Detalles históricos relacionados con la decisión y llegada de Ernesto Che Guevara a Bolivia para iniciar su proyecto guerrillero que finalmente acabaría en su muerte.
Historical details related with the Ernesto Ché Guevara decision and arrival to Bolivia to begin their partisan war project that finally would end up in their death.
Otros artículos:
Túpac Katari.
Túpac Amaru II.
Pablo Zárate Willka.
Tumpa Apiagnaiki.
Tomás Katari.
Tras su experiencia en África y convencido de que la vía armada era el camino correcto de la revolución, Ernesto Che Guevara se propuso abrir un frente revolucionario en el mismo “patio trasero” del Imperialismo.
América Latina que hasta ese momento vivía experiencias avanzadas en la lucha guerrillera, Colombia, Guatemala, Perú, entre otros países, tuvo en Bolivia el escenario de una guerra dispareja donde un puñado de combatientes puso en juego su pellejo, tras su llegada a Ñancahuazú el 7 de noviembre de 1966 con la firme decisión de irradiar la revolución continental.
Pronto el Che y sus compañeros chocarían, en plena selva, con el dilema de ¡ Vencer o Morir!
El autor de este artículo es hijo del historiador Humberto Vázquez Machicado y hermano del guerrillero Jorge Vázquez-Viaña (El Loro). Apoyado en abundante documentación y como participante casi directo de los hechos guerrilleros, pues en 1967 fue integrante de su aparato urbano, escribió una tesis en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia, de la cual las siguientes líneas son un fragmento.
LOS ANTECEDENTES.
Para comprender correctamente la guerrilla del Che en Bolivia que hoy ya se convierte en mito, es necesario remontarse a cuatro acontecimientos:
Primero: Las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional, (ELN), del Perú, dirigidas por Héctor Béjar; y del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), dirigidas por Ricardo Jorge Masetti, en la Argentina, ambas preparadas al mismo tiempo en Bolivia, en 1963, durante el segundo gobierno de Paz Estenssoro (MNR). El Che, tres años más tarde, repetirá el mismo esquema, con las mismas personas y casi en los mismos lugares.
Segundo: El golpe de estado del general Barrientos, la caída de Paz Estenssoro, noviembre de 1964, el pacto militar-campesino y las masacres de obreros mineros en mayo y septiembre de 1965. Sólo así podremos comprender cuál era la situación política del país donde se desarrollarían los nuevos acontecimientos, cuál era la situación de la clase obrera, sobre todo de los mineros. Y muy especialmente, comprender el rol político del campesinado y su estrecha relación con el Ejército.
Tercero: Las divergencias en el movimiento comunista internacional, la división de los partidos comunistas latinoamericanos, la Tricontinental de La Habana, en 1966. De esta manera entenderemos las razones que obligaron al Che a entablar relaciones políticas y, sobre todo, organizativas con el Partido Comunista de Bolivia y no con otras fuerzas.
Cuarto: La necesaria salida del Che del Congo en 1965 y de África en 1966. Qué razones indujeron a Ernesto Che Guevara a dejar el Congo, donde se encontraba luchando al mando de 200 voluntarios cubanos desde 1965, y trasladarse, de pronto, a Bolivia donde no había ninguna lucha armada guerrillera, ni organización dispuesta a hacerlo.
EL CHE EN EL CONGO.
El presidente Ben Bella, como respuesta a la intervención de los paracaidistas belgas en el Congo (hoy Zaire) y la participación de mercenarios blancos a sueldo de Moisés Tshombe y de las empresas mineras belgas; inició un puente aéreo entre Argelia y la frontera congo-sudanesa donde enviaba armamento, municiones y asesores militares; al mismo tiempo que entrenaban a los cambatientes congoleses.
En junio varios centenares de cubanos estaban en Congo-Brazzaville, entrenando a la milicia local. Pero, parece ser que no bastaba con entrenar, la debilidad de las tropas revolucionarias y la cantidad creciente de mercenarios blancos, a sueldo de las compañías belgas y de Tshombe, obligaron a los cubanos a participar directamente en los combates.
El capitán del ejército cubano, José María Martínez Tamayo, “Mbili”, le contó al autor de estas líneas, Humberto Vázquez-Viaña, en Camiri, poco antes de entrar a Ñancahuazú, que: “Los congoleses no sabían pelear. Muchos de ellos creían en la “dawa”: que porque su “brujo” les había hecho unos pases mágicos, habían bebido un brebaje “mágico”, o llevaban un amuleto, ya las balas no les entraban, y avanzaban sin protección. Los mercenarios blancos los cazaban como a conejos. Además, en el fondo, la guerra era de cubanos contra cubanos. Entre los mercenarios blancos habían varios “gusanos” (cubanos de Miami).
A medida que se iba desarrollando la campaña del Congo la participación cubana se hacía cada día más evidente.
El 29 de junio, el periódico Granma había reconocido ya que “El Gobierno Revolucionario envía armas e instructores para ayudar la capacidad militar del pueblo congolés”.
Si bien la presencia del Che era un secreto de Estado, alarmantes rumores afirmaban que el Che estaba en el Congo.
En esos días, el 3 de octubre, en ocasión de la presentación en el comité central del recién fundado Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro había leído públicamente la carta de despedida del Che.
En el discurso de clausura de la Tricontinental, Fidel Castro dijo:
Los imperialistas quisieran saber dónde está el compañero Ernesto Guevara, “aparentemente no lo saben, y si lo saben, se lo callan”.
Evidentemente la CIA ya había detectado los pasos del Che y el Servicio de Inteligencia Cubano, (G2), también lo sabía.
SALIDA DEL CONGO.
Para entonces el mapa político de África había variado afectando la estrategia cubana. Una serie de golpe militares cambió la relación de fuerzas del continente. En septiembre, Boumedienne derrocó a Ben Bella en Argelia y Fidel Castro lo denunció como “contrarrevolucionario”. Sucesivos cambios en Nigeria, Dahomey, África Central, Sudán, comenzaron a cercar al Congo.
Pero lo más importante ocurrió en el propio Congo, el 25 de noviembre de 1965.
El general Mobutu dio un golpe de estado en Leopolville (hoy Kinshasa) y derrocó a Tshombe y a Kasavubu.
La nueva situación creó expectativas de paz y se inició una deserción masiva de los combatientes congoleses aliados de los cubanos. Los dirigentes le habían solicitado al Che abandonar el Congo para así facilitar la conclusión de un armisticio con el nuevo hombre fuerte, el general Mobutu.
EL CHE TIENE QUE IRSE.
Dos hechos, sin embargo, vinieron a cambiar definitivamente la estrategia del Che en África.
En parte, el golpe de estado en Indonesia y la masacre de cerca a 100.000 comunistas; pero sobre todo el golpe de estado en Ghana. El 24 de febrero de 1966, el general Joseph Ankrah derrocó al presidente Nkrumah.
La carta política de África había cambiado completamente y los dos aliados principales de los cubanos en África habían sido derrocados: Ben Bella y Nkrumah.
El éxito cubano en la Tricontinental comenzó a palidecer y había comenzado la cuenta regresiva de los intentos cubanos por encontrar una “tercera” vía entre los países socialistas. El eje La Habana-Hanoi-Pyongyang, estaba roto.
Los soviéticos, que no creían en un triunfo revolucionario en África a corto plazo, tenían otra estrategia: preferían apoyar más a los gobiernos moderados establecidos, que a los movimientos revolucionarios.
Las superpotencias se disputaban África, el Che tenía que irse.
Había comprendido que ya había llegado la hora de dejar de ser “Tatu”, “Tercero”, y se decidió por abrirle otro frente a los EE.UU., en su propia retaguardia, América Latina.
Además, y esto es lo más importante, dentro de Cuba también la relación de fuerzas había cambiado en detrimento del Che. Aníbal Escalante, ”exiliado” en la U.R.S.S. y en Checoslovaquia después de la lucha contra el sectarismo en 1962, hizo su “come back” oficial, el 25 de septiembre, poco antes de la salida del Che en gira por África, para ese entonces se había fundado un nuevo partido, y en la dirección del nuevo Partido Comunista de Cuba el Che ya no fue elegido.
Fidel Castro, entonces, leyó públicamente la carta de despedida del Che.
Como Hernán Cortés en la conquista de México, con la publicación de esa carta, el Che había quemado sus propias carabelas. No tenía retirada.
Vencer o Morir, era su única alternativa.
LA DISYUNTIVA.
¿A dónde ir, pues?
¿Por qué a Bolivia, donde ese momento no había condiciones para la lucha armada, y no a otro país donde ya se desarrollaba más o menos exitosamente y había cuadros experimentados y fogueados en la guerra, como por ejemplo: Guatemala, Venezuela o Colombia?
A nuestro entender, no sólo se trata de una inercia de la lucha en el Congo, al centro de África trasladada a Bolivia, centro de América del Sur, donde llegaron, incluso, con sus seudónimos africanos; sino que “la Operación Bolívar” se debe interpretar, como la última carta que le quedaba.
Una serie de hechos obligaron a que el Che tuviera que descartar las posibilidades de ir a Guatemala, Venezuela, Colombia o Brasil o Chile.
En la Argentina, aún era presidente electo Arturo Illía (el golpe militar fue recién, el 28 de junio de 1966). Además, el peso político de Perón, en el exilio, cubría todo el espectro político argentino.
¿Y en Bolivia?
Allí se preparaban elecciones presidenciales para el 3 de julio y el Partido Comunista participaba en ellas con candidatos propios.
Las perspectivas no eran muy halagüeñas.
El mismo Che había escrito: “Donde un Gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular, fraudulenta o no, y se mantenga al menos la apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producir por no haberse agotado las posibilidades de lucha cívica.”
Es necesario observar que, contrariando al mismo Che, muchos de los focos guerrilleros se organizaron exactamente poco antes de una consulta electoral, e iniciaron sus acciones, precisamente luego de que ha sido elegido por votación general un presidente y un parlamento.
LA DECISIÓN ESTRATÉGICA.
El Perú era lo más favorable. Aunque las guerrillas del ELN y del MIR ya habían sido derrotadas, quedaban todavía algunos combatientes dispersos. Héctor Béjar, jefe del ELN, aun no había sido arrestado sino hasta el 1º de marzo, y los sobrevivientes del ELN estaban dispuestos a aceptar incondicionalmente la participación cubana.
Ricardo Gadea, dirigente de MIR y ex-cuñado del Che, aún no había sido apresado, sino hasta mayo de 1966, y no se sabía con certeza el destino de Lobatón y Portocarrero. Se tenía esperanzas que estuvieran aún deambulando en la Sierra con algunos hombres. En estas condiciones se podría reactivar y reorganizar la guerrilla teniendo una base exterior de organización y entrenamiento: Bolivia: (similar a lo que fue Tanzania para el Congo).
Bolivia, tenía una “ventaja”, que luego se demostró que era una desventaja: el PC (Partido Comunista) boliviano (como el uruguayo) era uno de los pocos PCs que “decía” estar dispuesto a apoyar una lucha armada guerrillera en otros países, precisamente porque en el suyo, afirmaban, no había condiciones. Argumento con el que muchos, dentro y fuera de estos partidos, coincidían.
El partido comunista boliviano, con el enunciado de “desarrollar todas las formas de lucha, incluso la vía armada”, había fomentado dentro de su partido tres líneas políticas: La electoralista, la guerrillera y la insurreccionalista.
De esta forma contentaba a todos: A los soviéticos, a los cubanos, y a las bases partidarias obreras que, por su propia experiencia revolucionaria y la historia del país, eran insurreccionalistas.
En esta práctica, se presentaron a las elecciones presidenciales de 1956 y 1964 primero, y de 1966 más tarde; entrenaron militantes comunistas en La Habana, y prometieron a las bases obreras estarse preparando, también, para la insurrección.
A raíz de la división del PC en 1965, los partidarios de la vía pacífica habían quedado en minoría. Las masacres de mineros en mayo y septiembre, más tarde, pusieron a la orden del día la inevitabilidad de la vía armada; parecían darle la razón a los pro-chinos y trotskistas, lo que debilitaba aún más al PC frente a las bases mineras. Por esta razón en la dirección del PC surgieron dos líneas: la puramente electoralista (León Kolle Cueto, militar boliviano) y la pro-cubana (Mario Monje, civil). Monje comenzó a pensar en la posibilidad de una insurrección y para ello había que prepararse. Por ello, continuó enviando cuadros a Cuba para entrenamiento militar.
Entre los militantes comunistas que entrenaban en La Habana, había un grupo de 17 jóvenes estudiantes que habían comenzado su entrenamiento en agosto de 1965. Algunos de ellos, más tarde, lucharon y murieron junto al Che como Lorgio Vaca Marchetty, Freddy Maimura Hurtado, Mario Gutiérrez Ardaya, Jaime Arana Campero.
Más tarde en 1968, Jorge Ruiz también se integró al ELN.
Después de la Tricontinental, un grupo de militantes del PCB llegó a La Habana para entrenamiento guerrillero, entre ellos estaban: Jorge “Loro” Vázquez-Viaña, Roberto “Coco” Peredo, Rodolfo Saldaña, Luis “Ñato” Méndez. Jefe de este grupo: Mario Monje. Entrenó y se “juramentó” con ellos para la lucha armada. En julio volvieron a Bolivia.
Al mismo tiempo, el resto del PC participaba en las elecciones de Barrientos. Entre los candidatos a diputación por el PC, pero en un puesto sin posibilidades de llegar al parlamento, estaban: Inti Peredo, Orlando Jiménez, Mario Chávez; todos ellos, luego guerrilleros.
LA ESTRATEGIA DEL CHE.
Si Tanzania fue la base de apoyo para saltar sobre el Congo, Bolivia sería el trampolín para saltar sobre el Perú, o la Argentina. Y esa nueva estrategia, impuesta por las circunstancias, comenzó a ser aplicada apresuradamente, era la última carta.
Los soviéticos no la aprobaban porque su estrategia en América Latina también era la misma que en África.
Después de su bautizo africano, el Che había dejado de ser “Tatu” y se había convertido en “Mongo”. Había adquirido como seudónimo el nombre de la etnia más importante del Congo. Con esta nueva identidad africana se aprestó a volver a América.
En mayo, Fidel Castro, en La Habana, tuvo una entrevista con Marlo Monje, para solicitarle su colaboración en esta operación estratégica. Monje aceptó y ofreció cuatro hombres para los preparativos del Perú o la Argentina. Los mismos que antes habían participado en la fracasada expedición de Puerto Maldonado y en la guerrilla de Massetti.
Con esta nueva perspectiva, en mayo llegó a Bolivia el capitán José María Martínez Tamayo (Ricardo, Papi); había combatido junto al Che en el Congo y vino aún con su pseudónlmo africano, “Mbili”, que en swahili quiere decir “Segundo”.
LOS PRIMEROS CONTACTOS.
“Mbili” tan pronto llegó a Bolivia tomó contacto con los cuadros peruanos que habían sido designados para esta tarea.
No bien “Mbili” había comenzado su trabajo de organización de la base guerrillera, retomando contacto con alguno de sus antiguos colaboradores del PC boliviano en la guerrilla de Puerto Maldonado y Massetti, donde también él mismo había participado cuando llegaron a Bolivia procedentes de Cuba, tomó contacto con los 4 bolivianos designados por el PCB para colaborarlo: Jorge “Loro” Vázquez-Viaña, Rodolfo Saldaña, Roberto “Coco” Peredo, y Julio “Ñato” Méndez.
También llegaron ese mes de julio, Humberto Vázquez-Viaña de Rumania, y los cubanos Pombo y Tuma.
El Che estaba todavía en África, cuando llegaron a Bolivia, desde Cuba, dos de sus compañeros de armas del Congo, el Capitán Harry “Pombo” Villegas y el Teniente Carlos “Tuma” Coello; “Pombo” y “Tuma”, o “Tumaini”, respectivamente.
Tampoco ellos tuvieron tiempo para quitarse el camuflaje africano, y llegaron a Bolivia con sus nombres de guerra del Congo.
Otro caso es el del médico cubano Octavio de la Concepción de la Pedraja , que llegó con el nombre de guerra africano de “Morogoro”.
Las nuevas Instrucciones que el Che envió a Cuba el 10 de julio y que las trajeron Pombo y Tuma a Bolivia fueron:
A) Tania, que no sabía ni debería saber nada de la participación del Che, no tiene que ser vista con los oficiales cubanos, porque sus tareas son otras. Tania “no debería participar en la fase organizativa ni en los contactos con el Partido ni con el grupo de Zamora (Oscar “Motete” Zamora).”
B) Comprar una finca al Norte (Alto Beni), cerca de la posible zona de operaciones, por el asunto de “Emiliano” (Juan Pablo Chang del ELN del Perú que venía preparando un nuevo foco guerrillero en la región de Ayacucho, Perú).
Como se puede apreciar por el Diario de Pombo, las nuevas instrucciones llevaron a malentendidos entre estos y Mbili, pero pronto fueron salvadas las diferencias.
LA NUEVA SITUACIÓN.
Poco antes de salir ellos de Cuba, un hecho inesperado podía complicar la estrategia del Che: El golpe militar en la Argentina. El 28 de junio, el Gral. Juan Carlos Onganía tomó el poder derrocando al Dr. Illía.
Las condiciones habían cambiado. Pero el Che no había enviado ninguna instrucción relacionada con este hecho tan importante, y los preparativos siguieron encaminados hacia el Perú.
Pombo y Mbili, sin embargo, quizás interpretando la nueva situación en Argentina, se decidieron a enviar a Jorge “Loro” Vásquez-Viaña, Roberto “Coco” Peredo y Rodolfo Saldaña a buscar una finca en el sur de Bolivia para que sirviera como base hacia la Argentina
Al norte, en la región del Alto Beni, para el asunto del Perú, ya habían comprado una pequeña parcela de 10 hectáreas que dejaron al cuidado del militante comunista Orlando Jiménez Bazán, el “Camba”, y por intermedio de Tellería, del PCB, solicitaron al gobierno la concesión de 400 hectáreas de terreno junto al río Beni, concesión que fue denegada.
A todo esto, el general Barrientos había sido elegido como presidente constitucional de Bolivia. El 6 de agosto, el nuevo gobierno y el parlamento iniciaron sus actividades. El Partido Comunista Boliviano, PCB, había obtenido 33.018 votos. Es un éxito -dijeron- pero no alcanzaron para tener ni un parlamentario.
LA DECISIÓN FINAL.
El 12 de agosto, Mbili, Pombo y Tuma recibieron un mensaje de Cuba comunicándoles que el día 20 salía “Pacho” hacia Bolivia.
Este mensaje y esta fecha serían el punto “sin retorno” de la decisión estratégica de determinar la definitiva zona de operaciones guerrillera: al Sur.
El día 15 volvieron los bolivianos con los informes sobre las diferentes fincas posibles de comprar en el sur, una de ellas era “Ñancahuazú”, propiedad de Remberto Villa en la región del Pincal, en Santa Cruz. En plena Serranía de Incahuasi, donde los últimos combatientes del MNR habían resistido en la guerra civil del 49.
Pombo nos relata en su diario: “Agosto 15. Bigotes (Jorge Vazquez-Viaña) llegó con los datos de las granjas que han visitado indicando las más adecuadas para nuestros propósitos. Se decidió enviar a Camba y Tumaini a comprar la más adecuada porque Mongo probablemente venga con Pacho”.
¡Sin analizar cuidadosamente la zona, los cubanos se apresuraron en comprar la finca Ñancahuazú, pensando que el Che ya venía con Pacho!
El 20 de agosto, Bigotes salió para Santa Cruz con un cargamento de armas.
Entretanto, luego del “éxito” con las elecciones, las relaciones de Mario Monje y el PCB con los cubanos se fueron deteriorando, y Monje amenazó con retirar los cuatro hombres que había “dado” para el Perú o la Argentina.
El día 3 de septiembre llegó Pacho a Bolivia. El capitán Alberto Fernández Montes de Oca, “Pacho”, vino solo y trajo nuevas instrucciones:
1.- Se debía preparar la base en la zona del Alto Beni, al norte, cerca al Perú.
2.- Tomar contacto con el grupo de Moisés Guevara, disidente del PC (pro-chino).
3.- Danton (Debray) visitará la zona y discutirá los informes con (Moisés) Guevara.
4.- Mongo (Che) llegará sin avisar.
5.- Él (Mongo, el Che) se concentrará al grupo de (Moisés) Guevara.
La nueva situación confundió totalmente a los oficiales cubanos quienes ya habían trasladado parte del armamento (45 fusiles) a Ñancahuazú, a 1.500 kilómetros de distancia de la nueva zona elegida, y habían estrechado sus relaciones con el otro partido comunista, el pro-soviético; sus colaboradores bolivianos eran militantes de ese partido y reacios a trabajar con los disidentes pro-chinos.
Fue entonces cuando Pombo y Mbili enviaron a Cuba el informe sobre los preparativos hasta entonces hechos. Informe que, finalmente, hizo que el Che se decidiera por el sudeste, cerca a la Argentina.
Pombo y Mbili, en su informe sobre la zona, habían remarcado, dos veces, de las ventajas que había de poder desplazarse hacia la Argentina.
El Che volvió recién a Cuba en el mes de septiembre y visitó el campo de entrenamiento donde se preparaban desde el 11 de agosto los internacionalistas cubanos.
En ese tiempo, entre el 2 de octubre y su salida para Bolivia, el Che escribió su famoso Mensaje a la Tricontinental.
El 7 de noviembre de 1966, acompañado por Jorge Vázquez-Viaña, (que fue el primero en enterarse de la participación del Che); de los capitanes Martínez, Villegas y Fernández, y del teniente Coello, el comandante Ernesto Che Guevara llegó a la finca del sudeste boliviano denominada Ñancahuazú.
Autor: Humberto Vásquez Viaña.
Fuente: periódico “Presencia”. La Paz, 9 de diciembre de 1995.
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Tomás Katari.
Tras su experiencia en África y convencido de que la vía armada era el camino correcto de la revolución, Ernesto Che Guevara se propuso abrir un frente revolucionario en el mismo “patio trasero” del Imperialismo.
América Latina que hasta ese momento vivía experiencias avanzadas en la lucha guerrillera, Colombia, Guatemala, Perú, entre otros países, tuvo en Bolivia el escenario de una guerra dispareja donde un puñado de combatientes puso en juego su pellejo, tras su llegada a Ñancahuazú el 7 de noviembre de 1966 con la firme decisión de irradiar la revolución continental.
Pronto el Che y sus compañeros chocarían, en plena selva, con el dilema de ¡ Vencer o Morir!
El autor de este artículo es hijo del historiador Humberto Vázquez Machicado y hermano del guerrillero Jorge Vázquez-Viaña (El Loro). Apoyado en abundante documentación y como participante casi directo de los hechos guerrilleros, pues en 1967 fue integrante de su aparato urbano, escribió una tesis en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia, de la cual las siguientes líneas son un fragmento.
LOS ANTECEDENTES.
Para comprender correctamente la guerrilla del Che en Bolivia que hoy ya se convierte en mito, es necesario remontarse a cuatro acontecimientos:
Primero: Las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional, (ELN), del Perú, dirigidas por Héctor Béjar; y del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), dirigidas por Ricardo Jorge Masetti, en la Argentina, ambas preparadas al mismo tiempo en Bolivia, en 1963, durante el segundo gobierno de Paz Estenssoro (MNR). El Che, tres años más tarde, repetirá el mismo esquema, con las mismas personas y casi en los mismos lugares.
Segundo: El golpe de estado del general Barrientos, la caída de Paz Estenssoro, noviembre de 1964, el pacto militar-campesino y las masacres de obreros mineros en mayo y septiembre de 1965. Sólo así podremos comprender cuál era la situación política del país donde se desarrollarían los nuevos acontecimientos, cuál era la situación de la clase obrera, sobre todo de los mineros. Y muy especialmente, comprender el rol político del campesinado y su estrecha relación con el Ejército.
Tercero: Las divergencias en el movimiento comunista internacional, la división de los partidos comunistas latinoamericanos, la Tricontinental de La Habana, en 1966. De esta manera entenderemos las razones que obligaron al Che a entablar relaciones políticas y, sobre todo, organizativas con el Partido Comunista de Bolivia y no con otras fuerzas.
Cuarto: La necesaria salida del Che del Congo en 1965 y de África en 1966. Qué razones indujeron a Ernesto Che Guevara a dejar el Congo, donde se encontraba luchando al mando de 200 voluntarios cubanos desde 1965, y trasladarse, de pronto, a Bolivia donde no había ninguna lucha armada guerrillera, ni organización dispuesta a hacerlo.
EL CHE EN EL CONGO.
El presidente Ben Bella, como respuesta a la intervención de los paracaidistas belgas en el Congo (hoy Zaire) y la participación de mercenarios blancos a sueldo de Moisés Tshombe y de las empresas mineras belgas; inició un puente aéreo entre Argelia y la frontera congo-sudanesa donde enviaba armamento, municiones y asesores militares; al mismo tiempo que entrenaban a los cambatientes congoleses.
En junio varios centenares de cubanos estaban en Congo-Brazzaville, entrenando a la milicia local. Pero, parece ser que no bastaba con entrenar, la debilidad de las tropas revolucionarias y la cantidad creciente de mercenarios blancos, a sueldo de las compañías belgas y de Tshombe, obligaron a los cubanos a participar directamente en los combates.
El capitán del ejército cubano, José María Martínez Tamayo, “Mbili”, le contó al autor de estas líneas, Humberto Vázquez-Viaña, en Camiri, poco antes de entrar a Ñancahuazú, que: “Los congoleses no sabían pelear. Muchos de ellos creían en la “dawa”: que porque su “brujo” les había hecho unos pases mágicos, habían bebido un brebaje “mágico”, o llevaban un amuleto, ya las balas no les entraban, y avanzaban sin protección. Los mercenarios blancos los cazaban como a conejos. Además, en el fondo, la guerra era de cubanos contra cubanos. Entre los mercenarios blancos habían varios “gusanos” (cubanos de Miami).
A medida que se iba desarrollando la campaña del Congo la participación cubana se hacía cada día más evidente.
El 29 de junio, el periódico Granma había reconocido ya que “El Gobierno Revolucionario envía armas e instructores para ayudar la capacidad militar del pueblo congolés”.
Si bien la presencia del Che era un secreto de Estado, alarmantes rumores afirmaban que el Che estaba en el Congo.
En esos días, el 3 de octubre, en ocasión de la presentación en el comité central del recién fundado Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro había leído públicamente la carta de despedida del Che.
En el discurso de clausura de la Tricontinental, Fidel Castro dijo:
Los imperialistas quisieran saber dónde está el compañero Ernesto Guevara, “aparentemente no lo saben, y si lo saben, se lo callan”.
Evidentemente la CIA ya había detectado los pasos del Che y el Servicio de Inteligencia Cubano, (G2), también lo sabía.
SALIDA DEL CONGO.
Para entonces el mapa político de África había variado afectando la estrategia cubana. Una serie de golpe militares cambió la relación de fuerzas del continente. En septiembre, Boumedienne derrocó a Ben Bella en Argelia y Fidel Castro lo denunció como “contrarrevolucionario”. Sucesivos cambios en Nigeria, Dahomey, África Central, Sudán, comenzaron a cercar al Congo.
Pero lo más importante ocurrió en el propio Congo, el 25 de noviembre de 1965.
El general Mobutu dio un golpe de estado en Leopolville (hoy Kinshasa) y derrocó a Tshombe y a Kasavubu.
La nueva situación creó expectativas de paz y se inició una deserción masiva de los combatientes congoleses aliados de los cubanos. Los dirigentes le habían solicitado al Che abandonar el Congo para así facilitar la conclusión de un armisticio con el nuevo hombre fuerte, el general Mobutu.
EL CHE TIENE QUE IRSE.
Dos hechos, sin embargo, vinieron a cambiar definitivamente la estrategia del Che en África.
En parte, el golpe de estado en Indonesia y la masacre de cerca a 100.000 comunistas; pero sobre todo el golpe de estado en Ghana. El 24 de febrero de 1966, el general Joseph Ankrah derrocó al presidente Nkrumah.
La carta política de África había cambiado completamente y los dos aliados principales de los cubanos en África habían sido derrocados: Ben Bella y Nkrumah.
El éxito cubano en la Tricontinental comenzó a palidecer y había comenzado la cuenta regresiva de los intentos cubanos por encontrar una “tercera” vía entre los países socialistas. El eje La Habana-Hanoi-Pyongyang, estaba roto.
Los soviéticos, que no creían en un triunfo revolucionario en África a corto plazo, tenían otra estrategia: preferían apoyar más a los gobiernos moderados establecidos, que a los movimientos revolucionarios.
Las superpotencias se disputaban África, el Che tenía que irse.
Había comprendido que ya había llegado la hora de dejar de ser “Tatu”, “Tercero”, y se decidió por abrirle otro frente a los EE.UU., en su propia retaguardia, América Latina.
Además, y esto es lo más importante, dentro de Cuba también la relación de fuerzas había cambiado en detrimento del Che. Aníbal Escalante, ”exiliado” en la U.R.S.S. y en Checoslovaquia después de la lucha contra el sectarismo en 1962, hizo su “come back” oficial, el 25 de septiembre, poco antes de la salida del Che en gira por África, para ese entonces se había fundado un nuevo partido, y en la dirección del nuevo Partido Comunista de Cuba el Che ya no fue elegido.
Fidel Castro, entonces, leyó públicamente la carta de despedida del Che.
Como Hernán Cortés en la conquista de México, con la publicación de esa carta, el Che había quemado sus propias carabelas. No tenía retirada.
Vencer o Morir, era su única alternativa.
LA DISYUNTIVA.
¿A dónde ir, pues?
¿Por qué a Bolivia, donde ese momento no había condiciones para la lucha armada, y no a otro país donde ya se desarrollaba más o menos exitosamente y había cuadros experimentados y fogueados en la guerra, como por ejemplo: Guatemala, Venezuela o Colombia?
A nuestro entender, no sólo se trata de una inercia de la lucha en el Congo, al centro de África trasladada a Bolivia, centro de América del Sur, donde llegaron, incluso, con sus seudónimos africanos; sino que “la Operación Bolívar” se debe interpretar, como la última carta que le quedaba.
Una serie de hechos obligaron a que el Che tuviera que descartar las posibilidades de ir a Guatemala, Venezuela, Colombia o Brasil o Chile.
En la Argentina, aún era presidente electo Arturo Illía (el golpe militar fue recién, el 28 de junio de 1966). Además, el peso político de Perón, en el exilio, cubría todo el espectro político argentino.
¿Y en Bolivia?
Allí se preparaban elecciones presidenciales para el 3 de julio y el Partido Comunista participaba en ellas con candidatos propios.
Las perspectivas no eran muy halagüeñas.
El mismo Che había escrito: “Donde un Gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular, fraudulenta o no, y se mantenga al menos la apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producir por no haberse agotado las posibilidades de lucha cívica.”
Es necesario observar que, contrariando al mismo Che, muchos de los focos guerrilleros se organizaron exactamente poco antes de una consulta electoral, e iniciaron sus acciones, precisamente luego de que ha sido elegido por votación general un presidente y un parlamento.
LA DECISIÓN ESTRATÉGICA.
El Perú era lo más favorable. Aunque las guerrillas del ELN y del MIR ya habían sido derrotadas, quedaban todavía algunos combatientes dispersos. Héctor Béjar, jefe del ELN, aun no había sido arrestado sino hasta el 1º de marzo, y los sobrevivientes del ELN estaban dispuestos a aceptar incondicionalmente la participación cubana.
Ricardo Gadea, dirigente de MIR y ex-cuñado del Che, aún no había sido apresado, sino hasta mayo de 1966, y no se sabía con certeza el destino de Lobatón y Portocarrero. Se tenía esperanzas que estuvieran aún deambulando en la Sierra con algunos hombres. En estas condiciones se podría reactivar y reorganizar la guerrilla teniendo una base exterior de organización y entrenamiento: Bolivia: (similar a lo que fue Tanzania para el Congo).
Bolivia, tenía una “ventaja”, que luego se demostró que era una desventaja: el PC (Partido Comunista) boliviano (como el uruguayo) era uno de los pocos PCs que “decía” estar dispuesto a apoyar una lucha armada guerrillera en otros países, precisamente porque en el suyo, afirmaban, no había condiciones. Argumento con el que muchos, dentro y fuera de estos partidos, coincidían.
El partido comunista boliviano, con el enunciado de “desarrollar todas las formas de lucha, incluso la vía armada”, había fomentado dentro de su partido tres líneas políticas: La electoralista, la guerrillera y la insurreccionalista.
De esta forma contentaba a todos: A los soviéticos, a los cubanos, y a las bases partidarias obreras que, por su propia experiencia revolucionaria y la historia del país, eran insurreccionalistas.
En esta práctica, se presentaron a las elecciones presidenciales de 1956 y 1964 primero, y de 1966 más tarde; entrenaron militantes comunistas en La Habana, y prometieron a las bases obreras estarse preparando, también, para la insurrección.
A raíz de la división del PC en 1965, los partidarios de la vía pacífica habían quedado en minoría. Las masacres de mineros en mayo y septiembre, más tarde, pusieron a la orden del día la inevitabilidad de la vía armada; parecían darle la razón a los pro-chinos y trotskistas, lo que debilitaba aún más al PC frente a las bases mineras. Por esta razón en la dirección del PC surgieron dos líneas: la puramente electoralista (León Kolle Cueto, militar boliviano) y la pro-cubana (Mario Monje, civil). Monje comenzó a pensar en la posibilidad de una insurrección y para ello había que prepararse. Por ello, continuó enviando cuadros a Cuba para entrenamiento militar.
Entre los militantes comunistas que entrenaban en La Habana, había un grupo de 17 jóvenes estudiantes que habían comenzado su entrenamiento en agosto de 1965. Algunos de ellos, más tarde, lucharon y murieron junto al Che como Lorgio Vaca Marchetty, Freddy Maimura Hurtado, Mario Gutiérrez Ardaya, Jaime Arana Campero.
Más tarde en 1968, Jorge Ruiz también se integró al ELN.
Después de la Tricontinental, un grupo de militantes del PCB llegó a La Habana para entrenamiento guerrillero, entre ellos estaban: Jorge “Loro” Vázquez-Viaña, Roberto “Coco” Peredo, Rodolfo Saldaña, Luis “Ñato” Méndez. Jefe de este grupo: Mario Monje. Entrenó y se “juramentó” con ellos para la lucha armada. En julio volvieron a Bolivia.
Al mismo tiempo, el resto del PC participaba en las elecciones de Barrientos. Entre los candidatos a diputación por el PC, pero en un puesto sin posibilidades de llegar al parlamento, estaban: Inti Peredo, Orlando Jiménez, Mario Chávez; todos ellos, luego guerrilleros.
LA ESTRATEGIA DEL CHE.
Si Tanzania fue la base de apoyo para saltar sobre el Congo, Bolivia sería el trampolín para saltar sobre el Perú, o la Argentina. Y esa nueva estrategia, impuesta por las circunstancias, comenzó a ser aplicada apresuradamente, era la última carta.
Los soviéticos no la aprobaban porque su estrategia en América Latina también era la misma que en África.
Después de su bautizo africano, el Che había dejado de ser “Tatu” y se había convertido en “Mongo”. Había adquirido como seudónimo el nombre de la etnia más importante del Congo. Con esta nueva identidad africana se aprestó a volver a América.
En mayo, Fidel Castro, en La Habana, tuvo una entrevista con Marlo Monje, para solicitarle su colaboración en esta operación estratégica. Monje aceptó y ofreció cuatro hombres para los preparativos del Perú o la Argentina. Los mismos que antes habían participado en la fracasada expedición de Puerto Maldonado y en la guerrilla de Massetti.
Con esta nueva perspectiva, en mayo llegó a Bolivia el capitán José María Martínez Tamayo (Ricardo, Papi); había combatido junto al Che en el Congo y vino aún con su pseudónlmo africano, “Mbili”, que en swahili quiere decir “Segundo”.
LOS PRIMEROS CONTACTOS.
“Mbili” tan pronto llegó a Bolivia tomó contacto con los cuadros peruanos que habían sido designados para esta tarea.
No bien “Mbili” había comenzado su trabajo de organización de la base guerrillera, retomando contacto con alguno de sus antiguos colaboradores del PC boliviano en la guerrilla de Puerto Maldonado y Massetti, donde también él mismo había participado cuando llegaron a Bolivia procedentes de Cuba, tomó contacto con los 4 bolivianos designados por el PCB para colaborarlo: Jorge “Loro” Vázquez-Viaña, Rodolfo Saldaña, Roberto “Coco” Peredo, y Julio “Ñato” Méndez.
También llegaron ese mes de julio, Humberto Vázquez-Viaña de Rumania, y los cubanos Pombo y Tuma.
El Che estaba todavía en África, cuando llegaron a Bolivia, desde Cuba, dos de sus compañeros de armas del Congo, el Capitán Harry “Pombo” Villegas y el Teniente Carlos “Tuma” Coello; “Pombo” y “Tuma”, o “Tumaini”, respectivamente.
Tampoco ellos tuvieron tiempo para quitarse el camuflaje africano, y llegaron a Bolivia con sus nombres de guerra del Congo.
Otro caso es el del médico cubano Octavio de la Concepción de la Pedraja , que llegó con el nombre de guerra africano de “Morogoro”.
Las nuevas Instrucciones que el Che envió a Cuba el 10 de julio y que las trajeron Pombo y Tuma a Bolivia fueron:
A) Tania, que no sabía ni debería saber nada de la participación del Che, no tiene que ser vista con los oficiales cubanos, porque sus tareas son otras. Tania “no debería participar en la fase organizativa ni en los contactos con el Partido ni con el grupo de Zamora (Oscar “Motete” Zamora).”
B) Comprar una finca al Norte (Alto Beni), cerca de la posible zona de operaciones, por el asunto de “Emiliano” (Juan Pablo Chang del ELN del Perú que venía preparando un nuevo foco guerrillero en la región de Ayacucho, Perú).
Como se puede apreciar por el Diario de Pombo, las nuevas instrucciones llevaron a malentendidos entre estos y Mbili, pero pronto fueron salvadas las diferencias.
LA NUEVA SITUACIÓN.
Poco antes de salir ellos de Cuba, un hecho inesperado podía complicar la estrategia del Che: El golpe militar en la Argentina. El 28 de junio, el Gral. Juan Carlos Onganía tomó el poder derrocando al Dr. Illía.
Las condiciones habían cambiado. Pero el Che no había enviado ninguna instrucción relacionada con este hecho tan importante, y los preparativos siguieron encaminados hacia el Perú.
Pombo y Mbili, sin embargo, quizás interpretando la nueva situación en Argentina, se decidieron a enviar a Jorge “Loro” Vásquez-Viaña, Roberto “Coco” Peredo y Rodolfo Saldaña a buscar una finca en el sur de Bolivia para que sirviera como base hacia la Argentina
Al norte, en la región del Alto Beni, para el asunto del Perú, ya habían comprado una pequeña parcela de 10 hectáreas que dejaron al cuidado del militante comunista Orlando Jiménez Bazán, el “Camba”, y por intermedio de Tellería, del PCB, solicitaron al gobierno la concesión de 400 hectáreas de terreno junto al río Beni, concesión que fue denegada.
A todo esto, el general Barrientos había sido elegido como presidente constitucional de Bolivia. El 6 de agosto, el nuevo gobierno y el parlamento iniciaron sus actividades. El Partido Comunista Boliviano, PCB, había obtenido 33.018 votos. Es un éxito -dijeron- pero no alcanzaron para tener ni un parlamentario.
LA DECISIÓN FINAL.
El 12 de agosto, Mbili, Pombo y Tuma recibieron un mensaje de Cuba comunicándoles que el día 20 salía “Pacho” hacia Bolivia.
Este mensaje y esta fecha serían el punto “sin retorno” de la decisión estratégica de determinar la definitiva zona de operaciones guerrillera: al Sur.
El día 15 volvieron los bolivianos con los informes sobre las diferentes fincas posibles de comprar en el sur, una de ellas era “Ñancahuazú”, propiedad de Remberto Villa en la región del Pincal, en Santa Cruz. En plena Serranía de Incahuasi, donde los últimos combatientes del MNR habían resistido en la guerra civil del 49.
Pombo nos relata en su diario: “Agosto 15. Bigotes (Jorge Vazquez-Viaña) llegó con los datos de las granjas que han visitado indicando las más adecuadas para nuestros propósitos. Se decidió enviar a Camba y Tumaini a comprar la más adecuada porque Mongo probablemente venga con Pacho”.
¡Sin analizar cuidadosamente la zona, los cubanos se apresuraron en comprar la finca Ñancahuazú, pensando que el Che ya venía con Pacho!
El 20 de agosto, Bigotes salió para Santa Cruz con un cargamento de armas.
Entretanto, luego del “éxito” con las elecciones, las relaciones de Mario Monje y el PCB con los cubanos se fueron deteriorando, y Monje amenazó con retirar los cuatro hombres que había “dado” para el Perú o la Argentina.
El día 3 de septiembre llegó Pacho a Bolivia. El capitán Alberto Fernández Montes de Oca, “Pacho”, vino solo y trajo nuevas instrucciones:
1.- Se debía preparar la base en la zona del Alto Beni, al norte, cerca al Perú.
2.- Tomar contacto con el grupo de Moisés Guevara, disidente del PC (pro-chino).
3.- Danton (Debray) visitará la zona y discutirá los informes con (Moisés) Guevara.
4.- Mongo (Che) llegará sin avisar.
5.- Él (Mongo, el Che) se concentrará al grupo de (Moisés) Guevara.
La nueva situación confundió totalmente a los oficiales cubanos quienes ya habían trasladado parte del armamento (45 fusiles) a Ñancahuazú, a 1.500 kilómetros de distancia de la nueva zona elegida, y habían estrechado sus relaciones con el otro partido comunista, el pro-soviético; sus colaboradores bolivianos eran militantes de ese partido y reacios a trabajar con los disidentes pro-chinos.
Fue entonces cuando Pombo y Mbili enviaron a Cuba el informe sobre los preparativos hasta entonces hechos. Informe que, finalmente, hizo que el Che se decidiera por el sudeste, cerca a la Argentina.
Pombo y Mbili, en su informe sobre la zona, habían remarcado, dos veces, de las ventajas que había de poder desplazarse hacia la Argentina.
El Che volvió recién a Cuba en el mes de septiembre y visitó el campo de entrenamiento donde se preparaban desde el 11 de agosto los internacionalistas cubanos.
En ese tiempo, entre el 2 de octubre y su salida para Bolivia, el Che escribió su famoso Mensaje a la Tricontinental.
El 7 de noviembre de 1966, acompañado por Jorge Vázquez-Viaña, (que fue el primero en enterarse de la participación del Che); de los capitanes Martínez, Villegas y Fernández, y del teniente Coello, el comandante Ernesto Che Guevara llegó a la finca del sudeste boliviano denominada Ñancahuazú.
Autor: Humberto Vásquez Viaña.
Fuente: periódico “Presencia”. La Paz, 9 de diciembre de 1995.
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