Fuente: “Ilustrated Science Experiments for Children”. Robert Brown. Tab Books Inc. — Blue Ridge Summit. 1987.
SE NECESITA: Sal, agua, una cazuela, trozos de ladrillo o de carbón.
HACER ESTO: Mezclar en un frasco el agua con toda la sal que admita. Verter la solución en una cazuela y colocar dentro los trozos de carbón, ladrillo o loza, de forma que sobresalgan. En un día la sal “crecerá” sobre la superficie de los objetos.
POR QUÉ: Por capilaridad, el agua salada sube a través de los pequeños orificios del carbón o el ladrillo hasta llegar a la superficie. Allí se evapora el agua, quedando la sal.
NOTA: Suelen recomendarse las tabletas de carbón vegetal, pero no siempre resultan. Un poco de amoniaco hará que el agua sea menos aceitosa y facilitará la capilaridad. Unas gotas de tinta o colorante alimenticio sobre los cristales de sal les añadirán color.
SE NECESITA: Sal, agua, una cazuela, trozos de ladrillo o de carbón.
HACER ESTO: Mezclar en un frasco el agua con toda la sal que admita. Verter la solución en una cazuela y colocar dentro los trozos de carbón, ladrillo o loza, de forma que sobresalgan. En un día la sal “crecerá” sobre la superficie de los objetos.
POR QUÉ: Por capilaridad, el agua salada sube a través de los pequeños orificios del carbón o el ladrillo hasta llegar a la superficie. Allí se evapora el agua, quedando la sal.
NOTA: Suelen recomendarse las tabletas de carbón vegetal, pero no siempre resultan. Un poco de amoniaco hará que el agua sea menos aceitosa y facilitará la capilaridad. Unas gotas de tinta o colorante alimenticio sobre los cristales de sal les añadirán color.
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