lunes, 11 de febrero de 2013

Ya es hora de un Papa extra europeo

A 21 siglos de catolicismo fuera signo de amplitud designar un Papa nacido fuera de Europa como expresión de la universalidad alcanzada por esta fe religiosa.

Puedo estar equivocado…
El 11 de febrero de 2012 se difunde la sorpresiva noticia de que Benedicto XVI, el Papa germano que sucede a Juan Pablo II, inminentemente renunciará a su Pontificado, según se dice, aquejado por su avanzada edad. Independientemente de las causas a detalle, este gesto es demasiado significativo no sólo dentro de la Iglesia Católica en sí misma sino en el mundo contemporáneo en general.
Siempre se ha criticado, en unos tiempos más que en otros, que la Iglesia sea liderizada por una cierta gerontocracia; sin embargo, y dadas las exigencias formativas, apostólicas y “meritocráticas” establecidas dentro de su jerarquía, tampoco sería de esperarse llegar a “dar la talla” para tan graves responsabilidades a edades menores. Hay cosas y puestos de responsabilidad que se aprenden y demuestran sólo con el tiempo, y de ninguna otra manera.
Además, este gesto papal pone más a contraluz (guardando las distancias, por supuesto) la actitud de quienes se aferran a su puesto de poder, grande o pequeño, aun hasta los últimos segundos de su existencia, incluso a pesar de las implicaciones, buenas o malas (generalmente malas)  que ello suponga.
Un Papa puede renunciar? Sí. Que en la Edad Moderna y Contemporánea no haya sucedido no significa que sea imposible, menos prohibido. A partir de Celestino V, en 1294 quedó explícito, y el caso más reciente de renuncia (también suele decirse abdicación) fue el de Gregorio XII en 1415.
Ahora bien, lo que las noticias no dicen si el 28 de febrero se hará sólo el anuncio oficial de dicha renuncia, o si esta será efectiva en los hechos, dejando abierta la expectativa sobre los sucesos futuros. Sin embargo, queda claro que se aproxima la elección de un nuevo Papa, a no ser que la cúpula vaticana le permita a Benedicto XVI designar a su sucesor, que también podría ser, aunque es poco probable.
De todos modos, para el caso de que el Sacro Colegio Cardenalicio deba elegir un nuevo Papa, uno se aventura a adelantar esta moción: ¿no sería posible y factible un Papa nacido fuera de Europa?
En fe de verdad, y sin ánimo de polemizar sobre lo sucedido en siglos anteriores, no se puede decir que las oportunidades estén reservadas (al menos por lo que se llega a saber) sólo para romanos, italianos o europeos. Antes era poco usual que un Papa fuera no-romano, pero sucedió varias veces; más recientemente, también era raro un Papa no italiano, pero Juan Pablo II (polaco) y Benedicto XVI (alemán), uno luego del otro, demuestran que no se trata de ninguna élite cerrada. Es más, según los datos (no oficiales) del libro “En nombre de Dios”, que plantea la hipótesis de que Juan Pablo I fue asesinado, se evidencia que cardenales africanos y latinoamericanos estuvieron muy cerca de ser elegidos, aunque también se induce una silenciosa pero vertiginosa escalada de cabildeos y “amarres”, como también se los suele llamar (como toda posición de poder, talvez el más grande jamás establecido, también hay lugar a tales avatares).
Por muchas razones: crecimiento demográfico, dinámica social, problemática humana, etc., Europa ya no es “tan el centro” de la realidad y evolución del acontecer católico. Hoy más que antes, el mensaje de Cristo y legado de sus Vicarios están extendidon a todo el mundo, por lo que sacerdotes, obispos y cardenales, más miles de millones de fieles, tienen presencia indiscutible…
¿Por qué no un Papa africano, latinoamericano o asiático, por ejemplo?
¿Trayectoria? ¿Obra apostólica? ¿Virtudes? Muchos cardenales no europeos las tienen. Ahora bien, lo que talvez haga falta es una cada vez mayor apertura para superar la tradición, y ver con ojos renovados el camino que va tomando, como todas las cosas humanas, la Iglesia Católica, que está hecha de principios pero también de personas, y en esto último “el resto del mundo” tiene mucho que decir, y talvez ayudar a decidir.
Indudablemente el protocolo cónclave (con llave, bajo llave) de elección y designación de un nuevo Papa, lo que ocurre desde la ceremonia inicial hasta el humo blanco, es mayormente desconocido para nosotros, la gente común; pero es posible, y en gran medida legítimo, hacer conocer y valer nuestra opinión, más aun ahora que el primer Papa “twittero” está a punto de cerrar su era para dar paso a otra.
¿Un Papa no europeo? Es cada vez más posible, y hacer saber nuestra opinión al respecto es un derecho universal, además ya no cuesta nada …
Ukamau la cosa…

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1 comentario:

  1. La idea es fascinante, pero debemos estar conscientes de que hay un stablishment muy difícil de cambiar. El Vaticano es una estructura de poder muy sólida, y si no tienes equipo, por muy virtuoso que seas, ahí no vales nada...

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