domingo, 5 de junio de 2011

El parador nacional “Conde de Gondomar”, Galicia

Fuente: Revista de Arqueología, Zugarto Ediciones. Madrid. Noviembre. 1991.

En uno de los parajes más bellos de Galicia, en lo más alto de una inmensa fortaleza medieval construida sobre un promontorio que cae al mar y cierra por el sur la bahía de Bayona, se encuentra ubicado el Parador ‘Conde de Gondomar”, en un ambiente pleno de historia y vicisitudes que representan hitos importantes en el historia de España.
En la bella y recortada costa atlántica de Galicia, entre sus múltiple entrantes y salientes, sus afamadas rías y multitud de cabos e islas, no lejos de la desembocadura del más emblemático río gallego, el Miño, se abre al mar la amplia y preciosa bahía de Baiona, que ha sido escenario de destacados acontecimientos de la historia de España y punto permanente de referencia en la historia gallega.
Sus montaraces alrededores fueron lugar de asentamiento de comunidades primitivas que se remontan, a juzgar por los restos arqueológicos encontrados, al Paleolítico Inferior, y que dejaron, además de útiles líticos característicos, restos, ya en época más avanzada, de manifestaciones artísticas pictóricas y grabadas, visibles en algunas estaciones cercanas con arte rupestre (Os Campos) y rocas decoradas con motivos grabados que son relativamente abundantes en las inmediaciones y fueron realizados por los pobladores de la zona desde época dolménica hasta plana dominación romana de la zona.
El tipo de hábitat más extendido en la Antigüedad, el castro, está profusamente atestiguado en los alrededores de la bahía –no lejos del lugar se hallan algunos de los castros de mayor entidad de Galicia, como el de Santa Tecla (La Guardia), Troña (Ponteareas), Vigo, etc.–. El propio promontorio donde actualmente se ubica la fortaleza que contiene el Parador, debió acoger un núcleo de población tal vez desde la Edad del Hierro.
En época romana la zona de Bayona quedó fuera de los principales circuitos comerciales y culturales, al menos por el lado de tierra, aunque un importante ramal viario pasaba cerca de la zona. Por mar sin duda que las visitas a la bahía debieron ser frecuentes. Vinculados de algún modo a la fortaleza que existía en el promontorio se citan ilustres personajes como Viriato, Julio César, Recaredo, etc.
Pero es la época altomedieval el momento en el que se inicia el desarrollo más importante del lugar, y en ese momento es conocida en la documentación existente como Erizana, nombre que será sustituido por el de Vayona en tiempos de Alfonso VII el Emperador (1130). Antes, la fortaleza de Monte Boy fue atacada por Almanzor durante la razzia efectuada por los musulmanes en el año 997, que ocasionó gran destrucción en Galicia. Pocos años después son recuperadas sus ruinas y reedificadas por los reyes cristianos de León y Castilla, concediéndole fueros y privilegios y una Carta Puebla en donde se ratifica el nombre de Bayona, que pasa a ser Real.
Poco a poco el puerto de Bayona va adquiriendo importancia hasta convertirse en uno de los más activos de Galicia, no sólo desde el punto de vista comercial, sino también por su intensa construcción naval. De ahora en adelante será Bayona plaza codiciada y punto de referencia de todas las disputas territoriales o políticas entre Castilla y Portugal. Una y otra vez, por uno u otro bando, Bayona sufre asedios y destrozos de los que gracias al tesón de sus gentes y a la importancia que los reyes concedían al lugar, se recupera rápidamente. No obstante, quedaron muy marcados en su historia personal determinados episodios vividos en la fortaleza, como su conquista por el duque de Lancaster durante las reivindicaciones de Constanza –hija bastarda de Pedro I– al trono de Castilla, y el señorío autoritario, cruel y sanguinario de un señor feudal: Pedro Álvarez de Sotomayor, conde Camiña, que hasta su muerte a finales del siglo XV no cejó en sumir a estas tierras en pleitos, asedios, extorsiones, destrucción y muerte. Su caída y la conquista de Granada por los Reyes Católicos suponen para España y para esta zona de Galicia un nuevo orden institucional y la apertura de su historia a nuevos e importantes acontecimientos.
Entre ellos destaca el “suceso de la Pinta”, al ser esta nave la primera en arribar a un puerto español, precisamente Bayona, y difundir la noticia de la llegada de la expedición de Colón a nuevas tierras allende los océanos. Ocurría este anecdótico suceso el 1 de marzo de 1493 y desde aquí se enviaron nuevas a los Reyes sobre los acontecimientos.
Siglos después, entre actos de piratería y escaramuzas navales en sus aguas, Bayona fue perdiendo importancia como puerto comercial y plaza fuerte, ganada la preponderancia por La Coruña y Vigo, principalmente. Entonces quedó sumida en una lánguida y reposada decadencia hasta que recientemente se transformó su recia fortaleza en acogedor recinto del Parador “Conde de Gondomar”, desde el cual, siquiera sea de forma imaginaria, se reviven cada día sus pasadas y gloriosas gestas.

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