiaciones del sol y, además, asegura la sintetización de la vitamina D, esencial para fijar el calcio en los huesos.
Cuerpos estilizados.
Según se pronostica, hombres y mujeres alcanzaremos casi de los dos metros de altura. La figura de afinará, los músculos serán blandos como consecuencia de la vida sedentaria. La pelvis de las mujeres se estrechará y su pecho se aplanará. Además, el apéndice desaparecerá en ambos sexos.
Cambio de cabeza.
Las imágenes de cráneos pertenecientes a distintas eras de la evolución humana, muestran la evolución del cráneo humano a través de la historia. Algunos biólogos sostienen que en el futuro se alargará. La cabeza, más propiamente el cráneo, que triplicó su volumen en tres millones de años por efecto de la presión selectiva, continuará engrosando. La mandíbula será muy corta y desprovista de muelas del juicio.
Calvos para siempre.
De acuerdo con algunas hipótesis, luciremos un look diferente al de nuestros peludos antepasados prehistóricos. De a poco, los seres humanos fuimos reemplazando la protección natural del cuerpo por la ingesta de vitaminas y cremas que nos fortalecieron, lo que provocó un debilitamiento de las raíces pilosas por atrofia de su función. En un futuro esta característica se acentuaría y así, lentamente, de generación en generación, podríamos perder los 150.000 pelos de la cabeza y los cinco millones del resto del cuerpo hasta quedarnos absolutamente calvos.
Ojos oscuros.
Nuestros ojos serían almendrados y oscuros como consecuencia de la mezcla de razas. La mayoría de la gente, según esta teoría, padecerá de miopía y este defecto de la visión será corregido por prótesis. En un futuro muy lejano los ojos, las orejas y la nariz estarían recubiertos por una película de piel protectora.
Finalmente, y debido a los avances en genética, biotecnología y medicina, en el futuro el hombre dispondrá de múltiples técnicas para manejar su propia evolución.
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Yo tuve esa edición de la revista Conozca Más y recuerdo el artículo.
ResponderEliminar¿Cuál es el número y fecha de publicación?
Estos días estoy mudándome a otra casa por lo que todas mis cosas están mezcladas. En unos días te aviso... Interesanes revistas, verdad? Gracias por el comentario. Un abrazo...
EliminarParece mentira, pero la evolución nos condena a ue las diferencias desaparezcan. El racismo talvez desparezca también. Buen artículo, lo recomiendo...
ResponderEliminarSerá que en el futuro todo será unisex? me resulta gracioso... ja ja ja...
ResponderEliminarSegún como se describe, los seres humanos se asemejarían a los llamados "grises" (raza extraterrestre)... interesante
ResponderEliminarInteresante observación... Gracias por comentar, y vuelve pronto al blog... Un abrazo. :)
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