Fuente: “Ilustrated Science Experiments for Children”. Robert Brown. Tab Books Inc. — Blue Ridge Summit. 1987.
SE NECESITA: Palillos de dientes, agua azucarada, vinagre, zumo de frutas.
HACER ESTO: Mojar un palillo en el agua azucarada y tocar con él distintos puntos de la lengua. Su sabor dulce se notará en puntos determinados de la lengua, principalmente en la punta. Secar la lengua con una gasa o tela, colocar unos cristales secos de azúcar sobre la punta, y no se advertirá ningún sabor. Si se añade una gota de agua sobre los cristales podrá percibirse el sabor dulce.
POR QUÉ: A cada sabor responden distintas papilas gustativas, y éstas están localizadas en distintas partes de la lengua. El reverso de la lengua, por ejemplo, es más sensible a los sabores amargos. Ciertas sustancias no saben a nada a menos que sus olores lleguen a la nariz. El sentido del olfato contribuye en gran medida a la capacidad de gustar.
SE NECESITA: Palillos de dientes, agua azucarada, vinagre, zumo de frutas.
HACER ESTO: Mojar un palillo en el agua azucarada y tocar con él distintos puntos de la lengua. Su sabor dulce se notará en puntos determinados de la lengua, principalmente en la punta. Secar la lengua con una gasa o tela, colocar unos cristales secos de azúcar sobre la punta, y no se advertirá ningún sabor. Si se añade una gota de agua sobre los cristales podrá percibirse el sabor dulce.
POR QUÉ: A cada sabor responden distintas papilas gustativas, y éstas están localizadas en distintas partes de la lengua. El reverso de la lengua, por ejemplo, es más sensible a los sabores amargos. Ciertas sustancias no saben a nada a menos que sus olores lleguen a la nariz. El sentido del olfato contribuye en gran medida a la capacidad de gustar.
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