Cuando la pareja fracasa es porque el amor se ha muerto y ya no queda nada por hacer sino resignarse mirando siempre hacia delante.
When the couple fails it’s because the love has died and it is no longer anything to make but resigning always looking toward before.
Otros artículos:
Fracaso de pareja y "lo que dice la gente".
El mito de que la separación de pareja es un fracaso.
El amor y el conformismo frente a los prejuicios sociales.
El amor y los pensamientos negativos.
Amor y pensamientos negativos.
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TERCER MANDATO SOCIAL: "MI DEBER ES LUCHAR POR EL MATRIMONIO".
Luchar por el matrimonio implica tener con quién compartir "la lucha". Salvar una relación siempre es un trabajo de dos: si no hay con quién, el problema se hace irresoluble o queda latente.
Una mujer, entre lágrimas, me comenta: "Mi marido tiene una amante desde hace tres años y cada vez que toco el tema me insulta... Pero no me voy a dar por vencida: voy a luchar por mi matrimonio". En otra cita, el marido me dice lacónicamente:"Mi esposa es la madre de mis hijos y la quiero, pero no la amo ni la deseo... Amo a mi amiga y espero poder irme a vivir con ella lo antes posible. Ya le he dicho esto a mi esposa cientos de veces, pero ella insiste en que le dé otra oportunidad".
En la vida, como en el amor, hay que saber perder.
¿No te aman? Verifica la información, tantea el desamor de tu pareja y, si es verdad, nada qué hacer, se acabó.
Duele hasta el alma, pero, ¿de qué sirve seguir luchando, si ya se perdió la guerra o si la lucha es indigna?
Es más adaptativo reemplazar la resignación negativa (aguantar y tolerar los golpes, las mentiras o los engaños) por una resignación positiva: "Ya no hay nada qué hacer". ¡Qué alivio!
Como ya dije: lo ideal es ser capaz de pasar del sufrimiento inútil, que se genera al estar empantanado en una relación sin futuro, al sufrimiento útil de la elaboración del duelo. No puede ser una norma generalizada la de luchar a brazo partido por cualquier relación, sea buena o mala.
La perseverancia también tiene un límite.
El mandato de la permanencia afectiva, que tanto defiende la cultura casamentera, hace que millones de personas sigan "durando" y tratando de mantener por obligación relaciones totalmente descabelladas.
¿Luchar o no luchar? Depende; si mi dignidad no está en juego y si el esfuerzo se justifica, estaré presente en cuerpo y alma. Salvar lo salvable en la conjunción de la pasión, la amistad y la ternura, sin violencia.
El amor es una cuestión de calidad total, lo bueno no "tapa" lo malo.
Si tu pareja es tierna por la mañana y te maltrata por la noche, el maltrato no se diluye en el cariño mañanero.
Fuente: Walter Riso: "Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy".
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