lunes, 15 de diciembre de 2014

Licores finos: Jarabes y almíbares

Todo natural y hecho en casa con la misma calidad que los licores finos comerciales.

All natural one and fact at home with the same quality that the commercial fine liquors.

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El jarabe es el resultado de la mezcla del azúcar con el agua. La calidad de esos dos productos y todos los cuidados anteriormente citados tienen su justificativo. Es del jarabe que depende la consistencia y el aspecto del licor.

La proporción entre el azúcar y el agua en la preparación de un jarabe simple depende del tipo de licor y de la concentración de “dulzura” que se quiere dar a ella. Normalmente estas proporciones son indicadas en las recetas, y existe una variedad enorme de ellas. Es preciso recordar entre tanto que, aunque las medidas sean indicadas en las recetas, el licorista casero conseguirá un buen logro guiándose por el buen sentido e intuición. Así él debe realizar la mezcla gradualmente e ir experimentando a cada paso, hasta el punto que crea perfecto.

Hay dos modos de preparar el jarabe: la disolución en frío y la disolución en caliente. En el jarabe frío basta colocar el azúcar en el agua y mezclar muy bien hasta su disolución completa. Otra manera es mezclar y dejar descansar para que la disolución se realice lentamente, después de varias horas. En el jarabe “caliente” la disolución es hecha llevando el azúcar y el agua en una cacerola al fuego. Es hecha entonces un almíbar, que no debe ser muy densa, pues se corre el riesgo de cristalizarse, ni muy fina pues puede fermentar.

Para quien pretende apenas hacer algunos licores caseros, sin detenerse en mayores elaboraciones, el punto del jarabe “en caliente”, puede ser conseguido a través de las indicaciones de las recetas, o calculándose un tiempo que varía de 10 a 20 minutos de ebullición. Pero, para quien pretende hacer licores en cantidades mayores y tener tal vez una microindustria, es fundamental saber cuál es la concentración de azúcar en el almíbar, y cual su densidad. Eso se consigue a través de un simple aparejo de nombre sacarómetro o densímetro. Él debe acusar, como densidad ideal del líquido, 1.26 para el jarabe caliente, cuando esté en ebullición y en el caso del jarabe frío, 1.32. En este último la medida ser tomada con la temperatura ambiente (15º).

La densidad en esas marcas es muy importante, pues si fuera inferior el jarabe podrá fácilmente fermentar, si fuera superior, alta concentración, cuando el jarabe se enfríe habrá cristalización del azúcar, que disminuirá la densidad ideal del jarabe, dejándolo sujeto al mismo riesgo de fermentación.

Todas esas indicaciones son de mucha importancia para quien pretende profundizar en la elaboración de licores con el objetivo de experimentar nuevas formulaciones. Con eso se tiene un mayor dominio sobre las proporciones más correctas de determinados licores.

Vamos, aplica estas ideas sencillas, y ... a tu salud...!
(No lo olvides: de todo lo bueno, sólo un poco).

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