El amor de pareja responsable no tiene que ser sacrificado ni solamente enfocado en la otra persona sino que asimismo puede buscar la plenitud y felicidad propias.
Responsible couple's love doesn't have to be sacrificed neither solely focused in the other person but rather also it can look for the fullness and own happiness.
Otros artículos:
Amor de pareja e independencia constructiva.
Amor: quiero ser tu pareja y no tu sirvienta(e).
El amor y el síndrome de servidumbre.
Amor: quiero ser tu amor y no sólo tu deseo.
Amor y desigualdad en el placer.
EL INDIVIDUALISMO RESPONSABLE: "QUERERTE QUERIÉNDOME A MÍ MISMO".
Este individualismo no olvida ni niega los derechos de los demás. Recomienda querer para los otros lo que se quiere para sí, previa consulta, ya que no todos tenemos los mismos gustos (ésa es la razón por la cual la beneficencia no se puede imponer sino proponer).
Se trata de congeniar lo tuyo con lo mío, de hacer compatibles las diferencias.
El Dalai Lama apoya este punto de vista, cuando dice: "Dependemos unos de otros. Yo lo llamo 'un egoísmo sabio' porque una actitud responsable hacia sí mismo también sirve a los demás. Si pensamos así, ya no hay diferencia entre el interés propio y el interés de la comunidad".
La defensa del yo se revierte a la sociedad y el cuidado de uno mismo puede servir como ejemplo o modelo para el cuidado de los otros. El amor propio abre más espacio al amor, lo hace más maduro, más respetuoso, más cómodo.
El individualismo responsable busca fines nobles y esencialmente positivos, ya que promueve una filosofía humanista: "Te amo, porque me amo". Buscar la propia felicidad o el máximo bien no es algo de lo cual tengamos que arrepentimos luego.
Queramos o no, tener una relación afectiva si alguno de los miembros se opone radicalmente al bien del otro es imposible de sobrellevar, a no ser que asumamos la actitud del sacrificio por el sacrificio. Y no hablo de inflexibilidad o engreimiento, sino de actuar a favor de lo que uno es o cree que es o quiere ser, tratando de no perjudicar al otro. Esto es la dedicación saludable.
El ego implica supremacía y apoderamiento. Identificarse con las cosas que se poseen ("lo mío") y estimular la grandiosidad.
El contenido del ego es egocentrismo, egolatría y egoísmo irracional. En cambio el yo es un principio organizativo de la información, es el punto de referencia necesario para poder ubicarme en contexto y definir los parámetros que me permitan moverme mejor en el mundo.
Una mente sin el "yo" sería una mente despersonalizada, sin capacidad de habitar el tiempo y el espacio. El individualista responsable acepta el "yo", pero no el ego.
Fernando Savater en “Ética como amor propio” afirma: Es que este quererse a sí mismo de la voluntad, este querer conservarse y preservarse, querer potenciarse, querer experimentar la gama de posibilidades en busca de las más altas, querer trasmitirse y perpetuarse, es lo que debe entenderse como amor propio (pág. 329).
La autoestima es un requisito imprescindible del amor de pareja. Piensa: ¿podrías amar a alguien que se odiara a sí mismo, que sólo buscara agradarte las veinticuatro horas, que no tuviera aspiración que sangrar por tu herida? ¡Qué pesadilla!
Stuart Mill afirmaba: "El individualismo libre es aquél que sabe preservar su individualidad de todo lo que amenaza con borrarlo". Todo, amor incluido. ¿Actitud defensiva con la pareja? No, si no hace falta, si no hay amenazas reales a tu integridad física o psicológica. Pero si las hubiera y pensaras que la persona que amas puede ser peligrosa para ti, ¿no sería prudente una pizca de individualismo?
Si te produce algo de resquemor la libertad de parte y parte o eres una persona insegura, preferirás el amor de garrapata. Pero el buen amor, el que vale la pena, se construye mediante la gestión eficaz de dos narcisismos que se aman y no sobre la base de un amor totalmente apegado y despersonalizado.
Fuente: Walter Riso: "Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy".
Responsible couple's love doesn't have to be sacrificed neither solely focused in the other person but rather also it can look for the fullness and own happiness.
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Este individualismo no olvida ni niega los derechos de los demás. Recomienda querer para los otros lo que se quiere para sí, previa consulta, ya que no todos tenemos los mismos gustos (ésa es la razón por la cual la beneficencia no se puede imponer sino proponer).
Se trata de congeniar lo tuyo con lo mío, de hacer compatibles las diferencias.
El Dalai Lama apoya este punto de vista, cuando dice: "Dependemos unos de otros. Yo lo llamo 'un egoísmo sabio' porque una actitud responsable hacia sí mismo también sirve a los demás. Si pensamos así, ya no hay diferencia entre el interés propio y el interés de la comunidad".
La defensa del yo se revierte a la sociedad y el cuidado de uno mismo puede servir como ejemplo o modelo para el cuidado de los otros. El amor propio abre más espacio al amor, lo hace más maduro, más respetuoso, más cómodo.
El individualismo responsable busca fines nobles y esencialmente positivos, ya que promueve una filosofía humanista: "Te amo, porque me amo". Buscar la propia felicidad o el máximo bien no es algo de lo cual tengamos que arrepentimos luego.
Queramos o no, tener una relación afectiva si alguno de los miembros se opone radicalmente al bien del otro es imposible de sobrellevar, a no ser que asumamos la actitud del sacrificio por el sacrificio. Y no hablo de inflexibilidad o engreimiento, sino de actuar a favor de lo que uno es o cree que es o quiere ser, tratando de no perjudicar al otro. Esto es la dedicación saludable.
El ego implica supremacía y apoderamiento. Identificarse con las cosas que se poseen ("lo mío") y estimular la grandiosidad.
El contenido del ego es egocentrismo, egolatría y egoísmo irracional. En cambio el yo es un principio organizativo de la información, es el punto de referencia necesario para poder ubicarme en contexto y definir los parámetros que me permitan moverme mejor en el mundo.
Una mente sin el "yo" sería una mente despersonalizada, sin capacidad de habitar el tiempo y el espacio. El individualista responsable acepta el "yo", pero no el ego.
Fernando Savater en “Ética como amor propio” afirma: Es que este quererse a sí mismo de la voluntad, este querer conservarse y preservarse, querer potenciarse, querer experimentar la gama de posibilidades en busca de las más altas, querer trasmitirse y perpetuarse, es lo que debe entenderse como amor propio (pág. 329).
La autoestima es un requisito imprescindible del amor de pareja. Piensa: ¿podrías amar a alguien que se odiara a sí mismo, que sólo buscara agradarte las veinticuatro horas, que no tuviera aspiración que sangrar por tu herida? ¡Qué pesadilla!
Stuart Mill afirmaba: "El individualismo libre es aquél que sabe preservar su individualidad de todo lo que amenaza con borrarlo". Todo, amor incluido. ¿Actitud defensiva con la pareja? No, si no hace falta, si no hay amenazas reales a tu integridad física o psicológica. Pero si las hubiera y pensaras que la persona que amas puede ser peligrosa para ti, ¿no sería prudente una pizca de individualismo?
Si te produce algo de resquemor la libertad de parte y parte o eres una persona insegura, preferirás el amor de garrapata. Pero el buen amor, el que vale la pena, se construye mediante la gestión eficaz de dos narcisismos que se aman y no sobre la base de un amor totalmente apegado y despersonalizado.
Fuente: Walter Riso: "Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy".
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