viernes, 20 de julio de 2012

Ana Karenina - Tolstoi

Una historia en que este insigne autor ruso imprime la prodigiosa genialidad narrativa que le hizo justamente famoso en la historia de la literatura mundial.

Es verdaderamente largo el proceso de evolución que condujo al conde León Tolstoi del seno de una familia aristocrática a su lecho de muerte en la casa del jefe de la estación de ferrocarriles de Astapovo. Desde oficial de cosacos hasta miserable peregrino; desde escritor famoso a excomulgado, no cabe duda de que su vida se desarrolló en medio de intereses extremos que se reflejan claramente en su obra.
Esta incluye novelas, obras de teatro, cuentos, parábolas, ensayos, cartas, panfletos políticos, diarios y una “Confesión” de alto poder introspectivo.
De igual manera que es variada y compleja la vida de este conde-mujik, de este escritor-pordiosero, es variada y compleja su obra; pues si bien es cierto que en sus ensayos y manifiestos expone con claridad sus ideas, y que sus parábolas evidencian sus concepciones religiosas, el contexto de sus novelas es de una realización tan pulida que no deja entrever las opiniones del autor sobre los temas tratados. En este aspecto la obra que alcanza, entre las suyas, la mayor perfección es “Ana Karenina”. Porque, si bien es cierto que “La guerra y la paz” es un magistral compendio de un mundo y una época representado con precisión de fotógrafo, las consideraciones al final del libro, sobre la historia y el destino de los pueblos, evidencian cierta tendencia del autor a demostrar sus ideas al respecto a través de su narración.
Por el contrario, de “Ana Karenina” el propio Tolstoi se vanagloriaba diciendo: “Invito al lector a que me indique una página, qué digo, sólo media página, en la que haya una idea o, por lo menos, la apariencia de una idea”.
La novela comienza con el viaje de la protagonista de San Petersburgo a Moscú. El motivo de este viaje es actuar de mediadora entre su hermano, el príncipe Oblonsky, y su esposa Dolly, que pretende separarse de éste, porque ha descubierto que sostiene relaciones con la institutriz francesa que trabajaba en la casa. En este viaje Ana conoce al conde Vronsky, que en ese momento es uno de los pretendientes de Kitty, la hermosa y joven cuñada del hermano de Ana. Al bajarse en la estación, un accidente llama la atención de la protagonista, un trabajador ha sido atrapado fatalmente bajo las ruedas de un tren.
Después de restablecida la paz doméstica en el hogar de los Oblonsly, Ana se retira a San Petersburgo, no sin antes conquistar al apasionado conde Vronsky que decide abandonar Moscü y a su pretendida Kitty para seguir a Ana. Levin, otro enamorado de la bella Kitty, aprovecha la desaparición de Vronsky para ganar el corazón y la mano de ésta. El matrimonio de Kitty y Levin con sus pequeñas desavenencias domésticas, su felicidad un tanto vulgar y su convencionalismo social, le sirve a Tolstoi para crear un contrapunto con la relación de Ana y Vronsky, ya que la pasión de éstos los lleva a pasar por encima de todo convencionalismo.
Las relaciones de Ana y Vronsky escandalizan a la sociedad de San Petersburgo, y el esposo de Ana, perdonándole su engaño, le pide al menos moderación. Esta actitud de Karenin hace que su esposo llegue a despreciarla. La situación se agrava, pero un hecho dramático hace que Karenin vuelva a perdonar a su esposa: Ana, después de haber dado a luz una hija de su amante, sufre un serio ataque de fiebre puerperal. Karenin, conmovido, llama a Vronsky al lecho de muerte de Ana, y los perdona a ambos, al ver el dolor de Vronsky.
Pero inesperadamente Ana se recupera y esto vuelve a hacer insostenible la situación. Ana no desea divorciarse por no separarse de su hijo de ocho años a quien quiere más que a la hija que ha tenido de Vronsky. Finalmente, después de un intento de suicidio de su amante, Ana abandona con éste su hogar y su país, y realizan juntos un largo viaje por el extranjero. Después de meses de felicidad, el aburrimiento los impulsa a regresar.
El hecho de no poder llevar una vida social como la que acostumbraban va minando la felicidad de la pareja. Ana realiza una visita clandestina a su antiguo hogar para ver a su hijo; allí descubre que se le ha hecho creer al pequeño que ella ha muerto. Este golpe la sume en la desesperación y la hace aferrarse al amor de Vronsky; comienzan a surgir en ella celos enfermizos que estropean sus ya dañadas relaciones. Al final de la novela, Ana se ha propuesto seguir a su amante hasta la casa de la madre de éste, porque sospecha que éste se interesa por otra mujer y que ha de verla esa tarde en casa de su madre. Al bajarse en la estación Ana recibe una nota de Vronsky que la hace creer que son ciertas sus infundadas sospechas; en ese momento un tren se acerca, recuerda el suceso del trabajador atrapado por las ruedas el día que conoció a su amante, y se lanza inesperadamente ante la máquina que se acerca. Ya en la vía, se da cuenta de lo absurdo de su acción, pero un golpe terrible envuelve sus pensamientos en total oscuridad.
Sin embargo, no podemos inferir ninguna moraleja del final de Ana Karenina; su suicidio es consecuencia de una reacción individual que pudo no haber tenido lugar. A pesar del contrapunto Kitty-Levin, Ana-Vronsky, no se ve en el desarrollo de la trama la intención de propugnar las relaciones ilegitimas como intrínsecamente desdichadas. Si bien es cierto que la sociedad condena a Ana al ostracismo, es su carácter impulsivo lo que la lleva al suicidio. La muerte de Ana no es una resultante trágica, es un accidente dramático. Es quizás en esta sutileza de análisis donde reside una de las muestras del genio de Tolstoi para la creación de sus personajes.
Su vida fue tempestuosa, contradictoria, a veces, un tanto confusa; sin embargo, en su obra reina el orden, la claridad, la belleza. El valor de sus enseñanzas es aún motivo de polémica, pero la excelsitud de su obra literaria es reconocida de manera indiscutible, y le ha ganado un merecido lugar entre los genios de la literatura universal.
DF.

Fuente: Icarito. Editorial Andina. Santiago. 1987.

Otros artículos.






(Sería bueno compartir este contenido con nuestras amistades y contactos usando los botones de Redes Sociales que aparecen debajo. Es fácil y toma sólo unos segundos. Gracias)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradece cualquier comentario sobre este artículo o el blog en general, siempre que no contenga términos inapropiados, en cuyo caso, será eliminado...