domingo, 21 de diciembre de 2014

El amor de pareja equivale a reciprocidad

La reciprocidad en el amor de pareja es un valor por el que respetar y dedicarse por la felicidad de ambos es una conducta de ida y vuelta.

The reciprocity in couple's love is a value for the one that to respect and to be devoted for the happiness of both it is a round trip behaviour.

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El buen amor es recíproco.

La reciprocidad es la base de un amor justo. Cuando damos amor, esperamos amor, porque las relaciones afectivas de pareja se alimentan del intercambio.

¿Cómo no esperar fidelidad si eres fiel?

¿Cómo no esperar ternura si das ternura?

No se trata de avaricia sino de altruismo recíproco: juntos somos más, juntos es más fácil.

Si no te sientes gratificada o gratificado, si tus manifestaciones de ternura o sexo se pierden en un amor tipo esponja, que todo lo absorbe y nada o muy poco devuelve, tu sentimiento, a no ser que seas un santo o una santa, se irá convirtiendo en indignación cólera ante la injusticia, la vivencia de que no obtienes lo que mereces.

El amor es de doble vía, no importa lo que digan. El amor saludable prospera cuando el proceso dador-receptor se encuentra en equilibro. Amar solidariamente, tranquilidad de alma.

Pregúntate si tus deseos y exigencias son racionales.

Es un acto de responsabilidad para con el prójimo. No puede haber un intercambio afectivo feliz, si no hay autocrítica. Se trata de autoridad moral, de estar seguro de que tus preferencias, deseos, sueños, anhelos y pedidos sean razonables y que no violen los derechos de tu pareja.

Si exiges fidelidad y eres infiel, o si no amas sinceramente a tu pareja y reclamas amor de parte de ella, necesitas ayuda profesional. No des motivos, es mejor ser coherente, es mejor estar en paz con uno mismo.

Creo que si el clima ayuda y la suerte también, uno recoge lo que cosecha. Ojala las semillas que utilices no estén dañadas.

Pregúntate si tu propuesta afectiva es irracional, si está motivada por el apego, la inseguridad, la posesión y el miedo, o si, por el contrario, se fundamenta en tus convicciones, como debe ser.

Una vez más: razón y emoción en proporciones justas y llevaderas, "convicciones amorosas". No sólo se trata de que te respeten, sino también de respetar.

Fuente: Walter Riso: "Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy".

1 comentario:

  1. Es fundamental comprender que el amor es reciprocidad, para sentirnos amados y apoyados, para no sentirnos abandonados por la persona que está con nosotros en el momento que más la necesitamos, como una enfermedad grave o un grave problema personal de trabajo o de dinero, hay que estar en las malas situaciones, y no desechar tanto como se hace actualmente a la gente fracasada. Porque sin sensibilidad y empatía no puede existir el amor, tenemos que ponernos en la situación de los demás. Cuando nos percatamos que no hay amor compasivo en la relación, si necesitamos que nos cuiden y nos tienen abandonados, las sensaciones que sentimos ante la indiferencia, no es la del despecho o la infidelidad, sino la pura desilusión, de que todo se desvanece y se viene abajo, de que ya da todo igual.

    En el amor es preciso ser incondicional cuando la situación lo requiere. La conmiseración consiste en compartir el dolor ajeno, identificarnos y ponernos en la situación de los demás, y hacerlo nuestro. Cuando las cosas van mal, la mayoría de las veces es porque el amor llega disfrazado de omnipotencia e intentamos imponer nuestras opiniones e ideas al otro, y ese es un grave error. Si hay amor, la obligación por ayudar y proteger a la persona que amamos, nace de nuestro interior sin condiciones, con sosiego, y sin obsesión y sin apego. Cuando el amor se instala en el corazón de una persona, sobran los convencionalismos, las normas sociales, la moral e incluso la virtud. Todo sale con fluidez, sin esforzarse en exceso, y sin necesidad de luchar mucho por ello, con desenvoltura. El amor nos da valor, energía, constancia, disciplina, cuando se ofrece con total sencillez, no existen balanzas para compensar favores, ni cuentas que cobrar ni pagar, y nunca se reclaman compensaciones cuando es sincero.

    El amor completo no se deteriora con el placer del sexo, ni con su extinción, ni tampoco consiste en procurar que esté a gusto el otro a cualquier precio y circunstancia, procurando el bienestar de la persona a la que amamos, que nace de la libertad y el sosiego, es necesario pues para amar estar avezados siempre para el sacrificio, porque el amor se enaltece y se agranda en la renuncia que muchas veces la vida nos obliga a soportar.

    Suele suceder que cuanto más das de ti, no siempre se cumple porque lo mismo has hecho el primo, y te entregas a tu pareja, familia o amigos, incluso desconocidos, tanto más recibes a cambio, a veces de maneras imprevistas. Pero no importa no ser correspondido porque por el hecho de dar te hace sentirte bien... al contrario ocurre que la gente más infeliz es la que solamente espera recibir sin ofrecer nada, sin importar lo que des, ya sea tiempo, dinero, cosas, amor, compañía, amistad... lo mismo se te devuelve con el tiempo de alguna manera, no es una regla fija, pero funciona para que tú mismo te encuentres a gusto contigo mismo.

    No hay correspondencia en el amor si no existe reciprocidad, si así sucede, hemos dirigido nuestros sentiemientos a la persona no adecuada... Pero no siempre lo que damos debe ser devuelto con exactamente lo mismo, hay muchas formas de dar, es ver si compensa lo que recibes para continuar la relación. Para uno si puede compensar y para otros no porque es muy subjetivo el amor... No admitas que el amor que tienes o hayas tenido se convierta en la más grande desilusión de tu vida...

    ARTURO KORTÁZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©

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