Un sencillo tutorial sobre el modo apropiado de desarrollar organigramas de acuerdo con los principios generalmente aceptados en el campo de la gerencia y la administración.
Si no ha ocurrido ya, nos ha de pasar casi a todos: estudiantes, universitarios, empleados, profesionales, emprendedores, gerentes, etcétera.
Siempre que formemos parte o estemos relacionados con una organización (familiar, social, empresarial, laboral...), en algún momento de nuestra cotidianidad deberemos desarrollar, interpretar o al menos guiar alguna actividad mediante organigramas, que son como la radiografía de una entidad, equipo de trabajo, institución o grupo organizado de tareas.
Estos documentos gráficos expresan o indican las áreas o elementos de que se compone una organización, algo así como un mapa de situación, en que también se indican los niveles de decisión y las cadenas operacionales, comenzando desde los más importantes o jerárquicos, y terminando en los más específicos y prácticos.
Por tanto, un organigramas no es solamente es "esquema" o croquis sino, más bien, una como radiografía que nos indica la anatomía interna, funcionalidad y dinámica de una entidad, y su desarrollo o trazado no debe ser arbitrario, porque no se trata de una obra de arte, sino que debe observar ciertas técnicas o criterios generalmente aceptados para ser comprendidos por cualquier persona con mediana formación en lectura e interpretación de estos instrumentos indicativos.
Los bloques gráficos, su disposición respecto a otros, si deben estar arriba o abajo, el tipo de líneas que sirven para relacionarlos, dependiendo del nivel de jerarquía, funcionalidad, autoridad o tuición, el tamaño de los rótulos, etcétera, deben indicar no solamente la identificación de un elemento, por ejemplo, de un equipo de supervisión, sino también dar una idea de su posición, alcances y ámbito sobre el cual se proyectan las decisiones o resultados de su trabajo.
Si los administradores, por la misma experiencia de su formación y actividad diaria, lo saben bien, el común de las personas no siempre estamos suficientemente informados para "leer" o para trazar el organigrama del grupo, organización o institución que componemos, y es respondiendo a esta necesidad que la pequeña pero muy útil y comprensible guía publicada por una prestigiosa universidad mexicana ofrece conceptos, modalidades y criterios tanto para quien debe trazar correctamente un organigrama como para quien, teniéndolo a la mano, necesita interpretarlo sin caer en incertidumbres o confusiones.
Por su extraordinaria utilidad, este pequeño manual debe formar parte de las herramientas de estudio o de trabajo en cualquier gabinete de estudio o de oficina.
Para descarga este simpático recurso, a ser clic AQUÍ.
(Si este artículo te parece interesante, puedes compartirlo con tus amistades mediante el botón “Me gusta”, “enviar por e-mail”, el enlace a Facebook, Twitter o Google+. Hacerlo es fácil y toma sólo unos cuantos segundos. Gracias)
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Por tanto, un organigramas no es solamente es "esquema" o croquis sino, más bien, una como radiografía que nos indica la anatomía interna, funcionalidad y dinámica de una entidad, y su desarrollo o trazado no debe ser arbitrario, porque no se trata de una obra de arte, sino que debe observar ciertas técnicas o criterios generalmente aceptados para ser comprendidos por cualquier persona con mediana formación en lectura e interpretación de estos instrumentos indicativos.
Los bloques gráficos, su disposición respecto a otros, si deben estar arriba o abajo, el tipo de líneas que sirven para relacionarlos, dependiendo del nivel de jerarquía, funcionalidad, autoridad o tuición, el tamaño de los rótulos, etcétera, deben indicar no solamente la identificación de un elemento, por ejemplo, de un equipo de supervisión, sino también dar una idea de su posición, alcances y ámbito sobre el cual se proyectan las decisiones o resultados de su trabajo.
Si los administradores, por la misma experiencia de su formación y actividad diaria, lo saben bien, el común de las personas no siempre estamos suficientemente informados para "leer" o para trazar el organigrama del grupo, organización o institución que componemos, y es respondiendo a esta necesidad que la pequeña pero muy útil y comprensible guía publicada por una prestigiosa universidad mexicana ofrece conceptos, modalidades y criterios tanto para quien debe trazar correctamente un organigrama como para quien, teniéndolo a la mano, necesita interpretarlo sin caer en incertidumbres o confusiones.
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